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Motor

GM instará su concurso tras el rechazo de sus acreedores a un canje de deuda

El consejo de General Motors decidirá antes del fin de semana solicitar el concurso de acreedores, algo que podría materializarse el lunes. Este desenlace, descontado desde hace días, se convirtió en una práctica certeza ayer tras el rechazo recibido por parte de los bonistas a un intercambio de 27.000 millones de dólares de deuda de la que son acreedores por el 10% de la compañía. El concurso da cuenta de la extraordinaria crisis de una empresa que hace menos de 50 años fabricaba la mitad de los coches que se vendían en EE UU.

La última pata del acuerdo para reorganizar GM sin necesidad de instar el concurso de acreedores falló, como se anticipaba, en la noche del martes. Bajo órdenes del Tesoro, la única fuente de financiación que tiene ahora mismo, GM ofreció a sus bonistas el 10% de la compañía como canje de una deuda de 27.000 millones de dólares. Un porcentaje "sustancialmente menor al 90%" de los bonistas rechazaron este intercambio cuyo plazo de aceptación se cerraba a media noche del martes. Y con ello ha quedado sellado el destino de la centenaria compañía. Sus acciones se desplomaron ayer un 19%. El consejo se reunirá "a finales de esta semana", según la empresa, y es de esperar que acudan al juzgado a instar el concurso el lunes, después de haber cumplimentado los pagos a los proveedores. Estos pagos se adelantaron para hoy mismo y no en la fecha normal de vencimiento de estas obligaciones que es después del 1 de junio. El lunes vence el plazo que la Administración de Barack Obama había dado a GM para negociar un plan de reorganización y viabilidad sin necesidad de instar el concurso.

La oferta a los bonistas era parte de un esfuerzo por parte de GM para reducir su deuda y tener un plan de viabilidad, algo que le ha demandado el Gobierno para seguir apoyándola. Con esta premisa como objetivo, la automovilística ofreció el 17,5% de la empresa al fondo que gestiona las prestaciones de salud de los trabajadores sindicados (el Veba) al que debe 20.400 millones de dólares. El sindicato, que gana un puesto en el consejo, se ha comprometido a aceptar más bajas incentivadas y a no hacer huelgas hasta 2015. El 70% de la compañía quedaría, temporalmente, en manos del Estado, quien ya ha prestado 19.400 millones dólares y va a tener que dar unos 30.000 millones más para que la empresa pueda seguir operando durante el proceso judicial.

Los bonistas han considerado que se les trataba con menos deferencia que a los sindicatos y al Gobierno. Ligados en un grupo que se ha dado en llamar GM Bondholders Unite, afirman ser pequeños y grandes titulares de deuda "determinados a proteger nuestros derechos y nuestras inversiones". Para ellos, las ofertas que se les han hecho "hacen desaparecer los ahorros de decenas de miles de personas que creyeron que hacían una inversión conservadora en una marca histórica americana".

La automovilística de Detroit adelanta a hoy un pago crítico para sus proveedores

Pero esta marca lleva años escribiendo unos capítulos en su historia que hablaban de claro declive: la apuesta por coches de elevado consumo que están perdiendo atractivo, la consecuente caída de ventas, los costes laborales en sanidad y pensiones, la competencia de marcas más productivas e instaladas en EE UU como Toyota y Honda, problemas de calidad y poca inversión en nuevos desarrollos han ido convirtiendo en barro los pies del gigante.

Tras el concurso, cuya instancia coincidirá con la salida de este mismo procedimiento de Chrysler (algo previsto para la semana que viene), la nueva GM será mucho más pequeña ya que se desprenderá de las marcas Saturn, Hummer, Pontiac, Saab y Opel, y estará lejos de ser la primera automovilística del mundo, un título que mantuvo entre 1931 y 2008.

Opel tiene los activos europeos y Berlín y la UE se mueven

La posible entrada en concurso de acreedores de General Motors ha acelerado los trabajos del Gobierno alemán y los de la propia compañía. Ayer, la multinacional desmintió que estuviese separando sus activos europeos, e informó de que simplemente los estaba agrupando en la sociedad Adam Opel GmbH. Esta operación, informó, permitirá la creación de una sociedad fiduciaria que sería la que recibiría los préstamos puente del Gobierno alemán. La canciller germana Angela Merkel convocó ayer una reunión, que seguía al cierre de esta edición, con altos cargos de su gobierno porque crece la presión para encontrar una solución antes de la quiebra. Los candidatos a la compra son el fabricante de componentes Magna y Fiat, que aún han de mejorar sus ofertas, según el Gobierno. La preocupación por Opel embarga a Europa. La Comisión está organizando un encuentro de ministros de la UE para analizar la situación del fabricante automovilístico Opel y discutir las distintas opciones para asegurar su supervivencia, según anunció ayer el portavoz comunitario de Industria, Ton Van Lierop.

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