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Cinco Sentidos

Estados Unidos gana a Europa la batalla contra el cáncer

La supervivencia es mayor en EE UU. En Europa no todos los pacientes tienen acceso a la mejor medicina

En Europa el tratamiento oncológico es un derecho universal, en Estados Unidos, no. Excepto los pobres y los ancianos, que son atendidos sin discriminación por los médicos de la red pública, el resto, el norteamericano medio, sólo tiene acceso a aquellas terapias que previamente pagó. Hasta que Obama lo remedie, habrá medicina para ricos y medicina para pobres.

Sin embargo, y a pesar de la desigualdad, las tasas de supervivencia oncológica son superiores a las europeas, según las estadísticas que maneja la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM); especialmente en dos patologías, la colorrectal y el cáncer de estómago. Los expertos en salud pública no se atreven a precisar las causas, pero intuyen que detrás de esta ventaja competitiva se esconden los avances científicos. EE UU es pionero en muchos tratamientos médicos, algunos liderados incluso por investigadores españoles, y eso se traduce en beneficios para la salud de los enfermos. Cuando en Europa se ha cerrado la puerta el tratamiento del glioblastoma multiforme, en Estados Unidos sigue abierta; lo mismo ocurre con el cáncer de pulmón.

¿Eso significa que hay que seguir volando a EE UU para ganar la batalla al cáncer? Ramón Colomer, presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica y director de la clínica MD Anderson de Madrid, opina que no es imprescindible, pero reconoce que aún persisten algunas diferencias entre el nuevo y el viejo continente, de la misma manera que son constatables las desigualdades entre España y Europa y entre comunidades autónomas, como pone de manifiesto el informe Accesibilidad a diagnósticos y tratamientos innovadores en oncología que ha elaborado el Instituto de Estudios Médicos Científicos.

El documento señala que el acceso a los mejores tratamientos oncológicos es mayor en los países nórdicos que en los países mediterráneos, y en el oeste que en el este. En el ranking, España se encuentra en la media europea. Las tasas de supervivencia son superiores en Francia, Dinamarca, Noruega, Suecia y Holanda, pero muy inferiores en Inglaterra, sin que los especialistas sepan explicar el por qué. 'Tal vez porque ellos son exhaustivos en la recogida de datos y muestran con total transparencia sus desigualdades', señala irónico el doctor Colomer.

En España, el cáncer se cura, pero faltan especialistas, 1.100 oncólogos aproximadamente; el acceso al diagnóstico de vanguardia no es equitativo, ni entre territorios ni entre hospitales; faltan grupos multidisciplinares de atención y centros de tratamiento integrales -el Instituto Catalán de Oncología, el MD Anderson de Madrid y el Instituto Valenciano de Oncología, son los más punteros- y los planes autonómicos de cáncer no son operativos, no cifran los recursos humanos y financieros. 'La música suena bien, pero falla la letra', resume el doctor José María Martín Moreno, coordinador del trabajo.

La descentralización autonómica juega en contra del enfermo de cáncer, a juicio del doctor. Este especialista hecha de menos un modelo similar al francés, con una red de centros integrales especializados en tumores concretos. En el país galo, además, existe un sólo plan integral del cáncer, que todos los años aquilata las necesidades económicas y humanas para cumplir sus objetivos. 'En España hay mucha estrategia y poco dinero', resume Martín Moreno. Este especialista envidia también las cartas de derechos de los países nórdicos: 'El enfermo español tiene derecho a una segunda opinión, a cambiar de hospital si hay otro, distinto del suyo, que le ofrece una terapia más efectiva, y puede viajar a otro país para garantizar su curación, pero esto es en teoría, en la práctica el SNS pone un montón de trabas para facilitar el mejor tratamiento', asegura.

El coste de la supervivencia

Curar el cáncer tiene un precio. Y no todos los países parecen dispuesto a asumirlo. Es el caso de Gran Bretaña. En el país anglosajón no se financia ningún medicamento cuyo coste por año de vida ganado supere las 30.000 libras. Esta misma discusión se abrió recientemente en Holanda, sin que aún se haya llegado a ninguna conclusión. Y Francia está realizando varios estudios con el mismo objetivo. Calibrar si merece la pena financiar fármacos carísimos cuando la supervivencia que garantizan es escasa.España no juega con estas reglas. Nuestro país ocupa la quinta posición en la incorporación de medicamentos, por detrás de Austria, Suiza, Francia y Alemania. El acceso de los europeos a las nuevas dianas terapéuticas sigue siendo muy desigual.'La rápida entrada de un fármaco no es garantía de nada. Austria aprueba las prescripciones un día después de que lo haga la Agencia Europea del Medicamento, y eso no le da tasas de supervivencia mayores, sólo sabemos que sus ciudadanos pagan más por los tratamientos', advierte Ramón Colomer, presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).

Los mejores

l M. D. Anderson Cancer Center en Texas (www.mdanderson.org)l Memorial Sloan-Kettering Cancer Center en Nueva York (www.mskcc.org)l Fred Hutchinson Cancer Research Center en Seattle (www.fhcrc.org)l Instituto Europeo di Oncología en Milán (www.ieo.it)l Institut Gustave Roussy (www.igr.fr) en Parísl Cancer Centrum Karolinska (www.cck.ki.se) en Estocolmo.

La clave: el dinero

- En la UE-25, el cáncer es la tercera causa de muerte después de las enfermedades cardiovasculares y mentales. La OMS predice que en el año 2020 el número de casos puede aumentar un 25% hasta llegar a los 3,4 millones. El número de muertes por esta enfermedad aumentará un 23%.- Mientras que la carga del cáncer representa el 16,7% del total de la carga de enfermedades, sólo entre el 4,1% y el 10,6% de los recursos financieros se destinan a este fin. Existe, por tanto, una asimetría ente los recursos dedicados a la atención oncológica y los que realmente se requieren.- Entre el 60%-83% del gasto, según países, se dedica al cuidado de los pacientes hospitalizados, entre el 7%-16% a la atención ambulatoria y sólo entre el 4% y el 11% a las terapias que necesitan los enfermos para curarse.

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