Alemania necesita recortes
Wolfgang Schäuble no va desencaminado. Puede sonar mal que el futuro nuevo ministro de Finanzas alemán hable de recortes de impuestos cuando la situación presupuestaria del país es tan mala. Pero el problema de Alemania es que su viejo amigo el consumidor estadounidense ha tenido un percance financiero y no se recuperará durante un tiempo. Alemania necesita que sus propios consumidores gasten más y que el Gobierno constriña el papel del Estado.
Pero resulta más sencillo analizar los problemas que solucionarlos. Los puntos fuertes de Alemania han sido durante los últimos años las manufacturas de alta calidad y las exportaciones. Y ello ha sido construido sobre la tradición patria de excelencia en las ingenierías y, más recientemente, en unas dolorosas reformas del sector privado que incluyen salarios más bajos.
Pero los compradores de las manufacturas de Alemania siempre han sido extranjeros. Los países de Europa del Este devoraron los Volkswagen Beetle e importaron sus bienes de capital a medida que se fue imponiendo el desarrollo capitalista. Los estadounidenses pusieron de moda los BMW para ir a comprar a los centros comerciales. La burbuja inmobiliaria de EE UU, el colapso del comunismo, el boom de Reino Unido y la China emergente: todo esto ayudó al crecimiento de Alemania.
Pero el mundo ha cambiado y Berlín se debe adaptar. Los consumidores estadounidenses han recortado el gasto. Además, con el euro a 1,5 dólares, los BMW ya no encabezarán las listas de la compra. Europa del Este atraviesa un mal momento. El desempleo alemán llega al 8,2%. En definitiva, las cosas se han torcido.
La preocupación de Schäuble y Merkel es ahora cómo hacer que la gente acepte los recortes. Y la manera de hacerlo pasa por la reforma del sector público. La Merkel que conocíamos era una mujer de consenso, pero puede que eso cambie. Al menos hasta que los amigos de Alemania le vuelvan a echar una mano.
Ian Campbell.