'La vocación empresarial está presente en todo el mundo'
Es uno de los economistas más influyentes y, para Bill Clinton, el más importante del mundo. Hernando de Soto participó en Málaga en el II Encuentro Sociedad del Conocimiento y Ciudadanía, donde dijo que Hugo Chávez recoge la voz de los que se sienten fuera del sistema.
Hernando de Soto (Perú, 1941) es un economista ameno, poco dogmático y que habla claro. Es de la escuela liberal pero reconoce las contribuciones de Marx, y ha colaborado con gobiernos socialistas y conservadores. Más allá de batallas ideológicas, De Soto considera que las élites latinoamericanas, de izquierda y de derecha, han gobernado de espaldas al pueblo. En 1982 fundó el Instituto Libertad y Democracia para ayudar a la modernización de Perú. Hoy, el instituto se ha convertido en un think tank de reputación internacional que lucha para que los países pobres establezcan una legislación en pro del desarrollo empresarial y en la defensa de la propiedad privada.
¿Cómo valora la polémica intervención de Hugo Chávez en la Cumbre Iberoamericana y sus ataques a las empresas españolas?
Una cosa es lo anecdótico, el '¿por qué no te callas?'. Pero lo que representa Hugo Chávez en América Latina es la voz de todos los que no se encuentran conformes con la globalización, que se sienten fuera del sistema. La dialéctica de Hugo Chávez persigue la polarización, esa es la forma como progresan las ideas y él lo sabe muy bien.
La tesis y la antítesis.
Sí, es un viejo método leninista. La idea es provocar al otro para luego marcar diferencias. El hecho es que en el mundo somos 6.600 millones de personas y hay 4.000 que no han entrado en el sistema. Desde 1.000 millones de ciudadanos chinos hasta el 70% de América Latina.
Así, el problema no es la globalización, sino que la gente no participa de ella.
Así es. El problema proviene de las normas internas de cada país, no de las leyes que globalizan. En algunos países de América Latina, constituir una empresa tan sencilla como una panadería puede durar dos años de papeleo.
¿Las recetas liberales son las acertadas para el desarrollo?
Tener derecho a la empresa, hoy en día, ya no es una idea de los liberales, también la defienden los socialistas. Lo grave es que los liberales tienen claro qué es la empresa, pero nunca se han preocupado de los pobres, y el problema de los socialistas es que se ocupan siempre de los pobres, pero nunca se les ocurre pensar que éstos también necesitan empresas. Y así estamos, atrapados.
Entonces, ¿lo fundamental es que los países pobres aprendan a desarrollar un entramado empresarial?
No es tanto una cuestión de aprendizaje. Si uno se fija en la historia, se da cuenta de que la vocación empresarial es universal, está presente en todas partes. Nosotros el Instituto Libertad y Democracia hemos constatado que la legislación de los países pobres es hostil a las empresas. En Perú, el valor estimado de las viviendas de los pobres asciende a 80.000 dólares 55.000 euros. Los pobres tienen recursos, lo que no tienen es un marco legal que les permita organizarlos, movilizarlos y concentrarlos en una estructura empresarial.
¿Por qué hay un resurgir de políticos mesiánicos y populistas en América Latina?
Creo que el populismo es una consecuencia del fracaso del capitalismo. En un mundo donde hasta los afganos y los chinos quiere progresar con el capitalismo, en América Latina surge una clase de políticos que recoge el agotamiento de una mayoría con el sistema. Con el capitalismo, la distancia entre ricos y pobres ha aumentado y ello ha provocado que estos últimos sigan sintiéndose sometidos.
La historia demuestra que un aumento de las desigualdades es compatible con la disminución de la pobreza.
No son los números absolutos, sino los relativos, los que importan. En el siglo XIX y principios del XX entraron unos 50 millones de europeos en Estados Unidos. Y durante un buen tiempo había distancias y pobreza, pero existía la sensación de que con esfuerzo era posible hacer empresas y salir adelante. Había luz al final del túnel. Lo que está sucediendo en muchos países latinoamericanos es que hay mucha gente que no ve esa luz.
Un economista empeñado en defender la propiedad
Una publicación alemana situó a Hernando de Soto en el duodécimo lugar en la lista de economistas más influyentes de la historia. De Soto aparece relativamente cerca de pensadores de la talla de Adam Smith, Marx o Keynes. Como Adam Smith, De Soto también se preguntó por qué unos países son pobres y otros ricos. æpermil;l defiende que aquello que empobrece a las naciones es la ausencia de una política decidida para proteger la propiedad privada y en pro de los emprendedores.Cuando uno tiene propiedades y un marco legal favorable puede utilizar ese bien a la hora de pedir un crédito para, por ejemplo, abrir su negocio, explica. Desde el Instituto Libertad y Democracia se realizan propuestas de políticas públicas para países de África, América Latina y Asia, con el objetivo de que los Gobiernos de estos países emprendan políticas que permitan a los pobres beneficiarse de la globalización y no ser meros espectadores pasivos.Cuando se le pregunta por el economista que más le ha influido, De Soto duda. 'Me he dado cuenta de que siempre que me hacen esta pregunta respondo una cosa distinta', dice. Al final, cita a cuatro. Adam Smith, Karl Marx, Schumpeter y Hayden. Pese a que no comulga con las ideas de Marx, defiende que su influencia es importantísima. 'Si bien Marx no tenía una fórmula para el desarrollo, realizó diagnósticos sumamente interesantes sobre cómo se forma el capital. Y supo advertir que la concentración de capital iba a ser la peor contradicción del capitalismo'.