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Columna
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Los jefes de RBS ganan tiempo

Sir Fred Goodwin y sir Tom McKillop han ganado algo de tiempo. Aunque el consejero delegado y el presidente de Royal Bank of Scotland han presidido las primeras pérdidas de la institución en 40 años, los informes del banco reconocen que las previsiones eran más pesimistas. Sus partidarios no se desmoralizan, pero el dúo todavía no está fuera de peligro.

RBS se ha beneficiado de su situación de antes de su emisión de derechos de 12.000 millones de libras en abril. Las provisiones relacionadas con créditos estructurados, de 5.900 millones de libras, no han crecido, aunque el banco ha provisionado más en su exposición a hipotecas Alt-A. Como se esperaba, las depreciaciones de activos en préstamos originados a terceros en Citizens, su brazo estadounidense, subieron de 35 millones de euros a 164. El resultado fue unas pérdidas antes de impuestos de 691 millones de libras, mejor que el pronóstico de 1.100 millones. Las acciones de RBS subieron un 4,5% y los inversores suspiraron aliviados.

Pero evitar simplemente la catástrofe no es motivo de celebración. Las depreciaciones registradas en Citizens aumentaron casi tanto como sus préstamos de peor calidad, haciendo caer los beneficios totales en EE UU, antes de impuestos, un 42%. Y aunque la cartera de créditos estructurados de RBS está en un apropiado nivel bajo, cuenta con amplias participaciones en recientes cosechas, lo que aumenta el riesgo de más provisiones.

Esto afecta a la posición de capital del banco. Incluso tras su emisión de derechos, RBS tiene un índice Tier 1 de sólo el 5,7%. Las recientes ventas de participaciones en Angel Trains y Tesco Personal Finance, y los planes para vender sus activos australianos, deberían llevarlo a su anterior objetivo del 6% sin tener que vender RBS Insurance, que tiene un buen rendimiento. Pero si las cosas se ponen peor, la empresa de seguros también podría tener que venderse.

Al menos, RBS está afrontando la realidad y pagando su dividendo a cuenta en acciones. Goodwin también está desapalancando y reduciendo un 12% de sus activos en Global Markets. Probablemente esté a salvo mientras integre a ABN Amro antes de lo previsto. Pero McKillop podría seguir siendo vulnerable, especialmente si los accionistas institucionales deciden que alguien necesita cargar con el muerto por la caída del 60% en el precio de las acciones el año pasado. Si RBS contabiliza muchas más pérdidas, puede que ese alguien sea él.

Por George Hay.

Richemont decide cambiar

La Compagnie Financière Richemont, el conglomerado suizo de tabaco y lujo, al fin ha revelado un complejo plan para dividir su negocio. Era lo esperado. Lo más notable es la elección de la familia que tiene el control de diversificarse lejos de adornos caros. La reestructuración supone una separación de dos valores que estaban unidos: uno de marcas de lujo como Cartier y Montblanc y el otro con una participación del 17,5% en la tabacalera BAT. Pero la transformación se vuelve complicada porque a la distribución del 90% de las acciones de BAT le sigue una emisión de derechos de un nuevo vehículo de inversión, Reinet, que intercambiará las acciones de BAT por las suyas.Johann Rupert, presidente ejecutivo y miembro de la familia de accionistas que controla la empresa, dice que la reestructuración pondrá fin a las caras baratijas que están siendo manchadas por la rebaja que sufre el conglomerado. Las consideraciones impositivas hacen aconsejable un acuerdo así. Pero Richemont podría simplemente vender sus intereses en el tabaco y utilizar lo recaudado para expandirse en los bienes de lujo. En cambio, está colocando la mayor parte de sus fondos de inversión en Reinet, que no invertirá en lujo.La hora para la diversificación parece la adecuada. Finalmente, parece que una economía más débil dañará a las ventas de lujo. La italiana Bulgari informó de una caída del 8% en las ventas de relojes en el segundo trimestre, y dijo que está pasando un momento complicado.Es cierto que las marcas de gran lujo de Richemont deberían resistir más que las menos exclusivas de sus rivales. Cartier, y otros compañeros como Van Cleef & Arpels o Piaget, son accesibles sólo a los más ricos del mundo; consumidores que, según se espera, seguirán gastando haya crisis crediticia o no. Una fuerte presencia en China, llamada a ser el segundo mayor mercado de lujo en 2015, también debería ayudar.Pero Rupert ha tenido algunos problemas para montar un fondo que pueda invertir en otras cosas aparte de en baratijas de primera. Parece que uno de los titanes de los bienes de lujo está cubriéndose de sus apuestas.Por Rachel Sanderson.

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