"Sólo hay treinta países preparados para una pandemia"
Asegura que puede haber una segunda oleada de gripe A a partir del próximo otoño y que sólo treinta países cuentan en la actualidad con las estructuras necesarias para afrontar una pandemia de estas características
Acreditó su categoría científica en los casos de las populares vacas locas y la gripe aviar. Ahora se enfrenta a un tercer reto, el virus A/A1N1, cuyo impacto final sobre la salud y la economía todavía se desconocen.
¿Debemos estar muy preocupados?
Esta nueva gripe actúa sobre dos grandes áreas: la salud y la economía. En ambos campos, los impactos son diferentes, en función de los recursos y de la situación de cada país. Lo que en un sitio puede solventarse con una semana en cama, en otro puede ocasionar la muerte. En el plano económico, la gama puede ir desde el hundimiento parcial de un sector hasta la ruina general. Por eso resulta importantísimo aislar los focos, evitar la propagación y prevenir las consecuencias de una eventual segunda oleada de contagios. Una tarea que, en el contexto actual, entraña enormes dificultades.
"La gripe será la excusa para nuevas guerras comerciales. Lo de Rusia puede ser sólo un peligroso anticipo"
¿Por ejemplo?
Los transportes y la comunicación han dotado a la salud y a la economía de un carácter global. Ello ha permitido que el virus se propague a gran velocidad. Aplicar medidas de control como las zonas de incidencia tendría impactos muy negativos sobre la economía. Y, sin embargo, podríamos vernos obligados a ello para preservar la salud.
¿Qué escenario se está temiendo?
Nosotros manejamos previsiones científicas, no especulaciones. Dentro de ellas, existe la posibilidad de que sobrevenga una segunda oleada de gripe, tal vez en otoño-invierno. En el peor de los escenarios, podría producirse una recombinación de este virus con el aviar, que es mucho más agresivo.
Y, puestos en lo peor, ¿cuáles serían las consecuencias?.
Sólo treinta países cuentan con las estructuras para enfrentarse a una pandemia. Ello significa miles de víctimas en Asia. Pero estamos hablando de una posibilidad que estamos trabajando para que no se produzca. El ciudadano de a pie no debe alarmarse, simplemente ser responsable y seguir las instrucciones de las autoridades.
Hablemos de economía.
En ese supuesto más negativo, las repercusiones sobre la economía serían gravísimas. Para evitar la propagación, habría que paralizar los intercambios y afrontar cuantiosas inversiones por parte de países que ya están descapitalizando para incentivar una reactivación económica, que no habría llegado todavía. En ese contexto, muchos países se hundirían en la ruina.
Ya hay sectores concretos que avisan de ese escenario.
Las cuestiones relacionadas con la salud hacen que la gente sea muy sensible. En la práctica, esta gripe viene a constituir la excusa perfecta para la apertura de guerras comerciales. Lo de Rusia puede ser un peligroso anticipo. No hay ninguna razón científica para evitar el consumo de carne y, sin embargo, se están cancelando importaciones. Por mucho que los científicos tratemos de concienciar a la población para que ajuste su comportamiento a lo razonable, nunca podremos evitar decisiones y miedos sin fundamento. En España, el sector porcino tiene gran importancia económica y esta gripe va a agravar una situación afectada por la crisis.
¿Qué diferencia hay entre esta patología de sus precedentes, como las vacas locas y la gripe aviar?
Sobre todo, que se trata de un virus mucho menos agresivo, más benigno. Si no se recombina con el aviar, la incidencia en los países desarrollados se limitará al desembolso en antivirales y a la pérdida de horas de trabajo por guardar cama unos días. Más importantes serán las repercusiones sobre el transporte y el sector. Pero la diferencia más importante es que las inversiones en experimentación en los casos de las encefalopatías espongiformes y la gripe aviar nos colocan ahora en una situación mucho más favorable.
Además, los problemas relacionados con salud y economía parecen cada día más frecuentes.
Vivimos en un mundo tremendamente cambiante y globalizado. Está el cambio climático, la mezcla de etnias y culturas, experimentos cada vez más arriesgados Continuamente aparecen nuevas enfermedades y rebrotan otras que considerábamos erradicadas. Enfrentarse a esos retos constituye una tarea apasionante, aunque exige esfuerzos muy considerables.
"España lo está haciendo bien"
Juan José Badiola considera que "enfrentarse a la propagación de un nuevo virus constituye una tarea nada fácil. En este contexto, España lo está haciendo razonablemente bien, aunque el Gobierno debe estar preparado para la posibilidad de tener que adoptar medidas drásticas, si la evolución se orienta hacia escenarios más complicados".En opinión de este científico, "en España van a aparecer bastantes casos, porque existe una relación muy estrecha con México y ello explica que, lógicamente, seamos el país europeo con mayor incidencia. En nuestra propia Facultad de Veterinaria contamos con una persona afectada".Respecto a la actuación de las autoridades mexicanas, Badiola considera que "es bastante probable que el virus llevara propagándose tiempo antes de que fuera comunicado oficialmente. Pero eso no implica necesariamente desidia ni ocultación por parte de ese Gobierno, porque la seguridad en la detección de un nuevo virus no es fácil y las consecuencias derivadas de los controles perjudican a la economía. De hecho, las pérdidas económicas en México van a ser tan cuantiosas que la ayuda internacional resultará imprescindible".Badiola subraya que "la coordinación de actuaciones resulta ahora fundamental, porque existen grandes diferencias en la calidad de las estructuras sanitarias. Hay que poner todos los medios para evitar los contagios, aunque resulten tan incómodos como las terminales específicas. Si no se actúa drásticamente, la engañosa comodidad de hoy puede propiciar una trampa mortal."