'El desarrollo es la clave contra el cambio climático'
Natural de Sri Lanka, dirige además el MIND, un instituto de estudios sobre desarrollo sostenible sin ánimo de lucro. En su opinión, el cambio climático agrandará la brecha entre ricos y pobres.
Las previsiones sobre los impactos del cambio climático dibujan un escenario casi apocalíptico. Sequías, inundaciones, desaparición de especies animales y vegetales, dificultades para producir alimentos, entre otros problemas derivados del clima. El pasado 6 de abril, el Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC), organismo adscrito a la ONU, presentó la segunda parte de su IV informe, centrado en estos impactos. Alerta de que la zona mediterránea se verá especialmente afectada. Su vicepresidente, Mohan Munasinghe, acudió a Madrid al Foro sobre Estrategias Globales para el Clima más allá del 2012. Allí especificó que 'el cambio climático golpeará especialmente a los pobres'.
¿Cuáles serán los principales impactos del cambio climático para España y el sur de Europa?
El principal problema será la falta de disponibilidad de recursos hídricos, de agua para el consumo por el agravamiento de las sequías. La producción de trigo y otros alimentos se verá muy amenazada. Y si al final, en 2100 sube el nivel del mar, se enfrentarán a graves inundaciones.
¿Quiénes serán los más afectados?
Los pobres. Los países ricos tienen más capacidad de adaptación. Los países en vías de desarrollo se verán muy afectados, pero en los países ricos, los más golpeados por el clima serán sus pobres. El cambio climático agrandará la brecha social.
¿Cómo se puede minimizar esta brecha?
Para los países en vías de desarrollo, la mejor manera de protegerse contra el cambio climático es precisamente creciendo. Pero el crecimiento tiene que ser sostenible. Se pueden y deben incluir parámetros de responsabilidad medioambiental en las políticas y en las inversiones para el desarrollo sin entorpecer el crecimiento. El cambio climático es una variable a tener en cuenta.
¿Puede ponerme un ejemplo?
La adaptación es importante. Si un país va a sufrir fuertes sequías, debe introducir cultivos resistentes. Además, si introduce energía o transporte no contaminante, luego no tendrá que compensar sus emisiones de CO2.
¿Se puede garantizar el consumo de energía de un país sólo con energías renovables?
Las renovables son sólo parte de la solución. Tendrán un papel fundamental cuando escasee el suministro de combustibles fósiles. Pero este es un problema a largo plazo. Hay tecnologías energéticas en proyecto que servirán mucho. Hay que contar con energías fósiles que no contaminan tanto y con avances en la energía nuclear. No se puede dar la espalda a ninguna.
¿Qué opina del mercado europeo de comercio de emisiones de CO2?
Es un punto de partida. Establecer unos límites de contaminación y subir los precios es un buen sistema para reducir el consumo. Sin embargo, el precio no puede ser el único mecanismo porque se cierra el acceso de los pobres a los bienes. Creo que este sistema europeo es efectivo porque es flexible con las posibilidades de emisión y permite a las empresas comprar lo que les falta. Será más importante con el tiempo.
¿Qué papel juegan entonces las empresas?
Tenemos un triángulo de influencia: Gobierno, sector privado y sociedad civil. Todos deben cooperar para combatir el cambio. El papel de los gobiernos es establecer políticas a largo plazo, más allá de su propio mandato. El sector privado debe invertir y desarrollar tecnologías limpias.
Pero el papel más importante es de la sociedad civil. Ya es un paso que cambien sus hábitos de consumo energético y elijan de modo responsable. Pero si la gente se mueve, el gobierno legislará y las empresas trabajarán porque ellos son quienes votan y quienes compran. Cada individuo puede marcar la diferencia.