La Bolsa sigue sumando enteros
El Ibex 35 continúa sin dar tregua y ha cerrado septiembre con una subida del 3,44%, a pesar de que los malos datos de actividad manufacturera procedentes de Estados Unidos dieron pie ayer a una recogida de beneficios. Sólo esa circunstancia llevó el índice, que perdió un 0,82% en el día, a alejarse de momento de los 12.000 puntos.
Pero la sesión a la baja de ayer no empaña una racha que suma siete meses seguidos de subidas, y coloca el selectivo español a la cabeza de los mercados más rentables del mundo en lo que va de año. Los números lo atestiguan: el tercer trimestre gana un 20,11% y el anterior otro 25,24%. En la historia del índice es inédito que se sumen dos trimestres semejantes, algo lógico si se tiene en cuenta que desde los mínimos, marcados en marzo, se ha revalorizado un 72,4%, y en lo que va de año obtiene un 27,84%. Una buena tarjeta de presentación. Hay que remontarse al segundo semestre de 2006, antes de la crisis de las subprime, para encontrar un periodo alcista tan positivo. Sin embargo, cuanto más dure el rally, más peligros hay de que llegue la corrección, pues los precios están empezando a perder atractivo. Se explica así que los analista alberguen dudas sobre la evolución a corto plazo.
Tantos meses de tan fuertes subidas son muchos si se contemplan bajo la óptica de que la situación de la economía española no justifica tal euforia. Porque si es cierto que el panorama financiero internacional se despeja, todavía quedan serias dudas sobre el calendario de salida de la recesión de España.
Son argumentos para hacer pensar que la corrección que muchos expertos vienen anunciando desde verano puede estar más cerca. Pero ya nadie se atreve a dar un pronóstico mínimamente fiable, y lo más cierto es que los inversores continúan apostando por subidas.
Por ello se imponen más que nunca la prudencia y el análisis con detenimiento de las inversiones. La escasez de liquidez ha podido ayudar al retraso de un ajuste en los precios. Pero, por otro lado, el mercado está convencido de que hay mucho dinero agazapado a la espera de que los valores bajen para poder entrar nuevamente con fuerza en la renta variable.
El dilema no es cuándo se producirá una corrección, sino el calado de esta. Algunos expertos en el mercado hablan de más del 10%. Pero seguramente será, en definitiva, menos de lo que ha ganado el selectivo en este último trimestre. Eso lleva a que una parte muy significativa de los inversores descuenten ya que el año terminará en positivo. Hoy, más que nunca, es complicado apostar a seguro, porque la crisis ha hecho saltar la ortodoxia por los aires.