Un modelo bancario que saltó por los aires en unas horas
El FMI estima que las provisiones del sector rondan los 2,8 billones de dólares.
El tsunami desatado por las hipotecas subprime (de alto riesgo) y toda la gama de productos estructurados vinculados a estos créditos aún no ha amainado. De momento, en estos dos años ha dejado un reguero de cientos de víctimas, con la desaparición de los grandes bancos de inversión estadounidenses, incluida la quiebra del centenario Lehman Brothers, y un agujero en las cuentas públicas de los principales Estados que será difícil de reparar.
El balance provisional de los daños es aterrador: provisiones para la banca que rondan los 2,8 billones de dólares, según las estimaciones del FMI, y un sector financiero que ha visto reducida a menos de la mitad su capitalización bursátil. Desde que estalló la crisis, su valor ha pasado de 3,6 billones de dólares a 1,6 billones.
La batería de medidas que han puesto en marcha los Gobiernos, con multimillonarias inyecciones de capital y la nacionalización total o parcial de algunas entidades, ha conseguido evitar que la cifra de damnificados siga creciendo, pero el enfermo continúa en la UVI.
"Todos los activos tóxicos siguen en los balances de la banca. Lo único que se ha hecho es un maquillaje contable con inyección de fondos en las entidades, a través de preferentes en EE UU u otros mecanismos en otros países, para reforzar el capital de las entidades. El problema de solvencia se ha trasladado a las arcas públicas, lo que implica un riesgo de deterioro adicional porque la economía sigue estancada. Es un parche. Se está perdiendo la oportunidad de poner orden en el sistema bancario", afirma Félix González, socio director general de Capitalia Familiar.
Los expertos advierten que la vacuna contra una crisis de esta magnitud pasa por una profunda reforma de los cimientos sobre los que se sustenta el actual sistema financiero, la honesta revisión de sus cánones y la purga de los excesos cometidos en el pasado. Y en este traumático proceso nadie debería quedar inmune. "En el futuro, una entidad financiera demasiado grande o interconectada para dejarla quebrar también debería haber sido demasiado grande como para dejarla existir", comenta el BIS en su último informe. Esta institución insta a la creación de entidades "más sencillas y menos apalancadas", así como a la implantación de modelos de financiación en los que las complejas estructuras que campaban a sus anchas fuera de balance desaparezcan. También cuestiona la eficacia de los planes de rescate público. "Aún siendo imprescindibles -la intervención de los Gobiernos ha impedido una crisis sistémica de mayor calado- parecen dificultar más que favorecer el ajuste necesario".
En la construcción de esta nueva arquitectura financiera mundial, tutelada por los Estados y los supervisores bancarios, no se descarta que caigan más entidades, mientras otras que saldrán reforzadas.
Más controles
La reconstrucción del sector supondrá la vuelta a un modelo de negocio bancario más tradicional, la llegada de un sistema más exigente con los riesgos que se asumen, la incorporación de mecanismos adicionales de vigilancia sobre los gestores y el adiós a la época de bonanza. El FMI prevé que el declive de los resultados bancarios sea severo -pronostica pérdidas hasta 2010- y un periodo en el que parte del coste será asumido por los accionistas, con un descenso del pay out (porcentaje del beneficio que se destina a dividendos) desde el 60% al 20%.
El primer test que ha pasado con éxito la banca americana, epicentro de la crisis y causante del contagio a otras zonas, con el retorno a beneficios en el último trimestre podría ser un mero espejismo y asistir a nuevas réplicas del terremoto en un futuro.
Las 'subprime' españolas
La banca española ha pasado de refilón por la crisis por su escasa exposición a los productos subprime. Sin embargo, ahora acusa la escalada de la morosidad inmobiliaria. Las medidas anticrisis han llegado más tarde que en otros países -el Gobierno aprobó la semana pasada el fondo de ayuda-, mientras que el Banco de España va a suavizar los criterios de las provisiones por mora. El supervisor ha intervenido una entidad -CCM-, pero no se descartan más bajas, además de que se aceleren las fusiones, sobre todo en cajas.