El escándalo de las opciones pesa sobre el futuro de Jobs y Apple
Apple no puede dar por zanjada del todo la crisis abierta con la Justicia y los reguladores del mercado (SEC) por el escándalo de las opciones sobre acciones garantizadas con fechas ventajosas en 2001 a seis ejecutivos y al consejero delegado Steve Jobs. Aunque la SEC ha dicho que no demandará a Apple y sólo ha encausado a dos directivos de la empresa, la fiscalía y los propios demandados pueden ejercer aún presión sobre el que es considerado como el mayor activo de la compañía: el consejero delegado.
Jobs está ocupado con el lanzamiento del iPhone y el nuevo sistema operativo para Mac, pero eso no significa que pueda centrarse sólo en ello.
El martes, uno de los encausados por la SEC, el ex financiero Fred Anderson, decidió cerrar su caso con un acuerdo extrajudicial, que incluía una multa y devolución de beneficios de esas opciones. Gracias al acuerdo, este ex ejecutivo evitará los tribunales, pero Anderson tomó la inusual iniciativa de hacer público un comunicado con el que implicó a Jobs, quien hasta ahora no ha sido imputado por ninguna autoridad.
Según Anderson, Jobs no sólo eligió las fechas favorables para la concesión de las opciones, algo admitido por él mismo, sino que además sabía de las implicaciones contables de esta operación. Jobs ha basado la defensa de su inocencia en este escándalo diciendo que él 'no apreciaba las implicaciones contables' de esta práctica irregular conocida como backdating y que se convierte en delictiva si no se hacen cargos contables en los costes.
Anderson explicó que él mismo le detalló a Jobs las implicaciones de las maniobras y que había que reflejar unos 40 millones de dólares de costes en las cuentas que no se materializaron hasta hace poco y tras abrirse el caso.
Las revelaciones de Anderson son importantes porque las autoridades reguladoras o la Justicia no llevan adelante ninguna demanda en este tipo de presuntos delitos de guante blanco si no pueden probar la existencia del dolo, es decir, obrar ilegalmente a sabiendas de ello.
De momento, ni la SEC ni la fiscalía de California ni Hacienda han dicho si a la luz de estas revelaciones van a reabrir el caso sobre Jobs. Los analistas han hecho notar que el regulador de los mercados ha aplaudido la cooperación que la empresa, una de las 140 de EE UU en las que se ha detectado esta práctica, y que conocían el punto de vista de Anderson antes de hacer pública esta buena disposición con la empresa.
La otra cuestión que puede dar la vuelta a la situación de Jobs es la evolución ante el juez del caso de la segunda implicada, la ex abogada de la empresa Nancy Heinen, quien ha negado que haya hecho el backdating de las opciones y falsificado documentos de la empresa para disimular el fraude. Heinen se ha negado a pactar con la SEC y dice que tiene intención de defenderse lo que abre toda una incógnita de hasta dónde puede llegar la caja de Pandora que esta abogada abra.
En los mercados, los analistas tienen una relativa confianza en que el caso no empañará el futuro de Jobs, el alma máter de Apple, una empresa de la que esperan resultados históricamente altos.