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Preocupación

La banca de Wall Street, de nuevo bajo la lupa

Desde hace varios meses el mercado de las hipotecas subprime de EE UU, préstamos de alto riesgo, de EE UU ha sido fuente de preocupación para economistas e inversores de firmas como New Century, Contrywide y OwnIt, entre otras. Ayer, y debido a la casi inminente quiebra de New Century, la segunda entidad en este sector, los inversores se preocuparon por la solvencia de estos préstamos -cuya estrella cae según sube la morosidad- y por la lista de entidades que como Ownit se quedan en el camino.

Sin embargo, los analistas de Wall Street no han disparado las alarmas, y avisan de que el problema potencial, aunque puede ser grave, está de momento contenido. Apuntan también que, en general, tanto las hipotecas como el crédito crecen. En Bear Stearns un analista emitió un informe muy positivo de New Century el primero de marzo. Entonces la entidad ya había empezado a dar pistas de sus problemas entre ellos la subida de la morosidad y sus acciones hacía semanas que se precipitaban a la baja. Apenas un día después dijo que no presentaría las cuentas de 2006 a su debido tiempo.

Desde entonces todo se vino abajo para esta entidad californiana cuyos financiadores, la banca de inversión de Wall Street, dejaron de apoyar debido a la nueva situación de este negocio, que consiste en dar hipotecas a personas con escasa historia crediticia o ingresos acreditados a un tipo mayor.

La mayor parte de los analistas no ha sido tan positivo con estos títulos como Bear Stearns, pero hasta ayer había aún cuatro recomendaciones de mantener el valor. Para Accredited Home Lenders, una entidad más pequeña que New Century y que ayer dio muestras de seguir el mismo camino, hasta seis analistas recomendaban mantener el valor. Entre algunos críticos entre ellos el profesor de la Drexel University Joseph Mason, empiezan a sospechar que hay conflictos de intereses, según explicó en la CNBC. Algunos intermediarios recuerdan la época de las puntocom. Ayer el secretario de Estado de Massachusetts, William Galvin emitió dos citaciones para UBS y Bear Stearns relacionadas con sus análisis de los prestamistas subprime. Según Galvin, algunos emitieron informes positivos aunque las empresas estaban ya en situación comprometida.

La muralla china que separa el análisis de los negocios de la banca de inversión fue restaurada tras la crisis de Enron, pero esta vez de nuevo es un hecho que Wall Street es aquí juez y parte de la situación. La banca de inversión ha financiado a estas entidades aprovechando el buen momento del sector inmobiliario y ha comprado esta deuda, que ha titulizado con gran rentabilidad para ellos mismos e inversores como hedge funds y fondos de pensiones y de inversión. Wall Street. El año pasado se vendieron títulos avalados por esas hipotecas por valor de un billón de dólares.

Las grandes firmas en este negocio son Bear Stearns, Merrill Lynch, Morgan Stanley, Deutsche Bank, UBS y Lehman Brothers, cuyos negocios con la hipotecas le ha permitido tener beneficios récords en los últimos tres años.

Wall Street tiene aún riesgo si la caída de las hipotecas subprime es muy desordenada, Bear Stearns y Lehman serían los que más exposición tendrían a este mercado.

Relajación entre ilustres de la Economía

El secretario del Tesoro de EE UU, Henry Paulson (primero a la izquierda), todavía tenía ánimos ayer para reír las bromas del ex presidente de la Reserva Federal Alan Greenspan. Paulson acudió a una conferencia en Washington a la que también asistieron el presidente de la SEC, Christopher Cox, (último por la derecha), Paul Volcker (tercero), ex presidente de la Fed, y Arthur Levitt (cuarto), ex presidente de la SEC.

El muy rentable mercado de la vivienda

Wall Street no sólo ha financiado a entidades de crédito especializadas en el mercado de alto riesgo y puesto en el mercado esta deuda una vez titulizada. También ha comprado algunas de ellas. El verano pasado, cuando la vivienda ya daba claros signos de agotamientos Morgan Stanley compró Saxon, un suscriptor de este tipo de hipotecas por 706 millones de dólares. Un mes más tarde, Merrill Lynch pagó 1.300 millones por la compra de First Franklin Financial, una entidad de California. La banca se subía al ladrillo para sacar rendimientos y, según el presidente de la quebrada OwnIt, para empujar a que estas hipotecas se siguieran haciendo, incluso con criterios laxos con el fin de seguir obteniendo retornos.

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