Habitat vuelve a plantear a la banca que convierta deuda en capital para evitar el concurso
Los socios no inyectarán más fondos en el grupo.
Habitat vuelve a jugarse su continuidad a una única carta. La promotora está condenada al concurso de acreedores si los bancos no acceden a convertir su deuda en créditos participativos, que a efectos contables computan como fondos propios. La inmobiliaria, que adeuda 1.568 millones de euros a 39 entidades financieras y cuenta con unos fondos propios negativos de 700 millones, propone a los bancos esta salida para continuar operando. No es la primera vez que la compañía presidida por Bruno Figueras plantea el canje de deuda por capital de la empresa. Hace un año, el grupo concluyó que no podía afrontar los pagos del préstamo correspondiente a la compra de la división inmobiliaria de Ferrovial y expuso al sindicato bancario esta posibilidad. Finalmente, los bancos optaron en febrero por posponer el pago de la deuda hasta 2010 a cambio de recibir 35 millones de euros en concepto de intereses. Este pago, que la promotora no puede afrontar, expira en diciembre. El consejo de administración de Habitat estudiará el estado de las negociaciones con la banca en dos semanas.
La situación de Habitat es crítica, ya que sus socios han optado por no aportar más capital a la empresa. La ampliación de capital, por un total de 937 millones era uno de los puntos del día de la junta de accionistas del pasado sábado, en la que se planteaba también la disolución. Bruno Figueras y su socio Josep Suñol (propietario de un 55% de la compañía) y Ferrovial, con un 20%, rechazaron ambas posibilidades. Según un comunicado de Habitat, estos socios aprobaron 'la continuación de las negociaciones con la banca con el objetivo de obtener un pacto de refinanciación de la deuda que permita redimensionar el pago de intereses correspondientes a 2008 a la actual situación actual del mercado de la vivienda'. El grupo se salvaría, de nuevo, del concurso de acreedores si los bancos transformaran el grueso de su deuda en crédito participativo. La celebración de la junta fue un mero trámite. La ley obliga a su convocatoria cuando las sociedades se encuentran en causa legal de disolución (los fondos propios son inferiores a la mitad del capital social) con el objetivo de restablecer su equilibrio patrimonial.
A la convocatoria no acudió ninguno de sus socios minoritarios (el dueño de Mango, Isak Andic, el presidente de Hesperia, José Antonio Castro, el abogado Emilio Cuatrecasas, la familia Rodés y la empresaria Dolores Ortega), que controlan el 25% de la empresa.