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Columna
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Las perspectivas para el crecimiento de EE UU

Las consecuencias de las turbulencias financieras del pasado verano aún están por determinar y dependen fundamentalmente de la extensión de las pérdidas por exposiciones al riesgo derivado de activos inmobiliarios subprime y, más aún, de la repercusión sobre la economía real, en especial sobre la americana. Respecto a este último aspecto, la cuestión es si la economía norteamericana se va a desacelerar moderadamente o si puede experimentar lo que se suele denominar como un aterrizaje fuerte. La principal diferencia entre una y otra predicción es el contagio de la debilidad económica a otras áreas geográficas y, por tanto, la posibilidad de que se generase una recesión. No hay consenso sobre dicha cuestión, ni incluso entre economistas de reconocido prestigio.

Como factor positivo hay que recordar que la crisis financiera se ha producido en un momento en el que las principales zonas geográficas, tanto desarrolladas como emergentes, muestran un crecimiento sólido. Como factor negativo se debe señalar que la crisis financiera parece que no se ha delimitado todavía, dado que siguen apareciendo noticias sobre entidades financieras afectadas. Este es un hecho diferencial sobre otras crisis que se han podido señalar como semejantes, como fue el caso del fondo LTCM.

El informe reciente del Fondo Monetario Internacional, World Economic Outlook, publicado en octubre, se decanta por predecir que se va a producir un freno en la tasa de crecimiento de Estados Unidos y se ha corregido a la baja en un punto porcentual la tasa de crecimiento: ahora esperan un 1,9% para Estados Unidos en 2008. Para el FMI la debilidad del sector de la vivienda no se ha transmitido a otros ámbitos y el consumo no resultará excesivamente afectado dado que el empleo sigue creciendo. Para el conjunto del mundo la rebaja del crecimiento es medio punto, lo que implica una tasa global del 4,8%

La crisis financiera se ha producido en un momento en el que las principales zonas geográficas muestran un crecimiento sólido

También el economista Michael Mussa, del Instituto Peterson para la Economía Internacional, se muestra relativamente optimista. Su predicción es que el crecimiento global se situará en 2008 en el entorno del 4% y que la economía americana lo hará alrededor del 2%. Según él, el consumo de las familias no se reducirá mientras tengan una riqueza neta positiva, lo cual parece que se cumple a pesar del descenso en los precios de las viviendas. Por otra parte, Mussa señala que la inversión en estructuras no residenciales está compensando los descensos en la inversión residencial y también crece la inversión de otro tipo, en especial de equipo de procesamiento informático.

En el lado más pesimista se encuentra Nourel Roubini, profesor de la Universidad de Nueva York y de gran popularidad por su blog. Para este economista existe un gran riesgo de que se produzca un freno importante en la economía norteamericana que, incluso, llegue a afectar a otras economías. No obstante, considera que la gravedad no será tal como para provocar una recesión generalizada. Su tesis es que la crisis de los créditos subprime no se quedará ahí y que se extenderá a otras hipotecas. Según los datos existentes, la demanda de viviendas está descendiendo pero no la construcción. Esto implica que aún se pueden esperar descensos importantes en los precios de las viviendas que conllevará dos efectos. Sobre la economía real, se verán descensos en la construcción y, al menos, moderación en el consumo. Es evidente que, dado que el consumo representa el 70% del PIB americano, lo que pase en el mismo será la clave. En este punto hay que considerar distintas influencias: la capacidad de tomar préstamos sobre la base de la vivienda para financiar otros gastos o la creación de empleo.

Por otro lado, Roubini considera que las condiciones crediticias se van a hacer más restrictivas porque las entidades financieras van a seguir mostrando problemas dado que las prácticas de control laxo no se han limitado a los activos relacionados con las hipotecas subprime. Esta restricción crediticia no va a poder ser contrarrestada por la Fed porque, según el economista, son problemas que van más allá que la falta de liquidez.

Las predicciones de Nourel Roubini son bastante más pesimistas que las de otros economistas y por supuesto que las de los organismos internacionales. La diferencia parece que se encuentra en que este economista concede una probabilidad elevada a la materialización de los riesgos que los demás apuntan que existen en el horizonte y que pueden complicar la situación. Como han reconocido autoridades financieras como Ben Bernanke, presidente de la Fed, o Malcolm Knight, director general del BIS, sus retos ahora son evitar que esos riesgos se materialicen.

Nieves García-Santos

Economista

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