La Bolsa pierde fuerza como vía de financiación
Los últimos 10 debuts recaudan 2.090 millones. El 83% del dinero va a sus accionistas y sólo el 17%, a costear la expansión de la empresa
Hace dos semanas la Bolsa de Madrid cumplió 175 años. En el patio de operaciones del parqué madrileño se celebró una comida para conmemorar la efeméride y a su término Antonio Zoido, presidente del holding Bolsas y Mercados Españoles (BME), glosó las aportaciones del mercado durante este largo periodo. Entre ellas, Zoido destacó la de servir de plataforma para facilitar la financiación y la expansión de las compañías.
Aunque no se puede negar la aportación del mercado en este sentido, la avalancha de estrenos bursátiles que ha tenido lugar en el número 1 de la Plaza de la Lealtad en los últimos meses parece haber dado la espalda, por lo menos en el corto plazo, a esta posibilidad que les ofrece la Bolsa. La mayoría de las caras nuevas han optado por otras alternativas, principalmente la de garantizar a sus accionistas una vía rápida para desinvertir su paquete en la compañía, en muchos de los casos con importantes plusvalías.
Cuando una empresa decide empezar a cotizar tiene varias opciones para dar este paso. Una de ellas es a través de una oferta pública de venta (OPV), con la que sus accionistas venden todas o parte de sus acciones en el mercado pero no se obtiene financiación. La segunda alternativa es mediante una oferta pública de suscripción (OPS) por la cual se amplía capital, la participación de los accionistas se diluye y se capta dinero en el mercado con el que sufragar los planes de crecimiento. Una tercera alternativa sería una colocación que combine ambas opciones.
De las últimas 10 salidas a Bolsa que ha habido en el mercado español, seis han sido exclusivamente a través de una OPV (Corporación Dermoestética, Astroc, Técnicas Reunidas, BME, Riofisa y Vocento, que será la próxima), cuatro han combinando OPV y OPS (Renta Corporación, Parquesol, Grifols y GAM) y ninguna colocación ha sido en exclusiva a través de una ampliación de capital.
Al traducir estas cifras a dinero se comprueba aún con mayor nitidez que la Bolsa pierde fuerza como plataforma para captar financiación. En estas 10 operaciones se han recaudado 2.909 millones de euros. De este total, 2.426 millones han sido a través de OPV y sólo 483 millones en OPS. Es decir, 8,3 de cada 10 euros recaudados han ido al bolsillo de los accionistas y sólo 1,7 euros a los recursos propios de las empresas.
En 1999, el año más próspero para el mercado primario español, debutaron en Bolsa 10 compañías. En ese ejercicio, previo a los máximos del Ibex durante la burbuja tecnológica, sí hubo mayor equilibrio a la hora de articular los estrenos. Cinco mezclaron OPV y OPS (Amadeus, Sogecable, Mecalux, Ferrovial y Azkar), una empresa utilizó sólo la ampliación de capital (Terra) y cuatro se decantaron en exclusiva por una OPV (Colonial, REE, TPI e Indra). El 35,7% del dinero que se recaudó fue para financiar los planes de expansión y el 64,3% se distribuyó entre los accionistas. Si se incluye el sexto y último tramo de la privatización de Repsol, que fue a través de una macro ampliación de capital, los recursos obtenidos durante 1999 a través de OPS (69,45%) superarían sensiblemente al dinero recaudado mediante OPV (30,5%).
León Benelbas, presidente de Atlas Capital, cree que hay varios factores que pueden ayudar a explicar por qué la búsqueda de financiación ha pasado a un segundo plano entre los motivaciones que llevan a las compañías a salir a Bolsa. El primero de estos factores tiene que ver con los tipos de interés. 'Ahora resulta mucho más barato financiarse a través de créditos bancarios que con la emisión de capital', apunta. De media, los estrenos de 2006 se han gastado el 5,14% del capital captado en la colocación en gastos que incluyen bancos de inversión, abogados, tasas legales o publicidad.
Otro motivo, según Benelbas, hace referencia al perfil que tienen las compañías que salen ahora a cotizar. 'Salvo algunos casos puntuales como Renta Corporación, que tiene una estrategia de crecimiento muy clara, el resto tienen estrategias más conservadoras. Es decir, salen a Bolsa en principio para facilitar la salida de algunos accionistas, y con el tiempo, cuando se haya estabilizado el valor y el mercado empiece a familiarizarse con la compañías, quizás llegue el momento de ampliar capital'.
