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Medidas anticrisis

La CE duda de la eficacia de los estímulos fiscales en España

España es el país de la Unión Europea que ha adoptado el mayor plan de estímulo fiscal en 2009 (equivalente al 2,3% de su Producto Interior Bruto), pero Bruselas cree que alguna de las medidas, en concreto, las destinadas a apoyar el consumo (como la deducción fiscal de 400 euros), tendrán un impacto limitado de apenas tres cuartos de punto porcentuales del PIB. En cambio, los planes de inversión pública en infraestructuras, anunciados en noviembre del año pasado, podrían aumentar el PIB en más de punto y medio.

Las dudas de la Comisión sobre los recortes impositivos se deben a que "el elevado endeudamiento de la economía española (...) podría hacer que algunas de esas medidas, en lugar de impulsar el consumo o la inversión privada, aumenten la tasa de ahorro", señaló ayer el organismo comunitario en su informe anual sobre la situación de las finanzas públicas en la UE.

El documento dedica este año especial atención a los planes de recuperación económica presentados en la UE a lo largo de 2008, que supondrán una inyección fiscal del 1,1% del PIB este año y del 0,7% en 2010.

Si a las medidas coyunturales se añade la cobertura del gasto social (como el seguro del desempleo), los 27 países de la UE se han gastado ya como consecuencia de la crisis unos 600.000 millones de euros o el 5% del PIB comunitario.

Pero Bruselas teme que la suma no ha hecho más que empezar. Y en el informe publicado ayer advierte que el coste de la "rehabilitación" del sector financiero puede suponer hasta el 16,5% del PIB en el peor de los escenarios. "Ese coste estimado", alerta la Comisión, "se deriva de la asunción de que las inyecciones de capital se doblarán desde las aprobadas actualmente, que son del 2,6% del PIB, lo cual parece bastante poco en relación con las estimaciones sobre activos dañados en Europa".

Bruselas llega a tan alarmantes cifras tras analizar 49 crisis financieras ocurridas en el planeta desde 1970 y concluir que el coste medio de recuperación fue del 13% del PIB de los países afectados. En los países emergentes, la factura fue aún mayor, y en algunos casos llegó al 50%.

La CE se muestra muy pesimista en el informe sobre la gestión en Europa de la crisis bancaria. "Los retrasos en la aplicación de una estrategia global para resolver la crisis (...) puede incrementar la factura fiscal", advierte.

El documento llama la atención, en particular, sobre los riesgos que supone para el erario público el hecho de que en esta crisis "el sector bancario de la UE sea mucho mayor que en las anteriores y, en consecuencia, también son mucho mayores el tamaño de los activos dañados y las necesidades de recapitalización".

Para evitar la amenaza de una deriva fiscal de gran magnitud, el comisario europeo de Asuntos Económicos, Joaquín Almunia, insistió ayer en que "una estrategia de resolución de la crisis bancaria transparente y decidida es clave para reducir su impacto en las finanzas públicas".

Retirada gradual

Almunia también señaló que "la efectividad a corto plazo del estímulo fiscal depende de un compromiso creíble con la retirada de ese estímulo cuando la recuperación se haya afianzado".

En ese sentido, la CE subrayó que "sólo algunos Estados miembros, con la presencia notable entre ellos de España, comenzarán el año que viene a revertir las medidas de estímulo". Aún así, Bruselas sigue considerando inalcanzable el objetivo de déficit del 4,8% previsto por el Gobierno español para 2010.

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