Villanos de cine en Bear Stearns
El drama de la ruina de Bear Stearns tiene un montón de potenciales villanos. Los sabuesos de la SEC (Securities and Exchange Comissión) quieren saber si la lista de los adversarios incluiría a los socios comerciales del banco de inversión. Es un buen guión para una obra de teatro y quizá sea aplaudido por los apaleados accionistas de la firma. Pero va a resultar difícil desenmascarar a alguno de los verdaderos malvados.
La SEC está examinando los récord de contratación sobre Bear en las semanas anteriores a su colapso, cuando los clientes sacaron su dinero y se cancelaron las líneas de crédito. Algunos accionistas de Bear piensan que el deceso de la firma fue provocado por la manipulación de los vendedores a corto -posiblemente entre ellos, las firmas clientes o los rivales de Wall Street-.
Los récord de contratación muestran que Goldman Sachs, Citadel Investment y Paulson & co. redujeron drásticamente su exposición a la firma cuando estaba cerca de la insolvencia. Pero era de esperar. Después de todo, Goldman y Paulson hicieron un dineral apostando con posiciones a corto contra el mercado inmobiliario, así que no es una sorpresa que hicieran operaciones sobre un Bear fuertemente expuesto a las hipotecas.
Sin embargo, los rumores culpando a Bear no son totalmente infundados o calumniosos; mejor dicho, fueron exageraciones que se expandieron por un mercado en pánico. Por ejemplo, la creencia de que los grandes bancos desatendieron las operaciones de sus clientes con Bear se basaron, de hecho, en que sus comités de crédito necesitaban darles el visto bueno, lo que causó retrasos ante la avalancha que se produjo.
Por supuesto, los negociadores en posiciones cortas criticaron abiertamente las perspectivas de Bear -de igual modo que un inversor de una cotizada tiende a cantar las alabanzas de la empresa-. Pero a no ser que hayan sido particularmente indiscretos, será muy difícil para la SEC probar que sus declaraciones fueron intencionadamente distorsionadas.
Y no toda la presión contra Bear ha venido de los especuladores. Aquellos inversores a corto que no pudieron reducir sus exposiciones tuvieron que compensarlas de alguna manera -generalmente poniéndose más cortos-, lo que imprimió mayor presión al banco. Quizá esto se convirtió en un círculo vicioso, pero no necesariamente en una cueva de villanos. por dwight cass
El destino de las aerolíneas
Las aerolíneas tienen el lamentable hábito de aterrizar en la bancarrota. Con el petróleo a 130 dólares, la mayoría de las aéreas de EE UU están quemando cantidades ingentes de dinero. Si el combustible continúa alto y el volumen del pasaje en descenso -como sucede en recesión- es probable que algunas quiebren. Aunque la mayoría encaran tiempos difíciles, el problema parece más acuciante en United Airlines, Northwest y US Airways. Combinadas, las tres podrían incinerar el equivalente a 3.500 millones de dólares, según Credit Suisse. Esto es impresionante si se considera que el total de la capitalización del sector es menos de 3.000 millones de dólares.Así pues, ¿cuánto tiempo podrán permanecer en vuelo? La principal variable es el petróleo. Si los precios bajan podrán aligerar su carga, pero las tres aerolíneas se mantendrían en números rojos aunque el crudo estuviese por debajo de los 100 dólares, según Credit Suisse. Si no baja, probablemente las tres tendrán suficiente liquidez para mantenerse hasta final de año, pero no más.Eso sí, si las cosas no van a peor. La industria aérea es muy cíclica y si la economía empeora, el número de pasajeros y los márgenes podrían derrumbarse. Aviones casi vacíos es la mejor ruta hacia la suspensión de pagos. Y si además se agudiza la crisis de las tarjetas de crédito, las aerolíneas también se resentirán, pues el pago adelantado con las tarjetas supone un alivio financiero. Esto podría dañar especialmente a Northwest y US Airways. La rival Frontier Airlines culpa de su reciente bancarrota a estos movimientos contables. Las compañías hacen lo que pueden: cobran más suplementos por carburante y equipaje, retiran los aviones que más consumen y venden sus slots. Estas medidas quizá permitan defenderse contra los altos precios de los carburantes, pero no son suficientes.Las fusiones largamente esperadas parecen ser la vía para evitar un brusco aterrizaje. Las uniones podrían reducir la capacidad ofertada y posiblemente permitirían aumentar los precios en algunas rutas. Pero si las compañías no se ponen de acuerdo en reducir la capacidad mediante fusiones, posiblemente el petróleo hará el trabajo sucio mediante bancarrotas. por robert cyran