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Tribuna
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¿Cambio de ciclo en la Bolsa?

Mientras que el pasado lunes el Ibex 35 sufrió la mayor caída de su historia, tras el recorte sorpresa de tipos de la Reserva Federal estadounidense comenzó a mostrar algunos signos positivos. Estos cambios se traducen en una volatilidad extrema, reflejo de las incertidumbres existentes en el mercado relativas al impacto de la crisis crediticia y de la ralentización económica.

En contextos como el actual, en los que el pánico se apodera de los mercados y se reviven los fantasmas de cracs bursátiles registrados en el pasado, algunos operadores suelen realizar búsquedas de periodos anteriores similares con el fin de establecer paralelismos entre la evolución de aquéllos y el actual, arrojando de esta forma luz sobre el posible comportamiento futuro del mercado bursátil.

Este tipo de ejercicio se denomina análisis técnico y se basa en el minucioso examen de las series históricas en un intento de establecer patrones a partir de la idea básica de que los precios se mueven en tendencias que se determinan por las actitudes de los inversores frente a una variedad de fuerzas económicas, monetarias, políticas y psicológicas.

Este año habrá una importante y sana corrección, pero no un hundimiento continuado y alarmante

De hecho, las encuestas realizadas entre los operadores de mercados señalan que a corto plazo (menos de una semana), el análisis técnico predomina sobre el análisis fundamental en las decisiones de compraventa. En particular, existe una considerable cantidad de trabajos que han respaldado la relevancia de las reglas técnicas de contratación basadas en reglas lineales de medias móviles. Sin embargo, los operadores utilizan muy a menudo otros métodos gráficos que son altamente no lineales y demasiado complejos para expresarse algebraicamente. En este sentido, existe una metodología no lineal (conocida como similitudes análogas) que constituye una generalización de este tipo de métodos gráficos más complejos seleccionando segmentos en el pasado de la serie similares al último segmento disponible antes de la observación que queremos analizar.

Hemos aplicado esta metodología no lineal a la serie temporal del Ibex 35 con el propósito de examinar su comportamiento durante las últimas semanas, en un intento de utilizar su capacidad a la hora de identificar episodios anteriores análogos (al menos desde el punto de vista de la evolución de los mercados financieros) a las últimas observaciones disponibles y proyectar escenarios futuros verosímiles basados en comportamientos pasados.

Los resultados obtenidos sugieren que, desde el 2 de enero, el mercado habría identificado fundamentalmente un conjunto de analogías similares en el pasado de la serie en torno a una secuencia de fechas relevantes que podemos agrupar en dos grandes categorías. Por una parte, se obtienen similitudes relacionadas con la compleja fase que la Bolsa española atravesó a finales de 1989, en el marco de una adversa coyuntura generada por las crecientes tensiones monetarias y crediticias y por su sensibilidad ante los acontecimientos en los mercados internacionales como la caída de la Bolsa norteamericana (el minicrac de 1989) y la variabilidad de los tipos de cambio. Por otra parte, se identifican otro grupo de analogías asociadas con las fuertes oscilaciones experimentadas en la Bolsa española a finales de 1991, generadas por el empeoramiento de las expectativas de beneficios empresariales y la evolución incierta de las economías y mercados bursátiles internacionales.

Aunque, como apuntaba el poeta canario Agustín Millares Sall, 'el futuro no se va porque viene', y por lo tanto toda predicción debe tomarse con cautela, el panorama que dibujan los futuros virtuales que hemos construido a partir del comportamiento posterior de los patrones análogos detectados en el pasado sugiere que estaríamos contemplando el final del ciclo alcista iniciado en 2002 y que ha marcado cinco ejercicios consecutivos de subidas.

En particular, las similitudes detectadas indican que este último ciclo es percibido por los agentes como semejante al registrado en los años 1983 y 1989. Dicho episodio alcista coincidió con una etapa de importante expansión económica, en la que el peor ejercicio fue precisamente el año 1989 (el último del ciclo y el más parecido al estado actual), en el que las elecciones generales, la inflación y los elevados tipos de interés minaron el ánimo de los inversores y generaron, como en la actualidad, una crisis de confianza.

En este contexto, los desplomes observados desde el viernes serían los actos iniciales del cambio de tendencia a medio plazo, en el que, por motivos técnicos, se han acelerado las ventas. La buena noticia es que la fase bajista que siguió a este ciclo alcista no fue tan pronunciada como la que se registró tras el periodo expansivo experimentado entre 1995 y 1999, por lo que los paralelismos detectados sugieren que a lo largo de este año seremos testigos de una importante y sana corrección en el mercado, pero no un hundimiento continuado y alarmante como el que se observó en el año 2000 tras el estallido de la burbuja tecnológica.

Asimismo, igual que sucediera en el anterior ciclo bajista, se producirán episodios de rebote que constituirán oportunidades de ventas. La mayor o menor duración de este nuevo ciclo bajista dependerá en gran medida de la evolución de la actividad económica y, sobre todo, de la recuperación de la confianza de los agentes, en la que las acciones y mensajes de los bancos centrales desempeñan un papel clave. De esta forma, la medida extraordinaria adoptada ayer por la Fed, al anunciar un recorte de 75 puntos básicos en los tipos de interés, debería interpretarse como un intento de calmar los mercados.

Julián Andrada / Simón Sosvilla

Andrada es profesor de Métodos Cuantitativos en Economía y Gestión en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y Sosvilla es profesor de Análisis Económico en la Universidad Complutense de Madrid

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