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Inversión

La tormenta financiera pone a prueba a los 'hedge funds'

Los fondos de inversión libre, que mueven entre 1,5 y 2 billones de dólares, sufren los efectos de la debacle 'subprime' y se enfrentan a su peor año desde 1998

Ha llovido, y mucho, desde que el estadounidense Alfred Jones ideara, poco después de la Segunda Guerra Mundial, lo que hoy se conoce como hedge funds y que, en España, la CNMV ha denominado fondos de inversión libre. Aunque la filosofía de fondo sigue, en gran parte, siendo la misma que movió a Alfred Jones en 1949: lograr rentabilidad independientemente de los vaivenes y caprichos de la Bolsa. Esa es la teoría, aunque en la práctica no siempre se cumple.

Ante la crisis que ha arrastrado a la renta variable -el Ibex llegó a perder un 3,78% en una sesión y el S&P 500, un 2,96%- los fondos de inversión se han visto afectados por la debacle. Un índice de Credit Suisse refleja que los hedge funds que siguen la llamada estrategia CTA (Commodities Trading Advisor) o Gestión de Futuros son los que más han sufrido. Esta estrategia cruza multitud de órdenes y compras a futuro a partir de un modelo informático.

A priori, estos fondos están ideados para lograr rentabilidades tanto si el mercado sube como si baja. Sin embargo, en julio, coincidiendo con la crisis de liquidez, han perdido un 4,31%. En general, los fondos que utilizan modelos matemáticos han liderado la debacle. 'El problema de los modelos cuantitativos es que se habían sobre ajustado en un entorno de mercado que ha cambiado bruscamente', explica Marcos Pérez, experto en gestión alternativa de Renta 4. El director de inversiones de Auriga, Carlos Hernández, que gestiona el hedge fund español Sleipnir, explica que lo peor para la estrategia cuantitativa son las fuertes oscilaciones en el índice de volatilidad.

Si bien es cierto que fondos cuantitativos, como el de Goldman Sachs, Global Equities Opportunities, han llegado a perder un 30%, Marcos Pérez sostiene que es 'injusto' juzgar a todo el universo de los hedge sólo por las pérdidas de unos fondos. La situación, sin embargo, es para algunos analistas estadounidenses muy preocupante. Uno de los principales expertos en hedge funds, John Mauldin, opina que 'este año va camino de ser el peor que hayamos visto. Incluso peor que 1998. Año marcado por la entrada en quiebra del mayor hedge fund del mundo, el Long Term Capital Management, que se había apalancado hasta 50 veces su tamaño.'

Precisamente, la capacidad de apalancamiento de los hedge funds es una de sus virtudes aunque, en un contexto como el actual -endurecimiento de las condiciones crediticias y crisis en el mercado de deuda- se convierte en un riesgo potencial. Como explica José Manuel Gómez Borrero, director de ventas institucionales de Nmás1, 'los hedge apalancados son los más expuestos a las pérdidas, como fue el caso de los dos famosos fondos de Bear Stearns'. Gómez Borrero comenta que la suerte de los hedge españoles es que no están demasiado apalancados. De hecho, en materia de hedge funds, España se encuentra en la edad de piedra y, quizás, esto les ha salvado de acumular cuantiosas pérdidas.

El primer hedge español apareció hace apenas diez meses y en la CNMV actualmente hay 13 fondos de inversión libre registrados, mientras que en el mundo se calcula que existen unos 10.000. La novedad de este vehículo hace que perdure a día de hoy cierta confusión entre los hedge funds y los fondos de inversión libre españoles. 'Los hedge funds, en su origen, intentan obtener rentabilidad sin depender del devenir del mercado. Dentro de los llamados fondos de inversión libre existen hedge funds pero también fondos que son direccionales al mercado', explica Gómez Borrero. Sea como fuere, los datos muestran que los hedge españoles han sufrido durante la crisis subprime, aunque la mayoría no presenta excesivas pérdidas. Con la excepción del fondo de inversión libre de Banca March, March Cartera Activa, que ha perdido un 10,20%, según datos de VDOS Stochastics.

En cualquier caso, la industria hedge es aún incipiente en España y levanta aún mucha desconfianza. El hecho de que los hedge funds gocen de una legislación laxa, sean poco transparentes en comparación con los productos financieros tradicionales y que sólo puedan acceder a ellos personas adineradas u otros fondos ha provocado que despierten ciertos recelos.

Esa inquietud no ha evitado que los hedge se hayan convertido en un gigante financiero. Se calcula que gestionan entre 1,5 y 2 billones de dólares (más de un billón de euros), más que toda la capitalización del Ibex 35 y del Dax alemán juntos. Por ello, no es extraño que cuando se entra en una crisis y no hay un culpable claro, todas las miradas se dirigen a esa industria gigantesca que tanto invierten en renta variable, fija, derivados o futuros y realiza multitud de operaciones al día. Se les acusa de poder manipular cualquier mercado si actúan todos al unísono. Entre otras crisis, se ha culpado a los hedge de la devaluación del peso mexicano en 1994, de la crisis del sudeste asiático en 1994 o del pinchazo de la burbuja financiera en 2000.

Ni los gurús del mercado se salvan

Si hasta los cocineros hacen bolos como si fueran estrellas del rock, por qué el mundo de la finanzas no iba a tener a su estrella. Y dentro de los hedge funds brilla James Simons, el gestor mejor pagado del mundo en 2006: 1.700 millones de dólares. Aunque es improbable, al menos hasta el pasado mes, que ningún accionista le recrimine su sueldo.Desde que fundó su gestora de hedge funds, Renaissance Technologies Corporation en el año 1982, ha conseguido una rentabilidad media anual del 37% y el año pasado ganó un 40%. Y, todo ello, con complicadísimos programas informáticos que realizan movimientos continuos de compra y venta según una larga lista de datos estadísticos.Parecía que la gestión de Simons, que antes de entrar en el mundo de la finanzas era profesor de matemáticas en la universidad, era infalible. Pero la crisis subprime que llevó al VIX -índice de volatilidad del S&P 500- a niveles del año 2003, provocó que los ordenadores fallaran en sus predicciones. Los fondos de Renaissance han sufrido pérdidas cercanas al 10% y eso, para alguien que acostumbra a obtener rentabilidades anuales por encima del 30%, es excepcional. Sin embargo, mucho deberían torcerse las cosas para que los privilegiados accionistas pierdan la confianza en el gurú Simons. Privilegiados, porque no es fácil poder trabajar con el que algunos llaman Elvis, por ser el rey de los hedge funds. Su fondo estrella, Medallion, cerró las puertas a nuevos inversores en 1993. Aun así, su compañía posee activos por 30.000 millones de dólares, algo menos de lo que cuesta Inditex.No deja de ser curioso que los problemas de personas como James Simons, que aparece en la lista Forbes, y otros tiburones de Wall Street tienen su origen en la excesiva facilidad con la que se concedieron créditos a personas sin garantías de solvencia. Lo que en Estados Unidos han acertado en llamar créditos Ninja, iniciales de No income, no job or assets. Es decir, que se concedían créditos a personas sin ingresos, ni trabajo ni activos.Fuentes del mercado confían en el buen quehacer de James Simons, que este año ha cumplido 69 años. Hace siete dijo que a los 65 se retiraría. Afortunadamente para sus accionistas, no ha cumplido su palabra.

Y la libra se derrumbó

El universo hedge demostró su poder cuando, en 1992, el millonario George Soros, a través de su hedge fund Quantum, atacó a la libra. Soros, especulador y filántropo, ordenó la venta de 10.000 millones de libras y la divisa se derrumbó.

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