Aumenta el interés por bonos y fondos garantizados
Es fácil ser osado cuando las cosas van bien. Ahora, con un mercado presa de la incertidumbre, los inversores acuden a instrumentos financieros con menor riesgo
El miedo germinó durante el verano bursátil y los inversores buscan productos donde guarecerse hasta la llegada de tiempos mejores. 'Hemos notado un aumento del interés por los productos estructurados, como bonos o fondos garantizados', explica José Antonio López, responsable de productos estructurados de Société Générale. Sus clientes son bancos y cajas que buscan nuevas ofertas ante el miedo reinante.
En este sentido, los bonos estructurados y los fondos garantizados ofrecen la ventaja de que se crean ad hoc y, así, pueden adecuarse a la situación de mercado. Santiago García, responsable de productos estructurados de Citibank, destaca la flexibilidad de los estructurados para obtener rentabilidades incluso en un mercado bajista.
Muchos inversores prefieren tomarse un respiro y emprender estrategias más conservadoras. Una de ellas es el fondo garantizado de renta variable, que fue el producto estrella tras el estallido de la burbuja bursátil. Por un lado suele asegurar el 100% del capital invertido a vencimiento y ofrece rentabilidades adicionales. Un garantizado invierte la mayor parte del capital en renta fija para asegurar la devolución del 100% del capital. El resto lo invierte en renta variable.
A la estructura clásica del fondo garantizado le beneficia un tipo de interés alto. Estas estructuras utilizan bonos con cupón cero. Es decir, que no pagan cupón hasta el vencimiento y la rentabilidad consiste en extraer la diferencia entre el precio de adquisición y el de venta del bono. Por ejemplo, si un inversor invierte 100 euros en un bono con un cupón del 5%, pagará 95 euros y a vencimiento recibirá 100. En un bono estructurado, los 5 euros, el cupón, se invierte en un derivado con exposición al mercado de renta variable. Cuanto más alto sea el cupón, más se podrá destinar a la inversión en derivados.
Los datos de VDOS Stochastics muestran que la revalorización de los garantizados ha sido de un 1,67% en el año. Si bien es cierto que garantizan el capital, ello no significa que no se pueda perder parte de la inversión. Puede suceder si uno sale del fondo antes del vencimiento. En este caso se suele exigir una comisión de reembolso que puede llegar al 5%.
Enrique Borrajeros, de Abante, recela de la opinión de que 'el garantizado sea la solución a la desconfianza'. La alta volatilidad ha encarecido las opciones y ello reduce la capacidad del fondo para obtener rentabilidades. 'En un contexto como el actual, el garantizado es como un monetario caro', concluye.
La filosofía que subyace detrás de los bonos estructurados es similar a la de los garantizados, aunque el riesgo puede ser mayor y el inversor puede no recuperar el capital invertido. En los últimos años se han extendido los bonos autocancelables, que expiran antes de su vencimiento si el inversor obtiene una determinada rentabilidad.
Citibank ha lanzado este mes dos bonos a cinco años. Uno de ellos garantiza el 100% y el otro, de perfil conservador, provocaría pérdidas en el inversor si el Ibex cae más de un 30% en alguna de las cinco revisiones anuales. Hasta finales de este mes se pueden adquirir estos bonos a partir de 3.000 euros. 'La innovación de Citi pasa por ofrecer a sus clientes minoristas el acceso a bonos estructurados, un producto sofisticado que hasta ahora exigía altas cantidades de inversión', dicen desde la entidad.
Desde BNP Paribas aseguran que no han notado un aumentado significativo de clientes que prefieran productos garantizados. 'Sigue existiendo demanda de productos estructurados con riesgo que, dada la volatilidad actual, ofrecen cupones más atractivos', explica Francisco Quintano. Javier Fernández, responsable de desarrollo de producto de Morgan Stanley, destaca la capacidad del producto estructurado para adaptarse a la situación de mercado, con una estrategia más defensiva u optimista según el momento.
Al elegir entre un fondo garantizado y un bono estructurado hay que tener en cuenta las implicaciones fiscales. Para grandes patrimonios, Javier Fernández explica que el bono puede ser contraproducente porque genera rendimientos de capital mobiliario. Ello significa que puede perjudicar a aquellos clientes que realicen la declaración del impuesto sobre el patrimonio. En este caso, puede ser preferible invertir en un garantizado. Otra ventaja del fondo es que se puede traspasar el dinero sin penalización fiscal. Cuando vence el fondo, el inversor puede elegir entre reembolsar y tributar al 18% o entrar en otro fondo. En el caso del bono, en el momento de la cancelación se pagará al fisco el 18%.
Menos de un mes para idear un bono
Para las entidades financieras es más fácil crear un bono que un fondo garantizado. Santiago García, de Citi, explica que desde que nace la idea en el departamento hasta que se comercializa el bono, pueden pasar tres semanas o, como mucho, cuatro. La mayoría de bonos se registran en Irlanda o Luxemburgo por su mayor agilidad administrativa y reciben el llamado pasaporte europeo, que les permite comercializar el bono, previo aviso a la CNMV. Los plazos para registrar un fondo pueden alargarse hasta tres meses o más.
Virguerías en pro de la rentabilidad
Como Ronaldinho haciendo malabares con la pelota, las entidades financieras idean auténticas virguerías financieras para lograr rentabilidad. Con un margen relativamente pequeño -la mayor parte de dinero captado se destina a un cupón cero para asegurar el capital- los garantizados de renta variable deben obtener rentabilidades atractivas para convencer a los inversores. Y lo consiguen. Un 26% de los partícipes de fondos españoles invierten en fondos garantizados de renta fija o variable. Uno de ellos es el de Morgan Stanley Grandes Compañías 2010 garantizado -cuyo folleto está en fase de actualización- con vencimiento a tres años. Apuesta por las empresas de gran capitalización pues la experiencia demuestra que en tiempos de zozobra como el actual son capaces de comportarse mejor que las medianas y pequeñas. Este fondo invierte en 20 grandes compañías de todo el mundo y la rentabilidad se calcula con la estructura multimax: se realizan tres fotos anuales a las diez mejores compañías con un límite en el 30%, es decir, a la hora de calcular la rentabilidad del fondo, la revalorización de las diez primeras nunca será superior al 30%. Las otras diez mantendrán la revalorización obtenida durante la vida del producto. Esta complicada medición permite obtener rentabilidades positivas en un escenario bajista.El tiempo determinará si la estrategia ha funcionado. En el 70% de las simulaciones el fondo ha obtenido rentabilidades positivas superiores al 5%. La rentabilidad media ha sido de un 22,79% en tres años (6,91% TAE).