_
_
_
_
_
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Consolidación mundial

Las noticias sobre opas, fusiones, posibles aproximaciones de compra y demás movimientos corporativos constituyen desde hace meses la mejor savia de las Bolsas mundiales. Lejos de agotarse, las posibles operaciones empresariales han ido ganando en tamaño y han pasado a implicar a compañías de todo el mundo, de mayor tamaño e incluso en sectores que hasta ahora se mostraban resistentes a la inercia inexorable de la consolidación, como la banca y las telecomunicaciones europeas. El viernes fue día para recordar, con profusión de anuncios de ofertas y contraofertas que inyectaron alegría en los mercados mundiales y sirvieron para devolver algo de tono a un Ibex que en las últimas semanas viene dando muestras de agotamiento tras el pinchazo de las inmobiliarias.

El interés de Microsoft y Yahoo por explorar una unión que les permita competir con Google, la oferta, posiblemente de Thomson Financial, por Reuters, (menos de una semana después de la lanzada a su vez por Murdoch sobre Dow Jones) o el interés del capital riesgo por la discográfica EMI son parte de un listado de movimientos recientes que no excluye a las empresas españolas. Algunas, objeto de deseo, como el caso de Altadis, que ha recibido una contraoferta a la de Imperial Tobacco por parte de los fondos de capital riesgo CVC y PAI, acompañados por inversores españoles. Otras, en las que son grandes compañías españolas las que preparan la chequera. Es el caso del Santander, de la mano de Royal Bank of Scotland y Fortis, que quieren hacerse con el control del primer banco de Holanda. O, el de Telefónica, que con la compra del 10% de Telecom Italia da un paso pequeño, pero decisivo, para poner en marcha la consolidación del sector de las telecomunicaciones en Europa, venciendo renuencias de los inaccesibles ex monopolios públicos.

Aunque cada operación tiene un calado y un sentido estratégico diferente según países, sectores implicados o compañías, el denominador común sigue siendo el mismo de los últimos tiempos: la globalización. El proceso no tiene marcha atrás y obliga a las empresas de cualquier ámbito y tamaño dar un paso al frente para hacerse hueco en el futuro mapa empresarial mundial, en el que parece cada vez más claro que el más grande es el que tendrá más poder. No es extraño, por tanto, que el perímetro de influencia de las operaciones sea cada vez mayor, salte de lo doméstico a lo europeo e incluso a lo transoceánico y cada cual busque aliados y fórmulas de todo tipo, como el troceamiento de las compañías, para hacerse fuerte y defenderse de sus competidores.

Llama también la atención que la fuerza del mercado empiece a derribar obstáculos políticos que durante mucho tiempo han impedido a las empresas beneficiarse de las sinergias que proporcionan las integraciones, también transnacionales. Decir que ya han saltado las barreras sería ingenuo, pero cabe pensar que algunos de los pasos dados en sectores clave aporten mayor visibilidad a un horizonte en el que el fin de los proteccionismos facilitará que la savia empresarial circule con normalidad y aporte la necesaria sustancia al crecimiento del PIB mundial y al de los mercados. Eso sí, garantizando la competencia, por el bien de los consumidores.

Newsletters

Inscríbete para recibir la información económica exclusiva y las noticias financieras más relevantes para ti
¡Apúntate!

Más información

Fiebre de compras

Fernando Martínez / Beatriz Pérez Galdón

Archivado En

_
_