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Aeropuertos

Ferrovial pide una regulación más flexible para BAA

La filial británica de Ferrovial, BAA, quiere más flexibilidad en las tasas de sus aeropuertos regulados con el fin de adaptarlas en momentos de crisis y que sus futuras inversiones se vean recompensadas. La empresa ha criticado la reforma regulatoria que el Gobierno de Gordon Brown pretende imponer en el sector aeroportuario.

Ferrovial ha mezclado una pequeña dosis de diplomacia y mucha contundencia para contestar al informe emitido en marzo por el Departamento de Transportes de Reino Unido, en el que se exponía la necesidad de un nuevo marco regulatorio para el sector aeroportuario. La empresa, que controla siete aeropuertos en Inglaterra a través de su filial BAA, está de acuerdo en que las normas establecidas en 1986 tienen que ser modernizadas, pero estima que el Gobierno debe trabajar más sus iniciativas al no haber calculado los costes y beneficios de las mismas.

Entre las propuestas de la Administración figura estrechar el control sobre los aeropuertos regulados (Heathrow, Gatwick y Stansted) y establecer un sistema de intervención por el que el Gobierno tomaría las riendas de BAA en caso de que ésta presentara problemas económicos. El objetivo que persigue el Departamento de Transportes es que se cumplan unos mínimos ratios de competencia, calidad del servicio y cuidado del medio ambiente.

En el documento de respuesta, del que se han hecho públicas 75 páginas, Ferrovial argumenta que "el proceso de aplicación del nuevo régimen puede dar lugar a importantes costes de transición", y añade que el Departamento de Transportes y Aviación Civil deberían acercar posturas con el fin de establecer el modo en que serían recuperados esos costes a través de las tasas que se cobran a las aerolíneas.

La firma propone sistemas tarifarios más flexibles, capaces de adaptarse en crisis como la actual o ante la necesidad de grandes inversiones, e incluso que se amplíe el plazo de cinco años en que permanecen vigentes las citadas tarifas.

Dudas

En el capítulo de quejas, Ferrovial habla de un nuevo ambiente de incertidumbre para los inversores que han confiado en BAA. "El marco regulador actual había aportado un entorno estable para la deuda de BAA y sus inversores desde la privatización", recuerda el documento. La española expone que siempre han estado claros los riesgos asociados a cada inversión en los aeródromos regulados, lo que le ha facilitado la obtención de fondos a través de emisiones de bonos. Su pelea ahora es que los cambios no perjudiquen a los bonistas.

BAA señala que sólo la intención del Gobierno de cambiar las normas "está impactando en nuestra calificación crediticia Standard & Poor's la puso en perspectiva negativa en marzo y en nuestra capacidad de reunir fondos para proyectos".

Otros argumentos que reitera la empresa son la necesidad de una tercera pista para Heathrow y que Stansted y Gatwick sean desregularizados.

Rechazo a la intervención pública

Uno de los puntos más conflictivos propuestos por el Departamento de Transportes el pasado mes de marzo fue la creación de un régimen de Administración Especial por el que el Gobierno tomaría las riendas de BAA durante periodos de dificultades financieras. La Administración argumenta que la filial de Ferrovial gestiona activos estratégicos para Reino Unido y que debe garantizar que los aeropuertos funcionan con eficacia ante cualquier contexto económico adverso.BAA ha buscado, junto a la asociación que engloba a los bonistas (ABI por sus siglas en inglés), una alternativa que discute actualmente con Transportes y que no quiso desvelar ayer.En todo caso, la firma se opone a la Administración Especial y considera que su riesgo de insolvencia es "extremadamente bajo teniendo en cuenta las características económicas fundamentales de los aeropuertos".

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