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Mercados

Las caídas en Bolsa presionan la deuda de las cotizadas

El descenso desde máximos dificulta el canje de los bonos convertibles.

El reciente rebote no evita que la mayoría de las cotizadas de todo el mundo se sitúe muy por debajo de la etapa dorada de la Bolsa, cuando lo normal era marcar un máximo tras otro. Muchos accionistas están pillados a precios muy superiores a los actuales. Pero la situación no sólo les afecta a ellos.

Algunas compañías siguen muy de cerca la evolución de su cotización. Si ésta sube lo suficiente, no se verán obligadas a abonar en dinero contante y sonante los bonos convertibles que emitieron hace años, sino que saldarán su deuda con acciones, procedentes de una ampliación de capital o de autocartera, según cada caso.

Pero a tenor de la evolución bursátil desde que se marcaron máximos en las Bolsas -en el caso del Ibex, fue en noviembre de 2007-, la mayoría de los bonos convertibles que vencen éste o los próximos dos ejercicios será difícilmente canjeable.

La alternativa a pagar en acciones es abonar el dinero en efectivo, lo que daña la liquidez.

En principio, la única salida es abonar en efectivo el importe del principal a los inversores. Esto tendría un inmediato efecto negativo en la liquidez de la empresa, lo que, en algunos casos, supondría una seria amenaza para su viabilidad.

Así ocurría con Jazztel, que la semana pasada puso orden en sus finanzas al llegar a una solución innovadora para eliminar los problemas que le daba su bono convertible de 251 millones. æpermil;ste vencía en abril del próximo año y las posibilidades de que pudiera pagarlo eran mínimas sin una refinanciación. El precio de conversión estaba fijado en 1,8 euros por título, un objetivo inalcanzable a tenor de su cotización (el viernes cerró a 0,29 euros). Así, Jazztel ha llegado a un acuerdo con parte de los bonistas y, como primer paso, les recomprará la deuda por el 50% de su valor, y se ahorrará tener que devolver el principal en la fecha prevista.

Cotización mínima

A finales del año pasado, Sol Meliá, por ejemplo, se vio obligada a pagar 150 millones en efectivo, debido al vencimiento de las obligaciones convertibles que colocó en noviembre de 2003. Sus acciones se situaban muy por debajo de los 11,9 euros, el precio de ejercicio.

Un gran número de empresas, estadounidenses, europeas e incluso españolas, se encuentra en una tesitura similar. General de Alquiler de Maquinaria (GAM) emitió 125 millones en obligaciones convertibles en agosto de 2007 que podrían transformarse en acciones valoradas a 37,05 euros. El viernes cerraron a 5,37, de manera que ha de subir nada menos que un 589,9%. En este caso, todavía hay tiempo, pues el plazo para ejercer la conversión finalizará en agosto de 2012; mientras tanto, la empresa abona por esa deuda un interés de sólo el 2,75%. El bajo coste es una de las ventajas de la renta fija convertible: "Para las empresas supone una alternativa de financiación barata, más barata que los bonos convencionales", explica Luis Esguevillas, responsable de mercado de capitales de Citi.

Uno de los ejemplos más llamativos en cuanto a la imposibilidad de pagar con acciones es el de Alcatel. La emisión que realizó en 2003 por más de 1.000 millones de euros vence el próximo año y el precio de canje es de 16,18 euros, de forma que ha de subir un 734,9% para que a los inversores les sea rentable cambiarlos por acciones.

Hay casos en que el precio de conversión no es fijo, sino que depende de una fórmula, como en Dogi. Pero el fabricante textil también se ha visto afectado por la caída en Bolsa. En el último periodo de conversión, los bonos no pudieron ser canjeados, debido a que el precio teórico era inferior al nominal de la compañía (0,6 euros).

Banco Santander, que emitió bonos obligatoriamente convertibles en septiembre de 2007, no tendrá problemas en cuanto al precio de la acción, ya que, sea cual sea, los bonistas recibirán títulos del banco, como muy tarde, en octubre del año 2012.

La crisis dispara las emisiones de renta fija híbrida

ArcelorMittal fue la que abrió el camino con la emisión en marzo de obligaciones convertibles -un híbrido entre renta fija y variable- por 1.250 millones de euros. La demanda fue muy superior a la oferta, lo que le llevó a emitir otros 800 millones de dólares el pasado abril. En Europa, siguieron a la siderúrgica Capgemini (575 millones de euros), Anglo American (1.277), Unibail-Rodamco (575) y WPP (500). En España, La Seda ha anunciado que estudia una emisión de convertibles de hasta 150 millones de euros."Las emisiones se frenaron por completo durante un periodo concreto del año pasado, pero ahora se han reactivado. Muchas empresas, dada la caída de sus cotizaciones, están utilizando esta herramienta para obtener financiación", señala Manuel Esteve, responsable de mercado de capitales de JPMorgan en EspañaAsí, las emisiones mundiales alcanzaron los 7.196,2 millones de euros en abril, lo que supone su máximo mensual desde mayo de 2008. En los últimos 12 meses, el sector financiero ha acaparado el 34,3% de las emisiones.Para los inversores, son un producto adecuado en el momento actual, según los expertos. Se benefician de la subida en Bolsa, al igual que un accionista, están protegidos en las caídas y además reciben un cupón anual, señala el responsable de mercado de capitales de Citi."Tradicionalmente los inversores en este tipo de producto han sido inversores técnicos, tanto hedge funds como fondos de derivados, que invierten en la volatilidad de la acción a través del bono convertible, aunque durante este año hemos visto un número creciente de fondos tradicionales de renta variable", explica Luis Esguevillas.

La cifra

88,7% es lo que tienen que subir las acciones de Criteria para que sea rentable canjear los convertibles que emitió La Caixa el año pasado. Vencen en 2011.

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