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Columna
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De acuerdo, no hay solución

A cualquier nueva iniciativa gubernamental, nuevas críticas. Nada constructivo. Si acaso, la apelación a decisiones traumáticas imposibles. Y es que muchos economistas parecen estar en una oscuridad permanente en estos momentos. Me recuerda mucho el debate tardío existente en Japón en los noventa. De acuerdo, sus autoridades tomaron decisiones demasiado tarde y quizás demasiado limitadas en el tiempo. Pero al final, aprendieron. Y la respuesta no fue naturalmente dejar caer el sistema bancario o nacionalizarlo en conjunto. Esta no era la solución. Más bien, el riesgo a evitar.

¿Y la depresión económica?, ¿y la deflación? Pero, ¿habría sido mucho mejor sin el sistema financiero?, ¿estaba el Gobierno japonés capacitado para gestionar al conjunto de los bancos? Y el sistema financiero actual es mucho más complejo e integrado al existente 10 años atrás. Además, no nos olvidemos, estamos ante una crisis global.

Sí, no hay solución rápida para la crisis actual. Lo que no significa que no tenga salida. Una salida gradual, a medio plazo y costosa. Además, el futuro que tenemos por delante nunca será igual al escenario idílico de los últimos 10 años. Bueno, nunca se sabe. Aunque será complicado repetirlo.

Sigo pensando que estamos inmersos en un fuerte ajuste: de la banca, hipotecario, de los mercados y de la economía. Un ajuste, lamentablemente, de apalancamiento en condiciones financieras mucho más restrictivas. En la actualidad, y que mejorarán sólo marginalmente en el futuro. Pero, como decía antes, veo de forma muy positiva todas las medidas que se han tomado hasta el momento y acuerdos internacionales que nos marcan el camino a seguir en el futuro.

En definitiva, la disyuntiva clásica entre la botella medio vacía y medio llena es ahora entre la botella medio vacía y la no existencia de botella. Este último riesgo parece que lo hemos evitado a costa de un fuerte impulso económico e intervención de los mercados por las autoridades. No lo vean de forma negativa: los mercados no funcionan, así como también es limitada la transmisión de la política monetaria. Esto requiere decisiones extremas. Lo reconozco, con mucha incertidumbre sobre su impacto final a medio y largo plazo. Con todo, un riesgo asumible ante la alternativa de no tomar decisiones. Ya saben, quedarnos sin la botella.

'Sin el sistema financiero no habrá recuperación económica'. Así lo expresaba el anterior secretario del Tesoro norteamericano, Hank Paulson. Y lo repite el actual, Tim Geithner. Del Plan Paulson hasta el Plan Geithner. ¿Hay suficiente dinero para comprar los activos tóxicos de la banca norteamericana? ¿Y de la banca mundial? Las cifras que se manejan se nos escapan de las manos.

Pero, ¿de verdad sabemos lo que son los activos tóxicos? La mayor flexibilidad en la regla de mark to market dará más tiempo a la banca para ajustar su balance, por lo que respecta a activos financieros. El resto, dependerá de la propia economía: el problema ahora es la crisis económica tras asentar (que no superar) la crisis financiera. Sin duda, nos aproximamos a una crisis económica tradicional pero de una magnitud que supera a cualquier otra reciente anterior. ¿Hemos visto lo peor? Me quedo con la descripción que hizo un miembro de la Fed hace unos días: vamos a un escenario menos malo. Simplemente.

La subida de las Bolsas, que puede continuar, no refleja tanto una mejora en el escenario como una corrección frente a una sobreventa anterior. Pero no cambia la tendencia de fondo, que sigue siendo negativa. Y es que la incertidumbre seguirá siendo elevada a medio plazo, en este caso por el potencial coste de las medidas tomadas ahora para delimitar la crisis. La Oficina Presupuestaria del Congreso norteamericano plantea para el periodo 2010-2019 un déficit público promedio del 5,3% del PIB, cuando la deuda podría alcanzar niveles del 82% (13% y 56% previsto para este año).

Cifras demasiado contundentes para no generar nuevas preguntas: ¿cómo impactará en los tipos de interés? ¿Restará financiación a la deuda privada? Sin hablar de la reversión de las medidas de impulso monetario de la Fed. ¡Demasiado complicado!

José Luis Martínez Campuzano. Estratega de Citi en España

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