Oportunidad bursátil
Algunos indicadores adelantados señalan que la recuperación puede estar cerca.
Con los datos del PIB norteamericano para el cuarto trimestre, revisados a una caída anualizada del 6,2% desde el 3,8% de la estimación inicial, el peor dato desde el tercer trimestre de 1982, y las Bolsas en mínimos de seis años, seguramente que serán pocos los inversores minoristas que se atreven siquiera a mirar a la misma. Sin embargo y en mi opinión desde un punto de vista táctico y estratégico representa un excelente punto de entrada que los inversores institucionales - a los que se les supone unas capacidades y conocimiento superiores- debieran considerar seriamente.
Los mínimos que hemos tocado esta semana pasada son en realidad técnicamente los mismos que registramos a finales de octubre y finales de noviembre del año pasado y en la penúltima semana de enero de este año. Básicamente, tanto en los índices de referencia norteamericanos como en nuestro Ibex 35 nos encontramos en un 50% de caída aproximada acumulada desde los máximos del otoño del 2007. Este nivel de caída ha venido funcionando como señal de compra en la inmensa mayoría de los periodos recesivos del último siglo.
No obstante, ésta no será señal válida para aquella legión de analistas y gestores, que cada vez parece más numerosa, que piense que ésta no es una recesión clásica sino una especialmente dura y larga, que si bien no llegará a los extremos de la depresión de los treinta es de un calibre muy superior a cualquiera sufrida desde la Segunda Guerra Mundial.
Pues bien, me gustaría lanzarles algunas reflexiones positivas que espero consideren útiles y que retan la visión de consenso de que la economía estadounidense no empezará a disfrutar de su primer trimestre de crecimiento positivo hasta el final del 2009 o incluso primeros trimestres del 2010. Ello implicaría una recesión de aproximadamente dos años y superaría ampliamente los 16 meses que duraron según la Oficina de Análisis Económico las dos recesiones de los primeros de los años setenta y primeros de los años ochenta del siglo pasado.
Las reflexiones se concretan en un par de indicadores adelantados de los que hemos conocido datos esperanzadores en el último par de meses. El primero de ellos es el LEI (Leading Economic Indicators) de los Estados Unidos. Se trata de un índice compuesto de medidas como pedidos industriales, horas trabajadas en el sector manufacturero, permisos para nuevas casas u oferta monetaria, elaborado por el Conference Board y que busca identificar cambios de ciclo económico. Resulta que este índice, a pesar de las críticas, ha venido anticipando todas las recesiones de los últimos cincuenta años, con la posible excepción de un caso, en el que la fuerte bajada y señal lanzada por el índice terminó sólo en una fuerte desaceleración económica.
Esta recesión en la que nos encontramos no ha sido excepción y el LEI desde marzo/abril del 2007 empezó a consolidar una bajada que se prolongó en los meses siguientes y que como ya sabemos ahora anticipó la recesión que oficialmente comenzó en diciembre del 2007.
Lo interesante es que como indicador adelantado de ciclos económicos también ha mostrado tener validez para predecir recuperaciones. Pues bien, el LEI de los dos últimos meses (enero y diciembre) ha salido positivo, hecho que no ocurría desde octubre del año 2006. Habrá que seguir con interés el LEI de febrero, que se publicará a mediados de este mes, porque si como apunta el interesante y polémico Director de Análisis Económico de Northern Trust, Paul L. Kasriel, es positivo y consolida que la media móvil de los tres últimos meses deja de ser descendente, ello representará una fuerte señal de inminente recuperación en el horizonte.
El otro indicador es el índice báltico (o Dry Baltic Index en su terminología inglesa), que proporciona una medida de los precios de transportar las principales materias primas por barco. Este índice sufrió una dramática caída superior al 90% desde los máximos de más de 11.000 puntos alcanzados a finales del 2007 y de nuevo en abril del año pasado. Hacia mediados de diciembre pasado el índice comenzó una escalada continua desde los 700 puntos que le ha llevado de nuevo a rozar los 2.000 puntos en la actualidad.
Estos son sólo dos indicadores positivos pero no los únicos. Si bien siempre es conveniente tomar estos datos con la prudencia necesaria, es posible que el comienzo de la recuperación (aunque ésta pueda resultar débil) esté bastante más cerca de lo que el poco confiable consenso esta indicando. Esta viene precedida invariablemente por rebotes bursátiles variables pero considerables. La historia nos dice también que suelen ser rápidos y violentos y esperar a identificar tendencia entraña peligro de llegar demasiado tarde. La anticipación a través de compras selectivas nos puede proporcionar un buen precio medio de entrada. Incluso si perforamos finalmente los mínimos a estos precios las caídas son limitadas.
Director de análisis de Lipper
Análisis. Pendientes de Estados Unidos
La asignación a renta variable en las carteras de inversión se encuentra con numerosas opciones, y aunque las correlaciones entre las diferentes regiones y estilo son significativas, una distribución de activos acertada puede marcar la diferencia.Existe cierta evidencia de que Estados Unidos puede ser la primera economía primero en salir de la recesión y su Bolsa en reflejarlo.Adicionalmente, nos encontramos con la posible ventaja de un efecto divisa favorable, con el alza del dólar, que potencie los retornos con respecto a otras opciones.