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Tribuna
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Biotecnología, inversiones y objetivos

La biotecnología ha experimentado un notable impulso en España en los últimos años, destaca el autor, que se suma al Debate Abierto sobre el desarrollo del sector. En su opinión, el renovado apoyo a la I+D+i, el incremento de consorcios público-privados y la inversión privada harán posible la aparición de proyectos exitosos

Hace ahora tres años cualquier investigador español con un proyecto empresarial en el campo de la biotecnología solía escuchar, salvo algunas excepciones, las siguientes respuestas por parte de potenciales inversores: 'La evaluación técnica del proyecto está fuera de nuestra capacidad y experiencia', 'nos gustaría ver varios inversores con know-how en este sector apostando por el proyecto' y 'nos gustaría poder invertir más, pero diversificando nuestra exposición'. Afortunadamente nuestro sector biotech asiste a una serie de cambios destinados a posibilitar su despegue definitivo.

En tan sólo tres años hemos visto como Pharmamar ha conseguido registrar y comercializar su primer fármaco (Yondelis) en el mercado europeo. La presencia de empresas biotech españolas en las ferias internacionales se duplica de año en año. El número y valor de las licencias negociadas de productos biotecnológicos españoles aumenta progresivamente y la CNMV aprueba y tramita los primeros fondos de capital riesgo especializados en biotecnología. ¿Qué podemos esperar que ocurra en el sector durante los próximos años? ¿Cuál será el impacto de esta revolución tecnológica y empresarial en nuestra economía?

El sector biotecnológico es considerado como prioritario para cualquier país o región con ambiciones de crecimiento y desarrollo económico

Desde el punto de vista del tejido empresarial del sector, una vez ya transcurridos los años de investigación básica, la inyección de financiación en pymes biotecnológicas para conseguir la prueba de concepto de sus productos y proyectos está propiciando un incremento en el número de empresas en su fase comercial (bien directamente o bien vía licencias).

Todo lo anterior hace necesario contar con un mayor número de gestores y técnicos especializados, lo que explica el interés de universidades y escuelas de negocios en dedicar más atención al sector biotecnológico. La internacionalización, la eficaz gestión de la propiedad intelectual, así como la investigación y cooperación en red, características todas ellas inherentes al sector, están dando lugar a un creciente colectivo de gestores y técnicos altamente especializados en este tipo de proyectos. Es de vital importancia contar con más investigadores volcados en la aplicación de su ciencia, así como con más gestores especializados.

Igualmente, la demanda de profesionales de coordinación técnica (science liaison), encargados de analizar las tecnologías de cada sector, de identificar e informar a sus prescriptores y usuarios, de identificar socios a lo largo de las fases de desarrollo del producto y de apoyar al equipo comercial, tenderá a aumentar en los próximos años.

A nivel tecnológico, nuestra buena posición en áreas como la medicina regenerativa y personalizada, la alimentación funcional y los biocombustibles permitirá aumentar el número de proyectos empresariales que vean la luz y tengan éxito. Su continuidad se ve reforzada por el aumento de inversores especializados, y en dos o tres años probablemente veremos algunas de estas empresas cotizando en los mercados bursátiles. La creación del MAB (Mercado Alternativo Bursátil) contribuirá igualmente a potenciar la capacidad de financiación del sector y, tal y como ya ha sucedido en el Reino Unido con el AIM, permitirá un mayor crecimiento y desarrollo de todo un tejido empresarial basado en pymes de alto valor añadido.

De todo ello se beneficiarán especialmente los diferentes actores (comunidades autónomas, ministerios, pymes, inversores, instituciones educativas…) que rápidamente están tomando posiciones, acumulando conocimiento, invirtiendo y preparándose para este futuro inmediato. El sector biotecnológico es considerado como prioritario para cualquier país o región con ambiciones de crecimiento y desarrollo económico. La mejora de las actuales medidas de apoyo a la I+D+i, la creciente generación de consorcios público-privados y la inversión privada harán posible, a corto plazo, la aparición de nuevos y exitosos proyectos empresariales. De esta manera se contribuye a un mayor y más sostenible crecimiento económico, desplazando la curva de oferta de nuestra economía hacia mayores niveles de productividad. El apoyo que brindan los diferentes organismos públicos al sector, tanto a nivel nacional como autonómico, obtendrá así su retorno.

Se producirá así una aportación decisiva para encontrar una cura o prevención de enfermedades letales, o para desarrollar nuevas tecnologías que nos permitan un desarrollo realmente sostenible. Trabajar por alcanzar este tipo de objetivos hace que la colaboración sea la moneda de cambio habitual dentro de los diferentes agentes involucrados en el sector, y que los éxitos ajenos afecten y nos beneficien a todos. Porque la consecución de este tipo de objetivos, como se suele decir estos días, no tiene precio.

Javier Fernández

Socio-director de Suanfarma Biotech SGECR

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