Los taxis de Londres se empiezan a fabricar también en Shanghai
Manganese Bronze crea una empresa con el grupo Geely para producir los vehículos en China
Desde la Segunda Guerra Mundial, los black cabs se han convertido en un símbolo de Londres, junto al Big Ben, el Palacio de Buckingham o las cabinas telefónicas rojas. En los últimos años, algún que otro taxi se deja también ver por las calles de distintas ciudades del mundo, entre ellas las españolas. Ahora, la empresa propietaria de London Taxi International, Manganese Bronze Holding, quiere dinamizar sus exportaciones. Pero los míticos coches británicos no saldrán de la tradicional fábrica de Coventry (Reino Unido). Lo harán de una nueva planta en Shanghai.
'Queremos ver nuestros vehículos en todas las ciudades del mundo', anuncia sin más rodeos, Mark Fryer, director de Finanzas de Manganese Bronze. La empresa anunció a principios de mes la firma de un acuerdo con el gigante chino Geely, con base en Hong Kong, para crear una empresa conjunta y fabricar los míticos vehículos en Shanghai. La inversión será de 53 millones de libras -79 millones de euros-. Manganese invertirá 19,85 millones de libras. Se queda con el 37,6% de las acciones de la nueva empresa y se reserva el derecho subir al 50% en los próximos cinco años.
La operación todavía debe ser autorizada por el regulador chino y aprobada por los accionistas de la británica, pero Fryer no cree que esto suponga ningún problema. El fabricante británico espera que la fábrica en China se ponga en marcha en 2008, y calcula una producción de 20.000 vehículos anuales. El anuncio no afecta a la planta de Manganese en Coventry.
Este nuevo proyecto forma parte de la estrategia adoptada por la británica en los últimos cinco años: reducir 'sensiblemente' los costes y buscar nuevos mercados. El 93% de los taxis que circulan en Londres son de Manganese y cerca del 90% de las ventas de la empresa se realizan dentro del Reino Unido. China tiene la doble ventaja de rebajar los costes y de ser el tercer mercado mundial para vehículos. Pero es Geely la que se ha llevado los derechos de venta en el mercado asiático. Manganese se reserva los derechos de ventas en el resto del mundo.
En España, se han vendido en los últimos diez años un centenar de los taxis. Emilio Segovia trabaja en Barcelona y hace ocho años fue uno de los primeros en dejarse seducir. 'Buscaba una herramienta de trabajo fuerte' explica, antes de enumerar sus ventajas: cinco puertas, apto para las sillas de ruedas, con una capacidad superior al de un turismo normal, un kilometraje superior a la media, un radio de giro de 7,6 metros, sin olvidar la elegancia del toque inglés, pero, sobre todo, 'la comodidad del conductor y del viajero'.
Los taxis londinenses llegan a las calles españolas pasando por el importador Grupo Ibérica, con sede en Valencia. El grupo vende una media de diez a quince vehículos anuales con un precio de 39.000 euros la unidad. A pesar de ser 'el único taxi diseñado para dicha actividad', como subraya el directo comercial del importador, José Vicente González, la utilidad del vehículo no acaba ahí. Los taxis de segundo mano acaban a menudo en manos de agencias publicitarias, dado que la originalidad del vehículo garantiza un mayor impacto del anuncio.