La tensión seguirá reinando en los mercados de deuda y divisas
Con una cuidada selección, los expertos ven la renta fija corporativa como una alternativa de inversión en 2009, aunque la volatilidad y las turbulencias marquen el mercado.
Cuando las palabras para calificar el año que ha concluido se han agotado, los efectos de la tormenta financiera parece que seguirán marcando los principales indicadores de la economía mundial en los próximos meses. Desde de la cotización de las monedas, con una libra a la baja que evidencia el fin de una época, a la deuda estatal convertida en refugio de unos asustados inversores, nada ha vuelto a la normalidad.
Tampoco a la cotización de las materias primas. Resulta irónico que en los primeros meses del pasado año una de las amenazas para la estabilidad de la economía mundial fue el elevado precio del precio del crudo -el Brent alcanzó el récord de 146 dólares el barril-, mientras que ahora su desplome histórico se mire con preocupación por ser un síntoma de recesión mundial, aunque se haya dejado de transferir riqueza a los países productores de hidrocarburos. Mientras, los organismos internacionales, como el FMI, se mantienen alertas por si consideran necesario rebajar de nuevo las previsiones de crecimiento mundial.
Monedas
Con todos los países y áreas relevantes reduciendo drásticamente los tipos de interés, ¿cómo impactarán estas medidas y qué otros factores influirán en la evolución de las divisas? Partimos de un año en el que, por ejemplo, el euro se ha revalorizado un 33% frente a la moneda británica y el dólar ha marcado mínimos frente al yen desde 1995. Nada hacer prever que concluya la etapa convulsa, y los analistas de UBS estiman que cuando se restablezca la liquidez en los mercados financieros, el dólar seguirá la senda de la depreciación y se mantendrá débil frente a sus socios comerciales del G10.
Son, además, pesimistas respecto a la moneda británica. 'Anticipamos más debilidad para la libra en 2009 por los fuertes descensos en los precios de la vivienda en Reino Unido, la presión del renqueante sector financiero y unos crecientes déficit fiscales y por cuenta corriente', añaden. Respecto al euro indican que, aunque la recesión es la mayor prueba para la moneda única desde su creación hace diez años, está mejor posicionada para afrontar el difícil periodo que se avecina.
Y Sarah Arkle, responsable de inversiones de Threadneedle, también señala que la libra continuará débil este año, pero estima que el euro acabará en los 1,28 dólares, lo que supondría una apreciación respecto al cierre del cierre de 2008 -1,39 dólares-. Pero en lo que coinciden los expertos, también los de Merrill Lynch, es en que se mantendrá la volatilidad en el mercado de divisas, por lo que invertir en activos que apuesten por la evolución monetaria es una opción con riesgo.
Desde UBS se destaca además que se tendrán más en cuenta los datos fundamentales de los países para valorar sus monedas frente a estrategias como el carry trade -invertir en divisas con tipos de interés altos y endeudarse en las que cuentan con tipos bajos-, que tanto distorsionó el mercado de divisas.
Deuda y bonos
Seguirá siendo un mercado lleno de turbulencias y contradicciones. Esta es una de las conclusiones sobre el perfil que la renta fija -estatal y corporativa- presentará a los inversores en los primeros meses del año. El dinero se refugia actualmente en la deuda pública por la fuerte aversión al riesgo, y los diversos Estados pueden aún, por ese motivo, emitir con buenas condiciones. 'Las bajas rentabilidades hay que ponerlas en el contexto de contracción económica, poco apetito por el riesgo, niveles muy bajos de inflación y recortes importantes en los tipos de interés', indica Sarah Arkle. Sin embargo, se prevén cambios a lo largo del año. Por un lado, la inundación de deuda pública bajará los precios y aumentará las rentabilidades, y más en la medida que el temor de los ahorradores y los fondos de pensiones aminore y se dirijan hacia otros activos. En esta línea, el equipo de análisis de UBS señala, asimismo, que el aumento del déficit presupuestario en todo el mundo desarrollado desencadenará un incremento de las emisiones de deuda pública y una subida de las rentabilidades. No obstante, creen que una mayor tasa de ahorro en Estados Unidos y un papel más protagonista de los bancos en la compra de bonos puede evitar una fuerte subida de las tasas.
Por otro lado, desde Renta 4 se subraya que, pese a las incertidumbres, es previsible que los tipos de corto plazo bajen sensiblemente más que los tipos de los productos a largo plazo.
Con todo, los expertos vuelven a poner los ojos sobre la deuda privada. Pese a que señalen que la debilidad económica lastrará la calidad crediticia de las empresas, los expertos de UBS destacan el atractivo de los bonos corporativos que superarán el rendimiento de la deuda pública, 'incluso con unas perspectivas pesimistas sobre la tasa de impagos de las empresas'. Y Renta 4 añade que los spreads entre deuda pública y privada estarán en máximos, pero que habrá un elevado volumen de emisiones de banca con garantía de los estados.
Desde Credit Suisse se espera un aumento sustancial de la actividad emisora debido a la gran necesidad de refinanciación. Los expertos de la entidad suiza recomiendan 'títulos de renta fija de deudores próximos a los gobiernos y bonos de empresa seleccionados con garantía estatal que, con una solvencia similar, ofrecen una prima de rendimiento frente a los bonos del Estado'.
Oportunidades, por tanto, que se abren a unos inversores que quieren diversificar.
Inmobiliario
Pocas palabras hacen falta para destacar lo que puede ser el futuro inmediato del sector inmobiliario. La purga de precios seguirá en todo el año en Reino Unido, Irlanda, España y algunos países de Europa del Este. Incluso también hay presión en los precios en Francia. Dicho esto, parece que con el dinero más barato puede comenzar a verse oportunidades en algunos mercados europeos en la segunda parte del año.
Oportunidades en materias primas
No creen que sea un año de boom como 2007 y la primera parte de 2008, pero todo apunta a una recuperación de las cotizaciones de las materias primas que más se han deprimido, como las energéticas y metalúrgicas. Se espera para el segundo semestre, siempre que se cumplan las previsiones de que, pese a que continúe la recesión, mejoren las perspectivas cuando el año esté muy avanzado. De media se estima que el crudo puede superar los 60 dólares el barril, aunque Deutsche es más bajista. Como consecuencia, mejor panorama para los fondos que invierten en commodities. Respecto al oro hay divergencias entre los analistas. Mientras que desde Citi se ha llegado a ver los 2.000 dólares la onza en el horizonte de dos años, otros analistas no ven gran capacidad de revalorización a corto plazo, pero todos destacan su valor como refugio.