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Inversión extranjera

Andorra fija en torno al 13% el tipo del impuesto de sociedades

El Gobierno andorrano ha iniciado este año una profunda reforma para abrir el país a la inversión extranjera, sobre todo, en el sector de la industria, de los servicios y de las nuevas tecnologías. Para equiparse a la legislación europea y sacarse la etiqueta de paraíso fiscal, el Ejecutivo creará un impuesto de sociedades -hasta ahora no tenía- cuyo tipo de gravamen rondará el 13%, uno de los más bajos de Europa.

No sólo de turismo vive Andorra. O eso, al menos, es lo que pretende el gobierno liberal de Albert Pintat, con una reforma legislativa cuyo máximo objetivo es diversificar una economía demasiado dependiente del turismo, atraer capital extranjero en nuevos sectores y acercar las leyes andorranas a las europeas para dotar, así, de seguridad jurídica a los deseados inversores.

Dentro de esta reforma, ya hay tres leyes que están en el parlamento y, probablemente, entrarán en vigor el primer semestre de 2007. Se trata de normas que regulan las inversiones extranjeras, la creación de sociedades y la contabilidad. La primera de ellas modificará el tradicional proteccionismo andorrano. En el sector industrial, los servicios y las nuevas tecnologías, la inversión extranjera podrán alcanzar hasta el 100% del capital de las empresas andorranas.

Además, en los sectores tradicionales sobre los que se sustenta la economía del país, como el comercio, la construcción o la hostelería, se ampliará del 33% actual al 49,9% el capital que puede estar en manos de extranjeros. Y, gradualmente, se aumentará ese porcentaje para que, en diez años, se alcance el 100%.

'Impulsar la inversión foránea exige leyes más europeas'

La ley de sociedades y la de contabilidad son un complemento para que las empresas foráneas se encuentren un marco jurídico parecido al de cualquier país europeo.

El ministro de Asuntos Exteriores andorrano, Juli Minoves, en una entrevista a Cinco Días, explicó que con las reformas permitirán 'crear una empresa en el plazo máximo de un mes, y no en seis como hasta ahora'.

Además, la ley incluye la obligación de conservar durante seis años los documentos contables. Asimismo, las grandes empresas tendrán la obligación de realizar auditorías periódicas. Este nuevo afán por la transparencia no presupone, según el ministro, que antes no hubiera. 'La seguridad jurídica dentro del país ya existía pero impulsar la inversión foránea exige leyes más homologables, más europeas', declaró. En una segunda fase, el Ejecutivo prevé aprobar durante el próximo año un impuesto de sociedades. Minoves aseguró que aún no saben que gravamen impondrán pero reveló a este diario que será bajo: 'Nos hemos fijado en países como Irlanda', cuyo impuesto es del 12,5%.

Con este cambio, Andorra quiere que la dejen de considerar paraíso fiscal y, así, evitar ser penalizada fiscalmente en Europa. Actualmente, países como Francia y España gravan a las empresas andorranas que prestan servicios en sus respectivos países por no tener impuesto de sociedades. Minoves aseguró que 'si Andorra tiene un impuesto de sociedades parecido al de países europeos, entonces puede alcanzar un convenio de doble imposición y ser un poco más competitivo'. En este sentido, aseguró que ya ha habido 'acercamientos' con el gobierno español y el francés.

Andorra sigue siendo un país apetecible por sus bajos impuestos. Su presión fiscal es la mitad que la europea, que está en torno al 40%. 'No somos ni seremos un país agresivo fiscalmente', concluyó Minoves.

Un país atractivo y estable para hacer negocios

Los datos económicos que presenta Andorra son en su mayoría positivos. El país de los Pirineos, como rezaba el anuncio publicitario, creció entre 1997 y 2004, un 4,5% y se prevé que a medio plazo crecerá un 2,5%. Además, las cuentas públicas están saneadas y Standard & Poor's le otorga en materia de deuda pública una calificación de doble A, lo que significa que la capacidad para hacer frente a eventuales obligaciones financieras es muy fuerte.Sin embargo, el mayor problema de la economía es su poca diversificación, ya que el crecimiento depende casi exclusivamente del turismo. Andorra, un país de 80.000 habitantes, recibe 13 millones de turistas al año.El ministro de Exteriores, Juli Minoves, no utiliza la palabra estancamiento pero reconoce que los sectores tradicionales andorranos 'están maduros' y es muy difícil que crezcan significativamente.Por ello, están buscando que las empresas extranjeras sean las que desarrollen los sectores inexistentes hasta ahora. Minoves asegura, orgulloso, que además de la baja presión fiscal, Andorra tiene otros atractivos, como la educación y la sanidad de calidad o la alta seguridad ciudadana.

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