Luis de Valle, del despacho Allen & Overy, especializado en operaciones relacionadas con los mercados de capitales, añade que otro argumento para preferir salir a Bolsa a través de una OPV es el efecto dilución que conlleva una ampliación de capital. 'Los accionistas de referencia no quieren ver cómo sus derechos políticos en la compañía disminuyen. Si quieren buscar financiación pueden utilizar otros instrumentos como la emisión de bonos o pagarés', explica. A juicio de este experto la tendencia actual va a continuar. 'Es buen momento para que otras compañías sigan saliendo a Bolsa para vender parte de su capital. A pesar de que los tipos de interés están en tendencia alcista, el atractivo de la Bolsa sigue siendo fuerte y no veo que los inversores desvíen su dinero hacia los depósitos a la vista de las rentabilidades ofrecidas por la Bolsa'.
Motivaciones muy similares
En el folleto de salida a Bolsa, que debe ser aprobado por la CNMV, el inversor puede encontrar un apartado en el cual las empresas tienen la obligación de desglosar los motivos que les han llevado a tomar la decisión de cotizar. En la mayoría de los casos los argumentos se repiten: dar la posibilidad a los accionistas de diversificar su patrimonio con la venta de acciones, dar mayor liquidez a la acción, tener acceso a los mercados de capitales, potenciar la transparencia y la imagen de marca de la compañía, equiparar el estatus de la empresa con el de sus homólogas cotizadas o ampliar la base accionarial, suelen ser los argumentos más utilizados.
¿Es lo mismo para un inversor minorista que una compañía salga a Bolsa a sólo través de una OPV o también utiliza una OPS? Los expertos creen que no. 'El inversor asume más riesgo cuando acude a una salida a Bolsa que lleva aparejada una ampliación de capital porque tiene que confiar en que el dinero que la empresa recaude sea bien invertido. En cambio, la recompensa también puede ser mayor', indica Benelbas.
Las ampliaciones recobran algo de brillo en el mercado secundario
Mientras en el mercado primario la gran mayoría de las operaciones se articulan para que los accionistas puedan hacer líquidas sus plusvalías, en el mercado secundario la Bolsa empieza a recobrar una de sus principales utilidades: ser la plataforma a través de la cual captar financiación para el desarrollo de las empresas.En los nueve primeros meses del año las ampliaciones de capital llevadas a cabo por las empresas cotizadas han captado 22.766 millones de euros, según datos de Bolsas y Mercados Españoles (BME). Esta cantidad supone la cifra más alta desde el año 2000, cuando las compañías recaudaron por este motivo 65.903 millones.Aunque se trata de un buen síntoma hay que hacer una matización puesto que la cifra global está bastante distorsionada por la operación planteada por Mittal Steel. La ampliación de capital de la siderúrgica para financiar parte de la compra de Arcelor supuso la emisión de 665 millones de títulos y captó 18.374 millones, el 80% del total. Sin ella el resto de ampliaciones habrían obtenido sólo 4.392 millones, cifra más en línea con los años precedentes.Aparte de la operación de Mittal Steel, el resto de ampliaciones de capital del 2006 han sido protagonizados por compañías de mediana y pequeña capitalización como Inmocaral, Tavex Algodonera, Sniace, Natraceutical, La Seda, Ercros, Jazztel o Urbas, entre otras.En cambio, los grandes valores del mercado siguen recurriendo al crédito bancario para financiar las compras de otras empresas o para desarrollar sus planes de expansión. Basta recordar los créditos que Banco Santander y BBVA han concedido a Sacyr, Acciona y ACS para que éstos pudieran entrar en el capital de Repsol, Endesa e Iberdrola respectivamente.Al margen de obtener financiación, algunas compañías utilizan las ampliaciones de capital para remunerar a sus accionistas. Son las operaciones que se denominan ampliaciones liberadas, sin coste para los accionistas. Adolfo Domínguez, Unipapel, Prim, Zardoya Otis, Mecalux o Banco Pastor son algunas de las compañías que recurren a esta vía de remuneración.