_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Mala cosecha de MBA

Ya estamos a abril y los estudiantes de negocios deberían estar decidiendo qué oferta de trabajo de los bancos de inversiones aceptar. Pero la cosecha de MBA de este año no pinta demasiado buena. Una industria financiera cauta y menguante comporta la disponibilidad de montones de activos ya experimentados a bajo precio.

El problema, claro, es que Wall Street ha sido asaltado por los despidos. El número de empleados en el sector financiero decreció en 43.000 en marzo, de acuerdo a los datos publicados por el Gobierno. Se trata del decimoquinto mes de caída en picado.

Eso no sólo significa que muchos bancos aún están recortando plantilla, sino que los que buscan personal tienen montones de jóvenes en paro con experiencia para elegir. Igual que con las inversiones financieras, no hay ninguna razón para probar cosas nuevas cuando abundan los activos con historial. Y los estudiantes no pueden contar con un programa gubernamental para activar la demanda de sus servicios.

Los bancos de inversiones estadounidenses y especialmente las boutiques están haciendo aún la ronda por las escuelas de negocios, pero no están contratando a demasiados. Incluso a las escuelas Ivy League se les ha reducido a la mitad el número de estudiantes aceptados en Wall Street. Las ofertas de empleo a estudiantes extranjeros incluso se han rescindido porque los bancos que han recibido ayudas públicas se enfrentan a obstáculos extra para asegurar sus visados.

El lado positivo es que el número de estudiantes que querían trabajar en Wall Street alcanzó su pico antes de que explotase la burbuja. Sólo la mitad de los MBA de Harvard del año pasado se metieron en las finanzas. Las áreas más demandas son ahora los negocios de venture stage, el sector energético y compañías extranjeras. Incluso en esas áreas, el número de perfiles aceptados ha caído sobre una cuarta parte. Aunque ése es un uso más eficiente del talento. Después de todo, las finanzas deberían ser un accesorio de la creación de riqueza, y no su motor.

Las clases de MBA tienen un buen historial de concentrarse en las burbujas en crecimiento. Los pocos que aterricen ahora en bancos tendrán menos competencia. Cuando se recuperen los mercados, estarán bien situados. De eso se dará cuenta la siguiente generación de jóvenes y ambiciosos estudiantes, y entonces empezará una nueva carrera de obstáculos hasta Wall Street.

Robert Cyran

Archivado En

_
_