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Tribuna
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Epistemología de los precios de las telecomunicaciones

La afirmación de la comisaria de Competencia, Neelie Kroes, de que los precios del ADSL en España son un 20% más caros es injustificada e injusta, según el autor. En su opinión, la variedad de ofertas existentes en este mercado hace muy difícil elegir una cesta de servicios representativa para hacer comparaciones rigurosas

Desde que el filósofo y economista escocés David Hume (1711-1776) formulara los principios del empirismo, según los cuales toda hipótesis debe ser contrastada con la realidad para que podamos asumirla como cierta, tanto la ciencia como todos los demás órdenes de la vida avanzan en la medida en que resisten su corroboración experimental. Desde entonces ya no valen los argumentos de autoridad -aquellos cuyo valor depende de quien los enuncia- sino sólo aquellos que, expuestos por quien sea, resisten todas las pruebas empíricas a las que puedan ser sometidos.

Viene a cuento la digresión anterior porque recientemente la comisaria europea de la Competencia, Neelie Kroes, señaló que los precios de las telecomunicaciones en España son un 20%o más caros que los europeos, con un argumento de autoridad, es decir, prehumeniano.

El marco regulatorio español se encuentra entre los más exigentes de la Unión Europea

Llama la atención la preocupación de las autoridades europeas por los precios -no contrastados- de los servicios más antiinflacionistas de la historia, y el escaso interés que prestan a la propiedad pública de empresas que compiten en mercados regulados con otras privadas, siendo juez y parte a la vez.

Las comparaciones simples y lapidarias de precios en telecomunicaciones no se compadecen con la compleja realidad de un sector en el que sólo caben comparaciones singulares debidamente matizadas. El precio de un servicio de telecomunicaciones incluye costes de alta, conexión y consumo; para voz, datos a diversas velocidades y TV; cobertura geográfica total o parcial; calidad mayor o menor; horario de uso; ofertas comerciales, etcétera, etcétera.

¿Qué variables de las citadas -y que no son todas- se utilizan cuando se habla de precios de las telecomunicaciones? Sostenía el genial filósofo austriaco Ludwig Wittgenstein que 'lo que siquiera puede ser dicho, puede ser dicho claramente; y de lo que no se puede hablar hay que callar'. Es el caso que nos ocupa, en el que los criterios claros de verdad y significado entre ellos se presentan confusos.

El marco regulatorio español se encuentra entre los más exigentes de la UE, como demuestran los más de 60 servicios ofertados, las cuatro modalidades de acceso existentes y un precio de bucle totalmente desagregado -el eje de la competencia-, incluyendo el prorrateo de la cuota de alta de 11,72 euros frente a una media de 14,28 euros, que viene a ser el cuarto más barato de la UE de los Quince. El crecimiento de la banda ancha durante los últimos 12 meses ha sido del 30% en España frente al 27% de la UE, y las altas netas registradas en nuestro país crecieron para el mismo periodo mientras que en la mayoría de países descendieron. Los paquetes de voz+datos+TV ofertados en España son de los más atractivos de Europa.

Es tal la variedad de ofertas existentes en el mercado que, si complicado resulta para el consumidor decidirse por ellas, más difícil resulta aún elegir una cesta de servicios representativa -y sobre todo invariable en el tiempo- para hacer comparaciones rigurosas.

Cabe añadir a las consideraciones anteriores otros hechos significativos en relación con los costes de inversión que afectan a la formación de precios. Es el caso del relieve geográfico y la distribución temporal de la población. España, el segundo país más montañoso de Europa y con mayores migraciones estacionales de población, incurre necesariamente en sobrecostes de inversión -entre el 20% y el 50%- debidos a la orografía y al necesario despliegue de redes semiociosas en zonas turísticas.

Llegados a este punto, resulta evidente la gratuidad de las aseveraciones atribuidas a Neelie Kroes, así como la injustificada -amén de injusta- valoración del sector que, junto con el resto de la electrónica, más ha contribuido a lo largo de la historia a rebajar la inflación.

Desde que William Baumol publicara en 1982 su ya clásico artículo Contestable markets and the theory of industry structure, la preocupación por los mercados ha dejado de residir en los precios o en el número de agentes que lo componen; lo que importa, realmente, es que sean disputables para cuantos agentes quieran intervenir.

Lo que España y la UE necesitan no son críticas gratuitas al sector que más contribuye a un crecimiento sostenible, sino un horizonte institucional que, enmarcado en la lógica baumoliana, despeje de incógnitas regulatorias el mercado de las telecomunicaciones y anime a los inversores a apostar por el sector que más puede contribuir a la competitividad y la mejora de las condiciones de vida de todos.

Jesús Banegas Núñez

Presidente de Aetic (Asociación de Empresas de Electrónica, Tecnologías de la Información y Telecomunicaciones de España)

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