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CincoSentidos

La cultura del 'bonus' generoso regresa a Wall Street

Pese a la crisis y las críticas, la normalización financiera permite prever una mejora en los sobresueldos.

A lo largo y ancho de EE UU, muchas empresas y administraciones locales llevan meses aplicando recortes de horas de trabajo y por lo tanto salarios para intentar conservar sus plantillas. Es un paso éste, el del recorte de salarios que no se seguirá, como norma, en los centros financieros del país. De hecho, según una reciente encuesta de eFinancialCareers.com, más de un tercio de los trabajadores de este sector espera este año un bonus mayor que el repartido en 2008, fecha en la que solo se evitó el colapso financiero gracias a intervenciones públicas sin precedentes que aún se mantienen por parte del Gobierno y de la Fed.

El informe de esta empresa online se conoció ayer y revela una realidad chocante. Si bien es cierto que solo en Nueva York el sector financiero ha perdido 16.000 empleos en lo que va de año, también es cierto que todo apunta a que este año un buen número de grandes bancos repartirán cheques con bonus más generosos que el año pasado a sus trabajadores. El 25% de los que así lo esperan cree que verán una subida del 10%.

La base de esta expectativa es que los bonus dependen de la facturación y en algunos bancos, como Goldman Sachs y JPMorgan, por ejemplo, se espera un año muy cercano al récord de 2007. Goldman Sachs, que presentó resultados la semana pasada, ya había provisionado en el segundo trimestre 11.400 millones de dólares (7.708 millones de euros) para repartir en los cheques de fin de año. Eso significa que si las cosas no se tuercen, como media, el bonus será de 773.000 dólares (522.000 euros) per capita.

Aunque firmas como Citigroup, AIG y Bank of America, muy intervenidas con capital público, dependen no solo de su facturación, sino de la decisión de Ken Feinberg (el hombre de Washington que decidirá sobre los sueldos), definitivamente se sobrepasarán los 18.400 millones de dólares (12.445 millones de euros) que se abonaron el año pasado en concepto de bonus. Feinberg está a punto de dar a conocer la estructura salarial de estas firmas y reconoce que cuando se haga pública, querrá vivir en Plutón pues le lloverán críticas de los que crean que es poco y los que lo consideren mucho.

La cultura del bonus vuelve así después de un año a recuperar fuerza, pese a las críticas políticas, las resoluciones del G20 y el clamor público contra unos pagos que se perciben como el motor de la toma de un riesgo desproporcionado, que permitió beneficios a corto que se han revelado muy dañinos. En 2007, Wall Street repartió 22.248 millones de euros en cash.

Algunas firmas han cambiado su estructura de retribución tras la crisis. Además de suprimir los bonus multiaños garantizados, algo que hasta Lloyd Blankfein, responsable de Goldman Sachs, ha criticado, están tendiendo a pagar más con acciones, en vez de dinero. Además, están teniendo en cuenta para calcular el monto un periodo más largo para computar los resultados. No obstante, según eFinancialCareers, el 60% de quienes toman riesgos dicen que los cambios no han tenido impacto en su labor y el 12% cree que se les anima a que tomen más.

El bonus es la columna vertebral de Wall Street porque los salarios base no suelen ser elevados y la mayor parte de la retribución es variable. Ese cheque de fin de año determina la elección laboral de muchos financieros y de hecho, ahora, el destino más popular para trabajar, además del capital riesgo, es Goldman Sachs y uno de los que menos Citigroup. Toda esta cultura ha sido, en parte, fruto de las consecuencias no deseadas de una reforma fiscal que penalizó salarios base de más de un millón de dólares. A estas alturas, hablar de un salario fijo es casi ciencia ficción, porque aunque cada vez está más disputado, se considera que solo con un buen bonus se puede incentivar el trabajo, se reconoce la labor de cada persona y se concede flexibilidad en los años malos. Todo indica que 2009 no sea uno de los peores.

La compensación y la desconexión con la realidad

Parte del furor contra los bonus es que la dramática retrospectiva que ofrece la crisis lleva a concluir que se ha compensado millonariamente un gran fracaso y ha habido una fuerte desconexión con la realidad. La actual situación económica vuelve así a abrir un debate que nunca se ha cerrado del todoY que no se va a cerrar a corto plazo. En algunas firmas, no solo entidades bancarias, sigue habiendo un grave desconexión con la realidad económica y uno de los ejemplos al que se apunta estos días es el que da el grupo Tribune, editor de The Chicago Tribune y Los Angeles Times. La compañía está en concurso desde diciembre, un año después de que el empresario Sam Zell hiciera una operación de ingeniería financiera para comprarla y terminara hundiéndola en la deuda. Ahora, la empresa ha pedido permiso al juez para repartir 66 millones de dólares en bonus. La mitad se pagaría a 720 editores y resto de personal, y la otra mitad a 21 ejecutivos. El argumento es que en semejante ambiente hay que incentivar a quienes pueden salvar a la compañía y se debe evitar la fuga de cerebros. En el pasado, cuando el capital riesgo crecía, era un argumento válido, ahora es cuestionable pues el sector privado, incluido el financiero, lleva meses sin crear empleo.

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