La economía española gana a las previsiones en esta década
El crecimiento del PIB ha superado las expectativas de Gobiernos y analistas
Los indicadores más recientes de la economía española apuntan claramente a la desaceleración, y cada vez es más grande el grupo de voces que habla abiertamente de crisis. Con el sector de la construcción en claro declive y la incidencia cada vez más acusada de la crisis hipotecaria de Estados Unidos en el conjunto de la economía mundial, pocos creen ya en la última previsión del Gobierno: un incremento del producto interior bruto del 3,1% durante este año. Si se confirmara, ya supondría un claro recorte frene al 3,8% realizado el año pasado, según el avance del Instituto Nacional de Estadística, pero la mayoría de los analistas apuestan más a la baja.
En cualquier caso, y al margen de los colchones con los que cuenta la economía para afrontar unas vacas algo o mucho más flacas (principalmente, una holgada posición presupuestaria y la pertenencia al club del euro), hay un dato histórico que invita al optimismo. En el tiempo transcurrido de esta década, la actividad ha superado año tras año las previsiones realizadas por la Comisión Europea, los principales grupos de análisis españoles y casi todos los sucesivos gobiernos del país.
La Comisión Europea ha sido, según estos datos, la más escéptica a la hora de apostar por la economía española: desde 2001 hasta el año pasado, sus previsiones han quedado sistemáticamente por debajo del crecimiento real del PIB. El desvío más notable se produjo de cara al primer año completo de la actual legislatura: para 2005, Bruselas previó un crecimiento del 2,6%, un punto menos del valor finalmente realizado.
Los distintos gobiernos han sido más variables en sus expectativas, según resulta de la comparación del dato previsto en los Presupuestos Generales del Estado y la realidad. La segunda legislatura gobernada por el PP, con Rodrigo Rato como responsable de Economía, se saldó con un año con expectativas superiores a lo logrado (dos décimas por encima, en 2002), uno con acierto exacto, y los dos últimos con exceso de cautela. El actual Gobierno del PSOE ha continuado esa última línea de prudencia valorativa: el PIB real ha superado sus previsiones en los tres años completos de su gestión. Curiosamente, el desvío ha sido de seis décimas en cada uno de ellos.
Para evaluar las previsiones de los analistas, sirve como referencia el panel de la Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas), que agrupa a 14 de los principales centros de estudio privados y públicos del país. Todos ellos se quedaron también por debajo del resultado real de la actividad, con desviaciones similares a las de la Comisión Europea. Sus previsiones fueron casi siempre algo más cortas que las de los gobiernos. Estos últimos, a la postre, han resultado ser los más precisos en este análisis.
Por años, 2005 fue el que registró mayores desviaciones a la baja: en el primer ejercicio completo de gestión del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, los Presupuestos marcaban un 3% de crecimiento; la media de los analistas agrupados por Funcas, un 2,7%, y la Comisión Europea, aún menos: un 2,6%. La economía española sorprendió a propios y extraños al lograr avanzar un 3,6%.
De cara al año en curso, la mayoría de las previsiones sitúan el crecimiento del PIB en el entorno del 2,5%, mientras el vicepresidente del Gobierno Pedro Solbes ha vuelto a reiterar recientemente su apuesta por el 3,1% (cifra que, en todo caso, supone ya un recorte de dos décimas frente a la previsión del verano pasado). El fin de la burbuja inmobiliaria, las restricciones de crédito y el impacto que sobre el consumo tendrá la espiral inflacionista dan argumentos a los escépticos. Por contra, la historia reciente avala a los optimistas. Eso sí: dentro de un marco general de ciclo alcista, bien que con algún bache. Queda por ver cuán profunda es la vigente desaceleración.