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Vivienda

Compre casa nueva, páguela y años después reclame si puede

Expertos en inmobiliario acusan a las promotoras de retrasar las reparaciones para que venzan las garantías.

Si nadie concibe que le entreguen un coche nuevo con una puerta hundida sin que le compensen de inmediato por ello, ¿por qué es tan frecuente que las casas de nueva construcción lleguen a sus propietarios con más de 10 reparaciones pendientes en el 95% de los casos, según algunos estudios? Salvando las distancias que existen entre los procesos de fabricación de ambos bienes, lo cierto es que el furor constructivo de los últimos años, con más de 800.000 viviendas iniciadas en 12 meses, se ha traducido, en demasiadas ocasiones, en ventanas que no cierran, paredes que no aíslan, humedades en garajes o malos olores, entre otros desperfectos.

Según recoge un estudio elaborado por la consultora Acerta, en un 35% de los casos se llegan a acumular en un solo inmueble más de 25 desperfectos. Este trabajo, elaborado a partir de un sondeo entre los directivos de las principales compañías promotoras del país, indica que las incidencias suelen ser más comunes en aquellas zonas donde más se ha edificado, ya que el reciente boom de actividad está estrechamente ligado con la pérdida de calidad de los acabados que denuncian las organizaciones de consumidores.

El colectivo de administradores de fincas recuerda que la mayor parte de los errores son pequeñas deficiencias, como puertas que no cierran, baldosas que se mueven o interruptores que no funcionan. Pero también son cada vez más numerosos los desperfectos de mayor gravedad. Tal y como recoge Acerta, el 9,4% del total de faltas reclamadas por los usuarios corresponde a incidencias que afectan a la habitabilidad (humedades, mala insonorización o fugas en la calefacción). Es decir, defectos 'que impiden al propietario instalarse plenamente en su nueva vivienda', apunta el estudio.

Reclamar es tan tedioso que sólo el 10% suele llegar a juicio

Una vez detectadas las deficiencias, en la mayoría de los casos las constructoras suelen asumir la reparación de los errores, aunque tampoco es extraño que el propio usuario prefiera costear los trabajos para así no tener que esperar más tiempo a la mudanza o, simplemente, para evitar los trastornos que suele acarrear el tener que fijar una cita con los representantes de la promotora para corregir los daños detectados. 'Ellos suelen imponer sus horarios y no todo el mundo puede ausentarse de su trabajo para poder recibir a los operarios de la constructora', lamenta un administrador de fincas de Madrid.

Otros informes realizados indican que el 63% de las reparaciones se resuelve en un plazo superior a dos semanas, el 29% entre una y dos semanas y sólo el 8% se resuelve en menos de siete días.

Ante este panorama, no es de extrañar que algunas reclamaciones acaben en el juzgado, aunque todavía son las menos, en opinión de abogados expertos en esta clase de demandas.

'De las pocas comunidades de vecinos que deciden tras un largo proceso de reclamaciones llevar a su promotora a los juzgados, apenas un 10% de los propietarios firma la demanda', explica María Jesús García, socia del bufete Molina Prados & García.

Cuando la reparación no es muy costosa, no suele haber problemas, lo peor que puede pasar es que se retrasen los arreglos, comentan en las organizaciones de consumidores. Sin embargo, cuando los problemas que surgen requieren una obra mayor y la constructora no está de acuerdo con el origen del desperfecto, comienza un litigio que puede durar años. 'El proceso es largo, tedioso y muy caro y las empresas lo saben, por ello, su principal estrategia es dilatar lo más posible la reparación de los desperfectos, que consideran que no son fruto de una mala construcción para hacer que venzan las garantías y evitar los pleitos masivos', insiste García.

Los expertos en resolver esta clase de conflictos advierten que no se tendría por qué haber llegado a esta situación si, como la ley prevé, funcionase el sistema arbitral. Como apunta el administrador de fincas Vicente Extremera, en algunas comunidades existen programas de inspección, gracias a los cuales se revisan de forma gratuita las nuevas construcciones y se emite un informe sobre las deficiencias denunciadas por el usuario.

De hecho, el conflicto entre comprador y constructora puede dirimirse ante la Junta Arbitral de Consumo. Sin embargo, las promotoras no suelen comprometerse a cumplir lo que dictamine este órgano, hasta el punto de que 'un 95% de las empresas ignora los laudos'. Extremera y García coinciden al señalar que muchas de las deficiencias podrían solventarse por la vía rápida, si la autoridad competente exigiera a las promotoras someterse a la Junta Arbitral.

A la hora de reclamar, conviene tener en cuenta que los usuarios disponen de un año para denunciar los problemas de acabados. Este plazo se amplía a los tres años en caso de defectos de habitabilidad y llega a los diez años para cuestiones de mayor gravedad, por ejemplo, de estructura. 'Frente al argumento de los propietarios, que acusan al promotor de mala ejecución de la obra, la empresa siempre aducirá que los desperfectos más graves son fruto de un mal uso y conservación de la casa', recuerdan desde el bufete Molina Prados & García.

De calidades de lujo a acabados chapuzas

'Venden casas con calidades de lujo que, por supuesto, cobran a precio de oro, pero entregan, en muchas ocasiones, verdaderas chapuzas', asegura María Jesús García, socia de uno de los bufetes de Madrid especializado en resolver este tipo de conflictos, Molina Prados & García.Según las organizaciones de consumidores, ninguna de las grandes empresas que operan en el sector se libra de haber sido denunciada y condenada en alguna ocasión por lo que en medicina se denomina mala praxis. Es más, en el presupuesto de gastos de una promoción suelen computarse como tales las partidas correspondientes a reparaciones de desperfectos, 'dinero que a veces no se consume en su totalidad, como reconocen las propias constructoras', afirma un administrador de fincas.Pese al largo proceso, las últimas sentencias a las que ha tenido acceso este periódico datan de cinco y siete años atrás. Cada día se suceden nuevas demandas como la que van a presentar más de un centenar de vecinos contra la promotora Urbalia en Madrid por problemas de olores y atascos en las acometidas de fecales del garaje. El informe del perito contratado por los propietarios sostiene que las tuberías carecen de la inclinación reglamentaria. La empresa alega problemas en la limpieza de las instalaciones.

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