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Tribuna
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'Telecos': más coordinación, mejor regulación

La multa récord impuesta a Telefónica por parte de la Comisión Europea ha puesto de manifiesto una grave descoordinación entre los distintos reguladores, según la autora. En su opinión, el caso hace surgir dudas acerca de la corrección del marco regulatorio, lo que crea inseguridad jurídica que disuade las necesarias inversiones

Es difícil entender la decisión de la Comisión Europea de 4 de julio, por la que sanciona a Telefónica por supuesto abuso de posición de dominio, al tratarse de una conducta regulada, al menos parcialmente, por la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT). Hasta la propia CMT lo creía con fundamento, y por eso ha solicitado del Gobierno español que interponga recurso contra la decisión de la Comisión. No es el momento de discutir ahora el fondo de verdad de cada postura, sino subrayar la dificultad de comprender cómo en un sector de regulación y vigilancia intensiva a diferentes niveles (comunitario y nacional) y en diferentes órdenes (el general de competencia y el específico del sector) se pueden dar casos de descoordinación de esta gravedad.

Las dudas recaen no ya sobre el cumplimiento de las distintas normas por los operadores ni sobre su aplicación adecuada por las autoridades de regulación sectorial, sino acerca de la corrección del marco normativo que, vistos los resultados, parece distar en este momento de ser ideal. Es cierto que el solapamiento de los dos bloques normativos (el sectorial de telecomunicaciones y el de competencia, estando el primero inspirado en el segundo) puede llevar a resultados divergentes, como expresamente reconocen las directrices de la Comisión sobre el análisis del mercado (2002/C 165/03). Pero, ¿tiene sentido que sea así? Porque este tipo de resultado produce, como poco, cierto desconcierto y una suerte de inseguridad jurídica disuasoria de inversiones, objetivo contrario al de cualquier política del sector. Si las comunicaciones electrónicas son uno de los factores de mayor incidencia en la productividad, en la innovación y, por tanto, en la competitividad, está claro que deben evitarse los obstáculos regulatorios que impidan su mejor desarrollo.

¦bull; Planteada la discrepancia, parece el momento adecuado para una reflexión sobre el enfoque de la regulación y sobre dónde deben ponerse los acentos de su revisión, que podrían ser los siguientes:

¦bull; Más Europa: el sector y su normativa necesitan de más Europa, en el sentido de una mayor armonización de políticas, de coordinación entre las autoridades y de sincronización en los procesos. Piénsese que cuando se actuó armónicamente en el conjunto europeo para las licencias GSM se creó un círculo virtuoso de enorme éxito. Ocurrió lo contrario con las licencias de 3G.

¦bull; Fomento de la inversión: ahora están en juego las inversiones en redes de siguiente generación (las NGN), las relacionadas con internet de alta calidad y velocidad, que supone la sustitución de los cables de cobre por accesos de fibra óptica para ofrecer velocidades superiores a 100 megas. Se debate si esas redes deben abrirse a los competidores a precios regulados o libremente negociados. En algunos países (Alemania es un ejemplo), los operadores han solicitado vacaciones regulatorias, una tregua para acometer estos proyectos. Son cuantías muy significativas: Telefónica anunció en mayo inversiones de hasta 4.000 millones en el despliegue de estas redes si el entorno regulatorio fuera favorable. Para dar una idea de la magnitud, el Plan Avanza del Gobierno para la Sociedad de la Información cuenta con una dotación de 1.500 millones de euros.

¦bull; Liberación del espectro (recursos de radio): la liberación de espectro y creación de un mercado secundario para su comercialización puede mejorar su uso eficaz y conseguir que el sector perciba lo que se denomina el dividendo digital. El regulador inglés (Ofcom) concluyó el pasado 29 de mayo un estudio en el que afirma que el uso del espectro representa el 3% de la economía del Reino Unido. Ahora es el momento de esta reflexión, ya que el apagón de la TV analógica está previsto para el 3 de abril de 2010.

¦bull; Convergencia: el término convergencia, tan repetido como un mantra, es una realidad. Las redes y tecnologías utilizadas no son lo primordial; son intercambiables y combinables, por ejemplo, en contenidos audiovisuales en telefonía móvil o voz a través de IP. Esta realidad nos impone la necesidad de una regulación y un regulador también convergentes que aúnen el tratamiento de estas cuestiones con un enfoque coordinado.

¦bull; Regulador europeo. Un último apunte sobre las autoridades con facultades en estas materias. La desaparición de las autoridades nacionales de regulación no parece conveniente aún, dado su grado de especialidad y su posibilidad de efectuar un seguimiento día a día del sector, presumiblemente dando prioridad a su función de vigilancia frente a la de regulación. También puede ser el momento de valorar la creación de un regulador supranacional, de ámbito europeo, que sea capaz de adoptar una estrategia global, en línea con el enfoque de más Europa, más armonización y más coordinación promovido en este artículo.

La mayor coordinación, la mejor -¿o menor?- regulación, ¿evitarán que puedan darse casos tan paradójicos como el de Telefónica? El esfuerzo merece la pena.

Almudena Arpón de Mendívil y de Aldama. Abogada, socia de Gómez-Acebo & Pombo

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