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Dinero en campaña

La gran banca se asoma a los bolsillos de Hillary y Obama

Todos sus rivales la acusan de pertenecer a la rancia clase política de Washington, a merced de peligrosos lobbies y un voraz Wall Street, pero lo cierto es que tanto Hillary Clinton como su principal contrincante por la candidatura demócrata, Barack Obama, cuentan entre sus principales contribuyentes a grandes bancos de inversión, como Goldman Sachs, Morgan Stanley y Citigroup.

A un mes y medio para que comiencen las elecciones primarias que elegirán al candidato del partido para la elección presidencial de EE UU en 2008, Clinton ha recibido ya más de 350.000 dólares de Goldman Sachs, 323.000 de Morgan Stanley y 307.000 de Citigroup, según el Center for Responsive Politics, una organización sin ánimo de lucro dedicada a investigar la relación entre dinero y política. Obama ha hecho esfuerzos para despegarse de las corporaciones, pero ha recibido de Goldman Sachs 368.000 dólares y sumas de Morgan y Citigroup por encima de 100.000.

Desde la aprobación de una nueva legislación electoral en 2002, el dinero recibido por los candidatos no proviene directamente de las empresas, sino que llega a través de donaciones individuales, ya sea de empleados, directivos o propietarios, con el tope máximo de 2.300 dólares por elección. También pueden crearse los llamados Comités de Acción Política (PAC), a los que se puede donar un máximo de 5.000 dólares. Todos estos bancos han creado ya sus propios comités para influir en la elección.

¢Los empleados y el PAC de Goldman Sachs convierten al banco de inversión en una de las mayores corporaciones en contribuir a la elección presidencial de 2008¢, explica Massie Ritsch, investigadora del CRP. ¢Citigroup está entre los 10 primeros, junto con muchos otros bancos de Wall Street. Las contribuciones de compañías como Goldman Sachs y Citigroup son muy importantes para los candidatos¢, confirma.

El Comité de Acción Política de Goldman Sachs, por ejemplo, cuenta con más de 2.800 donaciones de sus empleados. El consejero delegado, Lloyd C. Blankfein, ha contribuido en los últimos seis años a todas las campañas de Hillary Clinton, bien individualmente, bien a través del PAC, hasta el máximo permitido por persona de 108.200 dólares. Otros altos directivos como Gary Cohn y Jon Winklreid han contribuido también generosamente, según queda registrado en los archivos de la Comisión Federal Electoral.

La aportación de la gran banca es ¢importante¢, pero el experto electoral Jan Witold Baran advierte en un estudio reciente que ¢lo esencial es la contribución de los pequeños donantes¢. Clinton ha recaudado 90 millones de dólares hasta septiembre y Obama ha superado la barrera de los 80 millones. Conseguir a 50.000 pequeños donantes, como ha conseguido el candidato afroamericano, significa 55 millones de dólares, a una modesta media de 1.100 dólares por persona.

La alternativa 527

Pero los principales lobbies y grupos financieros tienen otras formas de hacer llegar el dinero a sus candidatos preferidos. Muchos burlan los severos límites impuestos por la ley McCain-Finegold de 2002 creando una asociación política libre de impuestos al amparo del artículo 527 de la ley fiscal, los llamados grupos 527. Estas asociaciones pueden gastar sin ningún límite en apoyo o en detrimento de un candidato, siempre que no se vinculen directamente a sus campañas.

Uno de los grupos más importantes de este tipo, entre la veintena que ha gastado ya más de un millón de dólares, es America Votes, fundado hace cinco años por el magnate Georges Soros y Peter Lewis, consejero delegado de Progressive Insurance Companies, que ha repartido casi 10 millones de dólares a los candidatos demócratas en los últimos dos años. Entre sus actividades: organizar influyentes campañas de publicidad en la televisión, lanzar campañas de llamadas masivas a votantes indecisos, producir algunos de los vídeos satíricos sobre Bush que más repercusión han tenido en YouTube.

Estas asociaciones volverán a ser protagonistas en la próxima elección, como ya ocurrió en 2004, pronostica Baran. En la anterior elección, el candidato demócrata John Kerry sufrió una campaña negativa del Swift Boat Veterans for Truth, un grupo 527 formado por veteranos de la guerra de Vietnam que desplegó una campaña de descrédito contra el rival de Bush tres meses antes de las elecciones. La asociación gastó un millón y medio de euros en tres anuncios, repetidos machaconamente en las principales cadenas, donde se acusaba a Kerry de falsear su historial de guerra. Por el momento, ningún gran banco ha puesto en marcha una asociación similar.

A pesar de recibir dinero de ellos, los senadores Clinton y Obama han coincidido en criticar en sus programas electorales a los lobbies de Washington y la gran banca de Nueva York. Hillary promete más control federal a las firmas que revolotean alrededor de la Administración. Obama ha hecho bandera de la llamada ¢reforma ética¢ para ¢limpiar¢ las tramas que vinculan a los grupos de interés con la Casa Blanca.

El poder de las grandes corporaciones, sin embargo, está ausente en los debates de campaña y las preocupaciones de los ciudadanos llevan meses ancladas en Irak, el temor a una recesión y el terrorismo. No es ni mucho menos un asunto caliente de esta carrera para elegir al próximo presidente de Estados Unidos.

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