La gran banca mundial intuye luz al final del túnel
Seis meses en la mina, picando piedra. Así ha sido la primera mitad del año para las grandes entidades financieras internacionales. Pero parece que sus esfuerzos empiezan a ser recompensados. Tras trimestres de penalidades, sus cuentas semestrales muestran claros síntomas de recuperación.
Prácticamente todas las principales entidades internacionales han cosechado resultados positivos entre enero y junio. æpermil;stos muestran una senda ascendente si se comparan con el primer semestre del pasado ejercicio. La evolución también es favorable si se contrastan el primer y segundo trimestre de 2009 entre sí.
En muchos casos, la clave de las cuentas ha residido en el tirón de las divisiones de banca de inversión y mayorista. æpermil;stas unidades han dejado de originar pérdidas para volver a ser fuentes de beneficios. Así ha sido, al menos en JPMorgan, Barclays, HSBC, BNP Paribas, Deutsche Bank o Goldman Sachs.
También se han hecho sentir sobre las cuentas los efectos de la concentración sectorial ocurrida a raíz de las turbulencias financieras. æpermil;sta se ha materializado, por un lado, en una reducción de la competencia en el mercado. Y por otra parte, en economías de escala surgidas de las fusiones. Así, Wells Fargo percibió la absorción de Wachovia; Bank of America las de Merrill Lynch y Countrywide; Barclays la de Lehman Brothers, Santander la incorporación de A&L, B&B y Sovereign; JPMorgan la de Bear Stearns y BNP la contribución de la pata belga de Fortis. Precisamente, el grupo francés dio ayer sus resultados a junio: 3.162 millones de euros, un 9,3% menos. Si bien en el segundo trimestre ganó un 6,6% más.
En los primeros seis meses del año también se han producido algunas desinversiones. Es el caso de Citigroup. Este grupo sacó partido de la venta del 51% de la firma de corretaje Smith Barney a Morgan Stanley. Bank of America, por su parte, se desprendió de su participación en China Construction Bank así como de su negocio de procesamiento de pagos con tarjeta.
'Stress tests'
Las entidades financieras estadounidenses han sido objeto, en este periodo, de un minucioso examen por parte de las autoridades públicas. La pasada primavera la Reserva Federal (Fed) y el Departamento del Tesoro pusieron en marcha una serie de pruebas de resistencia o stress tests. Fruto de estos controles estimaron que 10 de los 19 mayores grupos del país necesitaban captar unos 51.850 millones de euros para afrontar los embates de la recesión económica. En el seno de la Unión Europa están programadas unas pruebas similares para la vuelta del verano, si bien todavía no hay consenso sobre si los resultados deben hacerse públicos, como en EE UU, o no.
Sea como fuere, todos los bancos de peso del mundo han tratado durante estos meses de reforzar sus ratios de capital a través de ampliaciones de capital, emisiones de preferentes, recortes (o eliminación) del dividendo, reinversión de los pagos al accionista en nuevas acciones o reajustando el tamaño de su balance.
Además, algunas entidades que recibieron ayudas públicas millonarias a raíz de la tempestad financiera han comenzado a devolver este dinero. Tal es el caso de JPMorgan, Goldman Sachs o Morgan Stanley.
Todo esto, llevó el lunes a Stephen Green, presidente de HSBC, a afirmar que "las condiciones en el sector financiero han mejorado conforme los efectos de las políticas de los gobiernos y los bancos centrales se hacían sentir, y puede que hayamos pasado, o estemos a punto de pasar, el punto más bajo del ciclo".
La mejora de los resultados también ha reavivado el debate sobre los bonus que deben recibir los empleados y directivos del sector. Varias entidades planean reinstaurar sus programas de incentivos, muy criticados con la hecatombe bancaria. Pero en el sector se justifican. "Es la forma de atraer y retener el talento", decía hace un par de días John Varley, consejero delegado de Barclays.
Sea como fuere, sus esfuerzos han tenido su reflejo en la Bolsa. Las entidades financieras se han revalorizado en Bolsa a tasas de dos dígitos. De hecho, la banca ha sido el gran impulsor de los principales índices bursátiles del mundo. Sus incrementos en el año han oscilado desde el 5,35% del FTSE al 18,28% del Ibex 35.
Aún así, estas alzas no implican que se hayan superado todas las vicisitudes en el sector. Algunas firmas siguen en resultados negativos. Tal es el caso de Morgan Stanley (perdió 1.275 millones de euros en el semestre) o UBS (-2.211 millones).
Las preocupaciones de los banqueros se centran ahora en un punto. Como señaló recientemente Vikram Pandit, consejero delegado de Citigroup, "nuestro mayor desafío reside ahora en el crédito al consumo". Kenneth Lewis, presidente de Bank of America, se pronunció en la misma línea. "Por delante tenemos desafíos difíciles en la economía global, como el creciente desempleo y el deterioro de la cartera crediticia", afirmó.
Y es que las pérdidas derivadas de los préstamos están ahí, como bien reflejan las cuentas de resultados. Las provisiones suben a ojos vista. Algunos como Deutsche Bank, han llegado a multiplicarlas por seis.