La red europea de cajeros da signos de saturación y sólo estrena 12.600 unidades
La red de cajeros de Europa Occidental muestra signos de estancamiento al crecer apenas un 4% el año pasado. Se instalaron 12.613 nuevos aparatos, la cifra más baja de la última década. Además, tres países (Reino Unido, Francia y España) acapararon la mitad de este incremento.
Europa está servida con 328.105 cajeros en sus calles. Esa es la conclusión que se desprende del informe Cajeros automáticos en Europa Occidental elaborado por la consultora británica Retail Banking Research (RBR). 'La ralentización en el incremento de cajeros supone una nueva muestra de que el sector está acercándose a su madurez (...). Sólo se realizaron 12.613 nuevas instalaciones en 2005, el aumento más bajo de la región en 10 años', indica el estudio.
El Reino Unido es el país con una red de máquinas más extensa: hasta 57.798. Detrás, con 55.878 aparatos, va España que, además, cuenta con el entramado más denso del continente por habitante (1.385 cajeros por millón de habitantes). En números totales, el tercer lugar lo ocupa la red alemana, compuesta por 52.763 unidades.
El informe de RBR abarca 18 Estados, desde Finlandia a Portugal y de Noruega a Grecia. Sin embargo, sólo los cinco mayores países europeos (Reino Unido, España, Alemania, Francia e Italia) reúnen el 77% de los cajeros de la parte occidental del continente.
Irlanda fue el único Estado que registró un crecimiento de su red de dos dígitos (14%) durante 2005. Este aumento se debió en buena medida al despliegue de máquinas en grandes superficies.
Aún así, la mitad del incremento total de aparatos fue aportado por tres países: Reino Unido, Francia y España. Según Chris Herbert, investigador de RBR, en el primer país destacaron los cajeros desplazados, mientras que en los otros dos el desarrollo de la red está vinculado con la apertura de nuevas sucursales.
Bajón escandinavo
En el polo opuesto figura Escandinavia. Noruega y Finlandia vieron menguar su cifra de cajeros durante el año pasado. Otro tanto ocurrió en Bélgica, si bien la consultora londinense señala que en ese país 'se espera que vuelvan a aumentar las instalaciones una vez se complete la reestructuración de la red'.
Durante 2005, los europeos realizaron 11.800 millones de consultas en las máquinas. Esta cifra representa un incremento del 3% respecto a un año antes. Sin embargo, según indica RBR, 'el uso medio de un cajero cayó por cuarto año consecutivo hasta 2.997 operaciones al mes'.
Pero las estadísticas varían mucho de un país a otro. Los finlandeses son los más proclives a hacer uso de los aparatos (10.320 operaciones por unidad al mes) mientras los italianos se muestran bastante renuentes a acudir a ellos (1.356 operaciones mensuales).
Algo parecido ocurre con los importes retirados. La media europea se sitúa en 112 euros por operación. Pero la horquilla oscila entre los 63 euros que sacan los portugueses en cada visita al cajero y los 238 euros que obtienen los griegos. Para los autores del trabajo esta diferencia refleja, sobre todo, los diferentes hábitos bancarios de cada país.
Los aparatos desplazados ganan presencia
Los terminales desplazados logran cada vez más aceptación. Así lo demuestran las estadísticas de RBR. Si en 2001 apenas suponían una quinta parte de la red de cajeros, en 2005 han incrementado su cuota hasta el 28%, según la consultora. Este incremento se ha producido a expensas de los aparatos situados en vestíbulos. Las máquinas localizadas dentro de una sucursal pero accesibles a todas horas han pasado de suponer un 37% del total hace un lustro a un 30% hoy.Por otro lado, las unidades emplazadas en el interior de las oficinas y sólo utilizables en horario de atención al cliente se mantienen sin cambios -representan un 6% de la red-. Otro tanto ocurre con las empotradas en las paredes, la disposición más extendida en Europa Occidental. Así están instalados un 36% de los cajeros.Para Chris Herbert, el éxito de las máquinas desplazadas radica en que 'permiten a las entidades extender su presencia sin abrir una sucursal, satisfacer la necesidad de efectivo en cualquier sitio y generar ingresos a través de las tarifas de intercambio, puesto que los clientes de otros bancos también utilizan los cajeros'.