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Laura González-Molero

'Una fusión crea mucha incertidumbre'

En enero el grupo farmacéutico alemán Merck adquirió la compañía suiza de biotecnología Serono, donde la ejecutiva desempeñaba el cargo de vicepresidenta en la filial española. En abril le encomendaron la tarea de liderar la compañía

Asegura que odia las decisiones personalistas, y que no importa equivocarse. Laura González-Molero, nacida en Orense hace 42 años, de profesión farmacéutica, parece muy segura de sí misma, pero sobre todo de cómo debe gestionar la compañía para llevarla a buen puerto.

Una fusión como la que usted está viviendo entre Merck y Serono, ¿es el reto más interesante para un alto ejecutivo?

Ahora mismo estamos atravesando un momento de integración de las dos compañías, y el grupo me ha concedido el honor de darme la responsabilidad de definir el plan estratégico, no para ser la compañía más grande, pero si para ser la mejor. Es un reto motivador, ya que me permite la oportunidad de contribuir a crear una gran organización porque se trata de dos empresas con fortalezas diferentes y muy complementarias. Merck tiene 300 años de tradición y es líder en productos químicos. Por su parte, Serono tiene una fuerte presencia en el sector biotecnológico. La combinación es perfecta y ofrece la posibilidad de realizar un grupo más amplio en el sector químico, farmacéutico y biotecnológico. Somos dos empresas aisladas con un gran valor añadido.

¿Cómo se integran en una misma cultura y se atajan las inquietudes de los profesionales de ambas organizaciones?

Sin duda, los más importante son las 1.140 personas con experiencias complementarias. Es cierto que un gran cambio siempre crea incertidumbres porque todas las personas tenemos resistencia a lo desconocido. La clave está en que esa gestión del cambio se realice de la manera más tranquila y sosegada posible. Para que no exista un choque cultural hay que realizarla transición de una forma calmada y en el menor tiempo posible.

¿Cómo los están desarrollando para que mantener esa calma?

Desde el mes de enero estamos trabajando en equipos paritarios, con el fin de definir cómo queremos que se desarrolle el nuevo grupo minimizando el sentimiento de ganador y de perdedor. Las empresas necesitan profesionales con valores y capacidades.

¿En esta fusión no hay vencedores y vencidos?

No, y en esto también soy afortunada porque se trata de dos grupos complementarios. El sentimiento de ganador y de perdedor se da cuando existen duplicidades, pero no es nuestro caso. Nuestras fábricas y redes comerciales están especializadas, y no hemos tenido que decidir quién salía y quién se quedaba. Tenemos un grupo diversificado y complementario. El ganador es el grupo. Estamos sumando cuatro fábricas en España. Tampoco habrá salidas de profesionales. Lo que vamos a hacer es redefinir puestos y contenidos para no funcionar como dos empresas aisladas.

Lo cuenta con verdadera emoción.

Se trata de mi quinto proyecto profesional. Afrontar un proceso de integración es complejo, retador e interesante, con su parte dura y compleja. Se trata de una oportunidad tremenda y yo estoy muy agradecida al grupo que ha confiado en mi capacidad. Estoy entusiasmada porque tengo ante mí el gran reto de diseñar una nueva empresa con lo mejor de ambos mundos, y crear la mejor empresa farmacéutica. Pocas veces encuentras a lo largo de tu carrera retos de este tipo.

¿Por qué cree que se lo han confiado a usted?

Creo que lo que la compañía ha valorado de mí ha sido mi energía y mi ilusión. Hay muy buenos profesionales, pero lo que creo que yo hago bien es contagiar mi ilusión al resto del equipo de profesionales.

¿Una fusión supondrá un gran esfuerzo en cuanto a dedicación?

Todo cuesta en esta vida. Al trabajo le dedico muchas horas, pero cuando realmente eres feliz es cuando generas valor para la compañía. A mí se me pasan las horas sin darme cuenta. Creo en lo que hago y me gusta mi profesión. Eso hace que el balance sea muy equilibrado.

''Las fórmulas de éxito no perduran en el tiempo'

Ha estudiado Farmacia, ¿le costó mucho colgar la bata y dedicarse a la gestión empresarial? Siempre me ha atraído el mundo industrial, pero luego fui descubriendo nuevas facetas en la vida. No hay que cerrarse nunca puertas. Descubrí la gestión, el mundo de los negocios y me atrajo muchísimo. Lo que más me gusta de mi posición es que te permite tener una visión global de la empresa, así como poder definir estrategias, la posibilidad de gestionar los recursos humanos. Soy una enamorada de mi profesión.¿Qué es lo que más le desagrada de la posición que ocupa? Lo que menos me gusta es la burocracia, la falta de diálogo, de comprensión y de apertura de miras. Los ciclos económicos son cada vez más cortos y para tener éxito es necesario ser flexible y tener la mente muy abierta. Lo más duro es encontrarse, hoy día, a personas cerradas al cambio, a las que hay que convencer de que hay cosas que es necesario explorar. Las fórmulas de éxito no perduran en el tiempo y hay que estar siempre ideando nuevas fórmulas para competir.

Dentro del sector farmacéutico no hay muchas mujeres ocupando puestos de responsabilidad, ¿la ven cómo a una extraña? Es cierto que no hay muchas, pero eso está cambiando. Y me han aceptado muy bien. Es un tópico eso de que es un sector masculino. Se admite bien o mal a los profesionales dependiendo de la valía de cada persona, pero el género no lo determina.

¿Cómo se sobrevive en un sector tan competitivo como el suyo? Con innovación. Hay empresas que cuando sacan al mercado un producto que tiene éxito se acomodan y es entonces cuando pierden su competitividad. También se compite con equipo, con gestión. Es difícil diferenciarse hoy día con un producto, porque el valor añadido lo proporcionan las personas. Un proyecto de éxito lo hacen las personas, que han de estar comprometidas. Y todo esto se consigue con comunicación. A mí me gusta transmitir los proyectos directamente.

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