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Estados Unidos

Bernanke insta a otro plan fiscal en EE UU por 150.000 millones de dólares

El presidente de la Fed, Ben Bernanke, dijo ayer en el Congreso que 'las incertidumbres sobre las perspectivas económicas son inusualmente elevadas'. Aunque se negó a usar la palabra 'recesión', explicó que EE UU sufre una 'severa ralentización' y animó a los legisladores a aprobar un nuevo estímulo fiscal. El presidente, inicialmente hostil a la idea, dice ahora que está dispuesto a considerarlo.

El presidente de la Fed, Ben Bernanke
El presidente de la Fed, Ben BernankeReuters

Ante la perspectiva de que la economía de Estados Unidos se mantenga débil durante varios trimestres, y teniendo en cuenta los riesgos de una ralentización prolongada, parece apropiado que, en este momento, el Congreso considere un segundo estímulo fiscal'. Con estas palabras, casi al final de un discurso ante los legisladores, el presidente de la autoridad monetaria daba ayer su influyente bendición a una medida que está siendo estudiada desde hace meses por los demócratas y que ha encontrado hostilidad en la Casa Blanca.

El llamamiento de Bernanke fue sorprendente porque no es frecuente que el presidente de la Fed recomiende una iniciativa parlamentaria al Congreso, máxime cuando quedan unos 15 días para las elecciones.

Bernanke no quiso ser muy específico sobre el contenido del plan de estímulo pero dio algunas pistas y explicó que debe ayudar a 'mejorar el acceso al crédito para los consumidores, los compradores de las viviendas, empresas y otros'. 'El Congreso tiene herramientas para responder a la crisis de los mercados del crédito como garantías, préstamos directos, medidas fiscales para incentivar el crédito', dijo.

'El Congreso tiene herramientas para responder a la crisis del crédito'

La autoridad monetaria recordó, además, los principios que guiaron al anterior paquete fiscal (el cheque de 600 dólares a los ciudadanos). En concreto explicó que sus objetivos debían estar definidos y que el efecto tendría que llegar cuando los riesgos a la economía fueran mayores además de evitar que este estímulo tuviera, 'a largo plazo, efectos sobre el déficit'.

La portavoz del Congreso, la demócrata Nancy Pelosi, tiene fijado en la agenda desde hace semanas el impulso de este segundo estímulo después de las elecciones del 4 de noviembre. Sus propuestas pasan por un mayor gasto en infraestructuras con el que hacer frente a una necesidad fundamental del país y crear empleo a la vez. También quiere facilitar el acceso a la financiación para gobiernos regionales, ampliar la prestación de desempleo y la cobertura social para los más débiles con cupones para alimentos.

El coste rondaría los 150.000 millones de dólares (unos 112.00 millones de euros) y la intención es hacer que las medidas sean más duraderas que las conseguidas con el envío del cheque en primavera.

La semana pasada, la portavoz de la Casa Blanca, Dana Perino, dijo que las propuestas que se han estado considerando en el Congreso no ayudarán a inyectar liquidez en la economía, y el presidente no ha considerado otro estímulo. No obstante, ayer, el Ejecutivo manifestó que estarían dispuestos a estudiar un paquete dependiendo de su contenido. Respondiendo a la pregunta de una de las congresistas, Bernanke se resistió a dar una cifra aproximada de lo que podría costar este nuevo paquete de estímulo fiscal, aunque señaló que deberá de ser 'significativa'. Por lo que se refiere a su juicio sobre el dinero para las infraestructuras, Bernanke explicó que el estímulo tiene que ponerse a funcionar a corto plazo y duda que en ese espacio de tiempo tan delimitado se puedan poner en marcha proyectos de carreteras y puentes puesto que necesitan de una fase muy larga de estudio.

La mayoría de los legisladores demócratas, aseguraron que en muchos estados y ciudades los proyectos están estudiados y trazados pero falta la financiación para ponerlos en marcha.

El razonamiento tras el apoyo a este plan de estímulo tiene su base en una situación económica que 'ha mostrado señales considerables de debilidad'. El presidente de la Fed dijo que la economía estadounidense crecería por debajo del potencial en los próximos trimestres y que la recuperación dependerá en muy buena medida de la rapidez con la que vuelva a la normalidad el mercado del crédito. Como eso es algo difícil de juzgar, 'la incertidumbre sobre las previsiones económicas son inusualmente elevadas', explicó.

Unas medidas para todos los ciudadanos

El presidente de la Fed dijo ayer, como contestación a una pregunta de un legislador, que el Plan Paulson, o TARP (siglas en inglés del programa para el rescate de activos) no es una medida para ayudar sólo a la banca, recordando que de los problemas del sistema financiero y de los mercados del crédito se derivan serias consecuencias para todos los ciudadanos.Bernanke dijo que las iniciativas se han lanzado hace menos de una semana 'y aunque se han visto algunas señales alentadoras, es demasiado pronto para estimar su efecto total'. Los índices que miden la evolución del mercado del crédito empiezan a mostrar una menor tensión. 'Tengo la confianza de que con estas iniciativas, las de la Fed y otros reguladores, restablezcamos la confianza en nuestro sistema financiero y fluya de nuevo el crédito para hogares y empresas'.

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