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CincoSentidos

Juegos de memoria e ingenio para recuperar agudeza mental

La actividad lúdica reduce un 38% el riesgo de desarrollar demencia

El funcionamiento del cerebro es todavía un enigma, pero hay una cosa que parece clara: para desarrollar su potencial es necesario ejercitarlo cada día, como hacemos con los músculos. Cuando no hay una lesión orgánica, la causa principal del deterioro de la mente es su poco uso.

Estudios en varios países han descubierto rasgos comunes en personas de la tercera edad con un alto grado de lucidez. Entre ellos se encuentran una educación por encima de la media, una gran aceptación del cambio, la consecución de logros personales, el ejercicio físico, un cónyuge inteligente y un alto grado de compromiso con la vida, que incluye lecturas, actividad social, viajes, curiosidad por las nuevas ideas y la resolución de juegos de ingenio de manera regular.

Esta es la razón por la que The High IQ Society, más conocida como Mensa, la asociación de superdotados más importante del mundo (100.000 socios con un cociente intelectual un 98% por encima de la media), ha editado en castellano un libro de juegos de ingenio (fáciles, menos fáciles y dificilísimos) que pretende ser una herramienta para mejorar la capacidad mental, poner a prueba la memoria y practicar el pensamiento lateral (perspicacia, la creatividad y el ingenio).

Los juegos de ingenio son tan antiguos como la historia. El primer acertijo está fechado en el 2.600 antes de Cristo. Se trata de un problema matemático que permite calcular los lados de un triángulo. Fue encontrado en Babilonia. Desde entonces el hombre no ha dejado de inventar. Gracias al asedio de Troya tenemos los dados numerados, los chinos y los indios se disputan la autoría del ajedrez, los naipes son persas (s. XII), el primer crucigrama apareció en el New York World en 1913, el cubo de Rubik tiene ya 30 años y el sudoku fue ideado por el norteamericano Howard Garns para Dell Magazines en 1979.

Hoy se sabe que la inteligencia funcional empieza a decaer a partir de los 25 años, pero también que el cerebro no pierde necesariamente células al envejecer. Es más, es posible recuperar cierta capacidad mental después de que ésta se haya atrofiado. Y los juegos tonifican las neuronas.

En la Universidad de Columbia han estudiado durante siete años a 1.750 jubilados. El autor de la investigación, Yaakov Stern, llegó a la conclusión de que los sujetos que realizaban habitualmente una actividad lúdica tenían menos riesgo (38%) de desarrollar demencia. Un gran número de investigadores apoyan las conclusiones de Stern.

Como se cuenta en el libro Pon tu mente en forma, editado por Mensa y Robin Book, las Hermanas Educadoras de Notre Dame participaron en un estudio similar. La edad media, 85 años, y ausencia total de enfermedad. A estas monjas le gustan los acertijos, escriben, organizan seminarios con temas de actualidad y participaba en el gobierno local. En sus cerebros se encontraron indicios de lesiones asociadas al alzhéimer, pero ni rastro de daño mental.

Para no olvidar lo aprendido

Procure que en el momento de introducir en su memoria cualquier dato intervengan todos los sentidos posibles. Evite los estímulos externos.Relacione los conocimientos. Utilice las imágenes para aprender. No sólo imágenes lógicas, también auténticos disparates, que por el contraste pueden grabarse mejor.Ejercite la memoria reciente. Haga resúmenes orales o escritos de lo que lee o escucha. Aprenda letras de canciones, versos o algún idioma.Utilice reglas mnemotécnicas. Y prótesis de memoria, como listas y agendas.Juegue. Realice ejercicios de percepción. No fume, coma saludablemente y duerma más de ocho horas. Un cuerpo oxigenado es una memoria sana.

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