Costa Rica, pura magia
Belleza en estado puro. Este país centroamericano atrae a los turistas por su naturaleza espectacular: 110 volcanes, 30 parques nacionales y un sinfín de refugios y de espacios protegidos.
Cuando alguien pregunta en Costa Rica ¿qué tal?, siempre hay alguien que contesta: pura vida. Algo tiene que ver esta expresión coloquial con el hecho de que el país ha convertido en santo y seña su propia naturaleza, su exuberancia y su pureza. Encajado entre dos masas continentales, con fachadas al Atlántico y al Pacífico, posee 110 volcanes, 30 Parques Nacionales, ocho reservas y un sinfín de refugios y espacios protegidos. Si a eso añadimos 54 microclimas, nada extrañará que el número de especies animales y botánicas sea apabullante: un 5% de la biodiversidad de todo el planeta se concentra en ese país modesto.
No más grande que Aragón (y, como los maños, usan mucho el diminutivo: de ahí que se les llame ticos), ésta es una tierra rica: clavan unas estacas para hacer empalizadas y brotan árboles. Lo que no abunda es el oro, como creía Cristóbal Colón, que fue quien llamó a la región costa rica. Como la tierra es fértil, y pocos los habitantes (unos cuatro millones), el nivel de vida es superior al de países vecinos. Y con lo que se ahorran en gastos militares (suprimió el ejército el presidente Figueres en 1949), los ticos presumen de un alto nivel educativo y un buen sistema sanitario.
De lo que no pueden jactarse es de carreteras. Moverse por el país forma parte de la aventura. Por eso hay que elegir y fijar antes de partir qué se quiere abarcar de esa geografía engañosa que requiere tanto tiempo. Por supuesto, habrá que contar con San José, la capital y puerta de entrada. En San José, visitando el museo del Banco Central (oro y etnología bien conjugados), el Museo Nacional (más etnología), el Teatro Nacional y el barrio Amón, con sus casitas de madera pintada, está visto lo esencial.
Otra cosa son las excursiones. Obligada la que lleva al cercano volcán Poás, siempre entre nubes, con fumarolas de azufre, y al cercano lago Botos; de paso, se puede visitar alguna hacienda cafetalera, o las cataratas de la Paz, ambas cosas bien preparadas para el turismo. Algo más lejano queda el volcán Arenal, que ofrece por la noche el espectáculo de explosiones y arroyos de fuego serpenteando en la oscuridad.
Si el interior es asombroso, más lo son las costas, caribeña o pacífica. De la costa caribeña tal vez sea lo más notable el parque Tortuguero, adonde hay que llegar en barca, ya que se trata de una jungla enmarañada de canales y brazos de río. El pueblito de Tortuguero (unas mil almas) parece un clip televisivo para promocionar el limbo. En el litoral opuesto, el del Pacífico, una buena opción es cruzar (en ferry) desde la ciudad de Puntarenas hasta las playas de Tambor, donde hay un magnífico resort; allí se puede practicar el más puro relax, recrearse con actividades de ocio de todo tipo o programar excursiones terrestres y marinas a bosques como el Parque Curú (repleto de monos araña y capuchinos) o a las calas y playas de islas como Tortuga, donde el esplendor de la naturaleza parece sonreír esta vez, no a los bichos, sino a los hombres privilegiados que han sabido encontrarlas.
Guía para el viajero
Cómo irIberia (902 400 500, www.iberia.com) es la única compañía que vuela diariamente y sin escalas entre Madrid y San José de Costa Rica, en un confortable Airbus A340 con capacidad para 350 pasajeros. La tarifa ida/vuelta para clase turista es de 801 euros, todo incluido; en Business Plus, a partir de 3.770 euros.AlojamientoEn San José, el San José Palacio (La Uruca, Urb. Robledal, tel. +506 220 2034). Es un cinco estrellas rodeado de verde y tranquilidad, con casino, restaurantes y facilidades para hombres de negocios. En Playa Tambor, el resort Barceló Tambor Beach (Playa Tambor, Puntarenas, tel. +506 638 0303) ocupa una extensa finca con parque propio, piscinas, casino, actividades de ocio y espectáculo diario.RestaurantesEn San José: Le Monastère (+506 228 8515, www.monastere-restaurant.com) es un antiguo monasterio convertido en restaurante de cierto lujo; Tiquicia (+506 289 5839, tiquiciacr@costarricense.cr) es un magnífico mirador sobre la ciudad, con ambiente y comida típicos, y en ocasiones, danzas tradicionales. En Puntarenas: excelente la marisquería Leda (+506 634 3097, www.restauranteleda.com), en Mata Limón, antes de entrar en la ciudad.