La apuesta de la Bolsa
El Ibex en los 10.000 puntos no es tan buen punto de entrada como hace unos meses.
Cuando la semana pasada marcamos máximos bursátiles anuales del año, y llevamos ya una revalorización acumulada superior al 46% desde mínimos de marzo, no son pocos los inversores tanto minoristas como profesionales que se están preguntando cuándo puede ser el momento de dejar atrás los miedos y la posición defensiva adoptada durante la crisis financiera y económica para empezar a considerar la entrada en activos de mayor riesgo, y en particular la renta variable.
En el caso de numerosos inversores profesionales de los diferentes segmentos de la industria de gestión de activos el planteamiento central de trabajo es seguir monitorizando la marcha macroeconómica y los mercados financieros para tratar de definir cuándo puede ser le momento de tomar un mayor riesgo en las carteras.
En la hipótesis de que las noticias y datos económicos en los próximos meses y trimestres vayan confirmando un escenario de salida de la recesión y recuperación económica, incluso aunque ésta sea débil y modesta, no es descartable que los índices se situaran ya claramente por encima de los niveles actuales.
De hecho, analizando los datos históricos económicos y bursátiles, las salidas de las recesiones suelen ir acompañadas de revalorizaciones bursátiles que terminan doblando (en un rango relativamente amplio) los niveles de los mínimos tocados al final del ciclo bajista anterior. Si somos de la opinión que los mínimos de marzo pasado fueron de facto los mínimos del ciclo bursátil bajista anterior, significaría que todavía nos quedaría más o menos otro tanto de la subida ya disfrutada. Esto no supone que, por supuesto, el camino hasta dichos niveles no vaya a estar minado por mayores o menores vaivenes y pequeñas correcciones o rangos laterales varios.
Claro que cabe preguntarse, aún a sabiendas que esto es ir muy allá en el futuro, cuáles serían las expectativas para un inversor que esperara a entrar en algún momento del camino hacia o alrededor de dichos niveles.
De nuevo, mirando hacia atrás en lo que la historia nos revela y dejando el pantanoso y resbaladizo campo de las valoraciones agregadas a nivel de índices, se puede afirmar que las expectativas de plusvalías adicionales serían escasas. Más bien y a no ser que disfrutáramos de una improbable recuperación económica sostenida y briosa, la historia de nuevo apuntaría a un escenario de importantes minusvalías desde esos máximos hipotéticos.
Este escenario arriba esquematizado significaría que una entrada o aumento de las posiciones en renta variable en un escenario de recuperación económica futuro y con los principales índices bursátiles básicamente en el doble del valor de los mínimos de marzo, podría ser potencialmente una decisión desacertada. Mi experiencia de las últimas semanas es que no son pocos los gestores de fondos, pensiones y carteras de inversión en general que pudieran seguir esta ruta.
Sin duda es muy difícil y problemático tomar la decisión de aumentar los niveles de exposición a renta variable en las semanas y meses alrededor de los mínimos de primeros de marzo pero también es importante señalar que caídas acumuladas superiores al 50% desde los máximos anteriores como las experimentadas entre otoño del 2007 y marzo del 2009 son en todos los casos, con la única excepción de la depresión de los años treinta del siglos pasado, un excelente punto de entrada.
En estos momentos con el Ibex por encima de la barrera psicológica de los 10.000 puntos ciertamente no es tan buen punto de entrada como hace unos meses. No obstante, para aquellos que tomen la decisión de adentrarse en mayor riego a través de fondos de inversión en renta variable es conveniente lanzarles algunas apreciaciones.
Lo primero es que no son pocos los gestores de fondos de Bolsa que han tomado posiciones defensivas en la medida que les han dejado. Esto se ha materializado a través de exposiciones a liquidez en las carteras superiores a lo habitual o a la sobreponderación de sectores industriales defensivos y no cíclicos que suelen funcionar relativamente mejor en las caídas, pero peor en las recuperaciones o las subidas. Estos fondos tenderán a tener un comportamiento peor que los índices bursátiles de referencia como el Ibex, el Dow Jones Euro Stoxx o el S&P 500, por ejemplo.
Por el contrario, aquellos fondos más agresivos, con posiciones en liquidez residuales, asignaciones a valores en sectores más cíclicos o correspondientes a compañías pequeñas (las conocidas como small caps) tendrán mayor probabilidad de batir a los índices y la media del sector y, por tanto, aprovecharnos al máximo de una hipotética continuación de la fase alcista.
Director de análisis de Lipper.
Claves. Mayor riesgo, más subida
En la línea que apuntamos al final del artículo, destacamos que aquellos valores de mayor riesgo, como compañías de menor capitalización, cíclicos o expuestos a los mercados emergentes suelen ser los de peor evolución cuando se producen las recesiones y las caídas bursátiles asociadas.El gráfico adjunto, que toma de referencia los últimos 12 meses, pone de relieve que los fondos que apuestan por esos mercados de renta variable, tras ser los que más sufren durante las bajadas, son los que también obtienen mayores rentabilidades durante el periodo en el que se produce la recuperación.