El precio de volver al trabajo en septiembre
Un traje nuevo, la cuota del gimnasio y las comidas de cafetería tiran del bolsillo tras las vacaciones
Este mes es sinónimo de vuelta al colegio, de libros de texto, de material escolar, y en su caso, comedor y uniformes. Gastos de los que dan buena cuenta las asociaciones de consumidores, reclamando que bajen los precios. Pero en septiembre también se vuelve al trabajo, a comer fuera de casa, al gimnasio y a la academia de inglés. Y quién más quién menos decide, después de un verano de reflexión y según sus posibilidades económicas, comprarse un coche o empezar una colección de fósiles.
'Septiembre es el momento óptimo para que la gente se comprometa a un gasto periódico', asegura Gerard Costa, profesor del departamento de dirección de marketing de Esade. 'Después de vacaciones consideran que su vida es una porquería y deciden cambiarla'. Un televisor plano para ver el fútbol o una operación de cirugía estética pueden servir.
Costa tiene experiencia en el sector de los fascículos, cuyas colecciones 'las termina el 5% de quienes las empiezan'. Algo similar ocurre con los gimnasios, algunos de los cuales exigen el pago de un año por adelantado. Rubén Sánchez, portavoz de la asociación de consumidores Facua, recomienda escoger uno con una cuota de inscripción 'no muy alta' y esperar un par de meses a contratar el año entero, si compensa. Desde el club deportivo madrileño Príncipe Sport señalan que septiembre y, en menor medida febrero, son los meses punta de inscripciones. El club cobra 120 euros al mes de cuota mínima, aunque un gimnasio típico cobra entre 40 y 70.
Para las academias de inglés como Talking Point éste es el periodo de más matriculaciones. Si se opta por pagar clase por clase, el dispendio inicial puede ser sólo de 30 euros por hora de clase individual, bastante más oneroso si se paga el mes o el año entero. También en este caso, Sánchez recomienda buscar academias que cobren mes a mes y evitar el pago a crédito.
Las agencias de servicio doméstico también están a tope de trabajo, puesto que muchas empleadas de hogar aprovechan las vacaciones de verano para cambiar de casa, como explican en Atocha Hogar. 'Sobre todo las internas', apuntan, que cobran unos 800 euros al mes. El éxodo veraniego es propicio a su vez para las averías, añade Sánchez: cerrajeros y fontaneros hacen su agosto en septiembre.
En las tiendas de ropa comienza la temporada otoño-invierno, y quienes pueden permitírselo renuevan su vestuario con trajes, como los de Hackett (unos 750 euros). 'Ahora se están vendiendo bastantes, unos seis u ocho a la semana', afirman en la tienda. En Just One los precios suben hasta los 1.000 y 1.800. En muchos casos, los trajes son ropa de trabajo, así que septiembre puede ser también una fecha adecuada para solicitar financiación a la empresa, señala Ricardo Oleaga, director de la revista Consumer Eroski.
El material de trabajo, en general, el coste del transporte y la comida son otros gastos en los que puede ayudar la empresa. En cualquier caso, añade Oleaga, éstas son las fechas para reflexionar en qué se puede ahorrar. La comida en el restaurante (9-12 euros de media el menú económico) puede sustituirse por un sándwich y una ensalada en un parque, 'algo habitual en otros países', señala el experto en consumo. Oleaga recomienda ahorrar en los grandes gastos y no en los pequeños. Entre ellos incluye los libros de texto de los niños, que en un colegio público salen por unos 115 euros, aunque en algunas comunidades autónomas los paga el erario. 'Es un gasto impuesto, y por eso se solivianta la gente', señala el profesor Costa. Los 800 euros que cuesta la vuelta a los colegios según estiman algunas asociaciones de consumidores se ajustan más a los costes de los colegios públicos o concertados. Un ejemplo tipo (ver cuadro) revela que septiembre puede traer consigo un gasto de hasta 2.000 euros. Todo ello sin contar las hipotecas, los créditos al consumo y demás agujeros habituales. El coste de la vuelta al cole palidece antes estos números; y de todos modos, parafraseando al famoso anuncio, un niño no tiene precio.
Compartir el coche o ir en bici para ahorrar
Curso nuevo, coche nuevo. En las vacaciones hay tiempo para mirar modelos, hacer cuentas y plantearse la compra de un vehículo. Un gasto más, al que hay que añadir la gasolina, el seguro y el parking, aunque según cuenta el presidente de la Confederación de Empresarios de Estaciones de Servicio, Juan Prats, este año las carteras no van sobradas de dinero.'La gente pone sólo 10 euros de gasolina, y primero pide que le pasen la tarjeta a ver si le queda crédito', asegura. Aunque lo habitual es que el gasto en gasolina aumente y se normalice con el comienzo del curso escolar, Prats teme que este año no ocurra así. Puede ser hora de plantearse compartir el coche con un compañero, como recomienda Ricardo Oleaga, director de la revista Consumer Eroski, 'aunque siempre hay quien prefiere ir a su aire'.Ir en transporte público al trabajo puede salir por la mitad de precio que el coche, según estimaciones de la asociación cicloturista de Madrid Pedalibre. Los costes no están actualizados, pero eran de unos 250 euros al año en metro y aproximadamente el doble en coche.Un poco más caro que el metro resultaría combinar el metro con la bicicleta, para quien le sea posible, pero a cambio se hace ejercicio. Merallo ha notado que en agosto aumenta el número de ciclistas y que éste se mantiene en septiembre. 'Se dan cuenta de que sale más barato'. En octubre, sin embargo, la inercia y la costumbre devuelven las cifras a su lugar habitual. Ir en bicicleta no es tan arriesgado como pudiera parecer, aseguran desde Pedalibre. 'Eso es algo que piensa el que no monta en bici. Se trata de evitar las grandes vías, como la Castellana de Madrid. Hay calles paralelas con limitación de velocidad a 30 kilómetros por hora y badenes'. Otra recomendación es ir por el centro del carril, sin complejos. 'Los coches simplemente ocupan el otro'.