EE UU autoriza a 10 bancos a devolver el capital público
El Tesoro de EE UU ha aceptado que 10 de las 19 mayores instituciones financieras devuelvan el dinero público con el que se reforzó su capital en 2008. La mayoría de ellas pasó la prueba de resistencia (stress test) sin obligación de aumentar su capital. Citi, Bank of America y Wells Fargo no están en ese grupo.
JPMorgan Chase, Morgan Stanley, Bank of New York Mellon, US Bancorp, Capital One, BB&T, American Express, Nothern Trust, State Trust y Goldman Sachs son las entidades que han ganado la autorización del Tesoro para devolver el dinero público con el que el Gobierno reforzó su capital el otoño pasado. Esta acción extraordinaria, que costó 200.000 millones de dólares (142.450 millones de euros), fue la solución acelerada que tomó un Ejecutivo que vio cómo en septiembre y octubre de 2008 el sistema financiero se situaba al borde del abismo.
El Tesoro, que no detalló la lista de bancos que devolvían el capital en su breve nota, espera recibir 68.000 millones de dólares (48.460 millones de euros) que se unen a otros 2.000 millones más ya reembolsados por instituciones más pequeñas. Además, estas firmas han abonado al Estado 1.800 millones en los últimos siete meses como dividendo de las acciones preferentes del Ejecutivo y que ahora los bancos pueden recomprar.
Bank of America y Citi, que han recibido unos 45.000 millones de dólares cada uno, y Wells Fargo, no han recibido la luz verde para devolver el dinero público. Los stress tests de estos bancos mostraron la necesidad de buscar la forma de aumentar el capital, algo que han hecho pero insuficientemente.
En total, y según dijo ayer Tim Geithner, responsable del Tesoro, en el Congreso, la banca ha captado unos 90.000 millones de dólares tras los stress tests. Algunos como JPMorgan o Goldman Sachs tuvieron que demostrar que podían captar dinero sin ayuda del Estado (es decir, sin el aval del fondo de garantía de depósitos).
La banca de EE UU lleva meses deseando devolver un capital que, en algunos casos, recibieron a su pesar. El dinero del Estado, conocido como TARP (por la legislación que lo presupuestó) permite al Gobierno un mayor control sobre las refinanciaciones hipotecarias, las contratación de trabajadores extranjeros y la compensación salarial.
Nuevas pruebas de fuerza
Elizabeth Warren, presidenta del Panel del Congreso Supervisor del TARP pidió ayer que se repitieran los stress tests porque los supuestos económicos negativos en los que se basaban estos exámenes han sido superados.
La posibilidad de que esto ocurra es remota pero las pruebas siguen siendo materia contenciosa, no solo en EE UU sino entre EE UU y Europa. Geithner quiere que la UE someta a sus bancos a unos exámenes similares y afloren los problemas en sus balances. Es algo en lo que encuentra apoyo en el FMI, que pidió lo mismo el lunes.
Geithner anunció además que la semana que viene se presentará un proyecto para crear un regulador de riesgos sistémicos.
La nueva supervisión se atasca en la UE
El Consejo de Ministros de Economía y Finanzas de la UE (Ecofin) no logró ayer un acuerdo sobre la reforma del modelo de supervisión financiera en Europa. Varios países, liderados por Reino Unido, se niegan a que esa reforma conceda poderes vinculantes a las futuras Autoridades europeas de supervisión bursátil, bancaria y de seguros. "Hay acuerdo sobre los principios pero no sobre las competencias de las nueva Autoridades", reconoció al término de la reunión el ministro checo y presidente de turno de la UE, Eduard Janota. Los debates, indicó Janota, continuará en la cumbre europea del 18 y 19 de junio y bajo la presidencia sueca a partir del 1 de julio.Bruselas propone, en línea con el llamado informe Larosière, que las Autoridades europeas puedan intervenir y resolver los posibles conflictos entre supervisores nacionales en relación con el escrutinio de una entidad financiera transfronteriza. "Una abrumadora mayoría apoya" esa propuesta, según las conclusiones aprobadas ayer por el Ecofin. Pero Londres, de momento, ha frenado el acuerdo.