Operar, jugar y pilotar con los ojos vendados
Visualizar mentalmente las tareas acelera el aprendizaje
Cuando el campeón del mundo de motociclismo de 125 centímetros cúbicos, la tercera categoría, empieza una carrera, ya la ha vivido en su memoria. Minuto por minuto, vuelta por vuelta, el húngaro Gabor Talmacsi, sentado tranquilamente, se visualiza el día anterior a la competición montado en su Aprilia, desde el banderazo de salida hasta la línea de llegada. Es un método de toda la vida que utilizan deportistas de élite, pilotos aéreos y cirujanos, pero que empieza a formalizarse de una manera científica.
'No se trata de una relajación, sino de imaginar realmente el movimiento', explica el psicólogo Marc Immenroth, que lleva una década enseñando la técnica a deportistas y acaba de estandarizarlo para enseñárselo a médicos, en colaboración con el Instituto Europeo de Cirugía de Hamburgo.
Immenroth ha coordinado un manual que describe una de las operaciones más comunes, la extracción de la vesícula biliar. Es detallado, aunque no tanto como los manuales al uso. 'Son demasiado detallistas, hace falta resumirlos para que puedan memorizarse'. æpermil;se es el primer paso. A continuación hay que hacer un esquema con los puntos más importantes, y la visualización propiamente dicha consiste en que el profesional se imagine el procedimiento como si utilizara un simulador, moviendo las manos incluso.
Los comandantes aéreos llevan entre 30 y 40 años utilizando la técnica
Los dirigentes del Instituto, dependiente de Ethicon Endo-Surgery, del grupo Johnson & Johnson, insisten en que la técnica no sustituye al aprendizaje tradicional y que sólo es una manera de reforzarlo y de estar mejor preparado frente a las distracciones. Immenroth recomienda practicarla tres o cuatro veces por semana, durante diez minutos, para operaciones no muy complicadas, aunque cuando se tiene mucha práctica ya no es tan necesario.
El doctor Stefan Meierling, que enseña el método, explica que él lo aprendió de uno de sus jefes. 'Antes de cada operación, repaso el proceso paso por paso y estudio radiografías, es una especie de ritual'. A su juicio, es una manera de abstraerse de los ruidos y las molestias que invaden las salas de operaciones en todo momento.
Los pilotos llevan usando la técnica entre 30 y 40 años. La selección de Alemania la utilizó el año pasado en el Mundial de fútbol, aunque no pudo ser más que semifinalista. Immenroth ha trabajado con la selección de balonmano, con golfistas y con atletas, y afirma haber tenido buenos resultados con casi todos ellos.
En esos casos es más fácil medir la efectividad de la visualización que en el de la medicina, aunque un estudio científico realizado por el Instituto, que comparaba la calidad de las operaciones de alumnos que visualizan y de alumnos que no, mostró que los primeros lo hacían un 10% mejor. 'No hemos medido el tiempo que tardan', matiza Meierling. 'Un minuto en el quirófano es mucho dinero, y aunque no hay que enseñar a los alumnos a ir deprisa, eso también es importante'. Tampoco han medido los resultados sobre los pacientes.
Aprender más allá de la imaginación humana
Visualizar es algo que hacemos todos los días, por ejemplo cuando queremos ir de una ciudad a otra en coche: planeamos el recorrido, calculamos la gasolina que necesitamos, decidimos a qué hora queremos salir... El doctor Marc Immenroth considera que es especialmente útil en situaciones extremas de estrés y en procesos que requieran movimientos psicomotrices. 'Es posible que desarrollemos un curso para enfermeras también', señala.En el deporte, considera que sólo tiene sentido entre los deportistas de alto nivel, puesto que la mejora que se consigue es imperceptible a nivel de aficionado. La windsurfista Karin Jaggi cuenta que lleva 10 años practicándolo. 'Antes de competir, voy a la playa temprano e imagino saltos, me invento nuevas maniobras, pienso qué haría si algo saliera mal'.En la película coreana Old Boy el protagonista, secuestrado durante varios años, aprende artes marciales peleando consigo mismo. Immenroth recuerda la anécdota de un chino que pasó cinco años en la cárcel y a las dos semanas de salir tocó un concierto al piano. ¿Es tan capaz la mente de aprender sólo a base de imaginación? Immenroth cree que sí.