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La recesión golpea a la industria TIC

El negocio de las tecnológicas para este año se cubre de incertidumbre

Gigantes como Microsoft o Intel, incapaces de calcular sus cuentas

Cuando la ronda de presentaciones de resultados del último trimestre está a punto de terminar, la mayor parte de las grandes compañías tecnológicas ha presentado malos resultados. Sólo IBM, SAP, Apple, gracias al fenómeno del iPhone, o Google, que presentó el menor aumento de ingresos de su historia, parecen haber dado alguna alegría. La coyuntura se ha vuelto si cabe más pesimista después de que firmas como Samsung o Philips, presentasen sus primeras pérdidas en nueve y seis años, respectivamente.

La incertidumbre no ha dejado de aumentar. Más cuando firmas como Microsoft e Intel, auténticos motores de la industria informática, no han sido capaces de hacer previsiones para el primer trimestre de 2009 por la falta de visibilidad en el negocio a causa de la crisis. Una estimación que hacían habitualmente y que marcaba la ruta a través de la cual se iba a mover el sector. Patrick Ho, analista de Stifel Nicolaus, ha indicado en una nota para sus clientes que actualmente hay muy poca visibilidad en todo el área de semiconductores. De igual forma, otras firmas como SAP, EMC o Ericsson han adoptado políticas de cautela similares a las de Microsoft e Intel.

La crisis ha afectado a todas las áreas geográficas y a numerosos segmentos. En Japón, el corazón de la electrónica, Toshiba y Sony esperan unas pérdidas operativas para su ejercicio fiscal (que concluye en marzo) de 3.120 y 2.900 millones de dólares respectivamente, por la debilidad de la demanda, mientras Nintendo, pese al éxito de la Wii y la DS, anunció su primera revisión a la baja de ingresos del último lustro.

En el móvil, Nokia admitió que las ventas de terminales caerán en 2009 en torno a un 10% en todo el mundo cuando, con anterioridad, había estimado un retroceso del 5%. En internet, el descenso publicitario se ha dejado sentir. Yahoo, en el debut de su nueva consejera delegada, Carol Bartz, presentó una caída de ingresos del 1%. La empresa, que no ha hecho previsiones para 2009, perdió 303 millones de dólares.

Lo cierto es que la ralentización de la actividad ha empezado a dañar gravemente a algunas compañías que, incluso, se han visto obligadas a declararse en bancarrota. La más conocida es el fabricante de equipos de telecos Nortel, aunque no es la única. Firmas de semiconductores como Spansion o Qimonda, filial de la europea Infineon, están en la misma situación. Nam Hyung Kim, analista de la consultora iSuppli, explica que esta última ha entrado en un marco de insolvencia por la prolongada crisis del segmento de los chips de memoria DRAM, cuyos ingresos cayeron un 19,8% en 2008.

En este contexto, numerosas tecnológicas han puesto en marcha profundos programas de ajuste de gastos. Sin duda, uno de los movimientos más drásticos es el recorte de plantilla. Según el Layoff Tracker puesto en marcha por la publicación online Techcrunch, desde principios de año, las firmas del sector han anunciado más de 90.000 despidos; 240.000 si se contabiliza desde agosto.

La lista es casi inacabable. IBM, Texas Instruments, SAP, Philips, TomTom, ST Microelectronics, Ericsson... El movimiento de estos últimos días ha sido de una dureza no vista desde la época de la explosión de la burbuja tecnológica a principios de esta década. Microsoft puso en marcha el mayor recorte de plantilla de su historia al señalar que prescindirá de 5.000 empleados, y hasta Google, el paradigma del crecimiento, reconoció que iba a prescindir de 100 empleados, la mayoría del departamento de recursos humanos y contratación.

La política de ajustes de plantilla ha ido unida al cierre de diversas fábricas. Por ejemplo, Intel comunicó su intención de cerrar dos plantas en Malasia y Filipinas, además de parar la producción en dos más. El gigante de los chips, que según algunos analistas podría sufrir números rojos en el primer trimestre (serían los primeros en 21 años), quiere que estas últimas factorías empiecen a producir equipos con las nuevas tecnologías de 45 y 32 nanómetros. Panasonic, que también puede sufrir pérdidas en este primer trimestre (las primeras en seis años), también ha aprobado el cierre de dos fábricas en Asia. La prensa nipona ha indicado que la antigua Matsushita busca reducir gastos para afrontar la compra de Sanyo, por la que va a desembolsar 9.000 millones de dólares.

Ante tales nubarrones, otra política puesta en marcha por las empresas del sector ha sido la venta de activos no estratégicos. Por ejemplo, Microsoft vendió su histórica participación del 7,3% en Comcast, el mayor operador de cable de EE UU. La compañía no precisó las plusvalías, aunque algunos analistas han valorado la participación en 3.400 millones de dólares cuando, en 1997, pagó en torno a 1.000 millones.

En el afán por no debilitar el balance, algunas firmas han optado por reducir la retribución al accionista. Nokia decidió recortar el dividendo (la primera vez en siete años), mientras otros grupos se inclinaron por frenar o parar las recompras de acciones. Por ejemplo, SAP o Intel no compraron ningún título propio en el cuarto trimestre.

En cualquier caso, el sector TIC se enfrenta a un momento complicado. A finales de 2008, algunos expertos indicaron que la industria sería una de las que mejor resistiría la crisis pero, la sensación de pesimismo que se ha instalado en las últimas semanas, parece haber borrado ese cinturón defensivo virtual.

Las empresas limpian sus balances

En el último trimestre, algunos grupos tecnológicos han aprovechado la coyuntura pesimista para sanear balance. Las compañías han procedido a reducir en su contabilidad el valor de diversos activos, adquiridos en el pasado a un precio que no se corresponde con el valor actual.Una de las protagonistas ha sido Google, quien devaluó en 726 millones de dólares el valor contable de su participación del 5% en AOL, la filial online de Time Warner. Google había pagado 1.000 millones en 2005 por este activo, lo que valoraba la sociedad en 20.000 millones. La decisión ha sido un varapalo para Time Warner que ha visto como el valor de su filial quedaba en 5.500 millones. Además, es un mal momento porque la empresa está tratando de cerrar alguna operación corporativa con AOL para maximizar su valor. Además, Google redujo en 355 millones el valor de su participación en Clearwire, la operadora de tecnología inalámbrica Wimax, que ha sufrido un duro castigo en bolsa. Google invirtió 500 millones en 2008.También Intel apuntó en su balance una carga negativa de 950 millones por su participación en Clearwire. El gigante de los chips, un fan del Wimax, ha invertido 1.600 millones en la operadora.Esta estrategia fue seguida igualmente por Philips, que recortó en 1.060 millones de euros el valor contable de sus participaciones en LG Display, segundo fabricante mundial de pantallas de cristal líquido, y en el fabricante de semiconductores NXP.

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