Salir no era tan fácil como entrar
La suspensión de reembolsos de Banif Inmobiliario, el fondo más grande del sector, enseña a miles de ahorradores el peligro de invertir en este tipo de activos.
María Antonia Sánchez es dueña de una pequeña empresa que presta servicios de jardinería y Octavio, su esposo, tiene una granja de pollos.Hace ocho años vendieron el piso que habitaban en el centro de Zaragoza para comprarse uno nuevo a las afueras de la ciudad. En un primer momento pensaron cancelar la nueva hipoteca con las 39 millones de pesetas (234.395 euros) que recibieron por la venta del piso, pero el banco les convenció de que eramejor invertir ese dinero en un fondo inmobiliario que ofrecía una rentabilidad anual del 6%. Hoy se arrepienten de haberle hecho caso.
"En vez de quitarnos la hipoteca, invertimos en el fondo. Ahora tenemos una hipoteca que pagar y un dinero del que no podemos disponer. Esa impotencia es muy fuerte", dice Sánchez, de 52 años, uno de los 43.000 partícipes que han quedado atrapados en la suspensión de pagos del fondo Santander Banif Inmobiliario, el más grande de su tipo en España.
Como esta pareja, en los últimos 15 años miles de españoles han invertido en fondos inmobiliarios atraídos por rentabilidades que, si bien no igualaban el alza del precio de la vivienda, batían con creces la inflación. Pero ahora que el sector construcción se ha desplomado,muchos han descubierto con dolor que salir no era tan fácil como entrar. Las peticiones de reembolsos masivos han forzado a tres entidades -BBVA en noviembre; Santander, en febrero, e Inverseguros, enmarzo- a cerrar sus fondos ante la imposibilidad de afrontar pagos que en el caso de Inverseguros representaban el 97,90% del patrimonio. "Los fondos crecen cuando todo el mundo quiere entrar y nadie quiere salir. El problema se presenta cuando ocurre lo contrario", dice Víctor Alvargonzález, consejero delegado de Profim, una empresa especializada en fondos de inversión. "Cuando todo el mundo quiere salir del cine a la vez no sale nadie porque la puerta se tapona", añade. Por su parte, Ángel Martínez-Aldama, director general de Inverco, la patronal de los fondos, señala que ha sucedido lo que le puede pasar a cualquier entidad financiera. "Si mañana el 15% o 20% de los depositantes de un banco piden la devolución de sus ahorros, ese banco tiene que cerrar sus oficinas".
Confusión y desconfianza
Cada entidad ha resuelto el problema de manera diferente. Mientras que BBVA compró el 95% de su propio fondo, Santander e Inverseguros suspendieron los reembolsos por el plazo de dos años para generar liquidez con la venta de los activos. El caso que más controversia ha provocado ha sido el de Santander Banif Inmobiliario, no sólo por el tamaño del fondo, sino principalmente por la forma en que se dieron los hechos. Este fondo reembolsaba el dinero dos veces al año, entre el 1 y 13 de febrero y el 1 y 16 de octubre. Sánchez y otros partícipes aseguran que, cuando intentaron retirar su dinero en octubre para ponerlo a buen recaudo, el banco los disuadió con el argumento de que el fondo se nutría de los alquileres de los inmuebles que compraba y, por lo tanto, era inmune a la caída del precio de la vivienda. Sin embargo, dos meses después, la gestora anunciaba una tasación extraordinaria de todo el patrimonio con el fin de actualizar el valor de los activos. Los partícipes aseguran que a partir de ese momento los mismos asesores que en octubre los disuadieron de vender, ahora los animaban a hacerlo. "¿Cómo algo que en octubre era tan bueno, en enero era tan malo? No lo entiendo", dice Benito Molina, de 63 años, dueño de una pequeña panificadora en Zaragoza.
Por eso, la asociación de usuarios de servicios financieros Adicae está convencida de que, si el fondo se ha quedado sin liquidez, ha sido por el pánico que sus propios gestores han ocasionado. "Esto ha sido provocado por ellos mismos", dice Santiago Pérez, responsable de casos colectivos de la asociación. Pero Alvargonzález opina que en su papel de gestión de activos, a la gestora no hay nada que reprocharle. "Donde habría que plantearse si las cosas se han hecho bien es en la distribución. Los fondos inmobiliarios son poco líquidos por naturaleza porque un edificio no es un activo que se puede vender en un día. La pregunta es si la gente sabía bien lo que compraba o si en la euforia del momento ha querido saberlo". Los partícipes niegan que su inversión haya sido especulativa. "La rentabilidad no pasaba del 6%. La Caixa daba el 6,5% anual en plazo fijo a 1 año", dice Molina que confiaba ciegamente en la agencia del Santander que le vendió el producto, con la que trabajaba desde 1967 cuando todavía pertenecía al Banco Central.Hoy lo único que quiere es que le devuelvan su dinero.