Si se sienta al volante, mejor ni una cerveza
Sabía que un hombre con un peso aproximado de 70 kilos puede dar positivo en la prueba de alcoholemia por haber bebido únicamente dos latas de cerveza o dos vasos y medio de vino? ¿Y que si una persona de las mismas características físicas pero que recién estrena su carné obtendría el mismo resultado por haber bebido una lata de cerveza o un vaso y medio de vino? Pues mejor que lo tenga en cuenta. O, al menos, sepa que las consecuencias de conducir con esos niveles de alcohol pueden suponerle una multa que va desde los 600 euros, hasta una pena de prisión de entre tres y seis meses.
Desde la entrada en vigor del nuevo sistema de multas, un tercio de los puntos perdidos por los conductores españoles se debió a una tasa de alcohol en sangre ligeramente superior a la permitida por la ley, según un estudio elaborado por Addixis Consulting, una empresa especializada en la venta de productos de seguridad vial y prevención.
El mismo informe señala que 'los conductores sólo asocian el peligro del alcohol con la conducción cuando se trata de bebidas de alta graduación'. Y que 'una parte importante de los positivos por alcohol registrados por los agentes, se producen en controles diurnos'.
El 12% de los conductores declara que habitualmente toma algo de alcohol
El 12% de los conductores españoles declara conducir habitualmente, es decir, de tres a cinco días a la semana, tras ingerir bebidas alcohólicas. Ademas, se estima que el alcohol está detrás de al menos uno de cada tres de los accidentes mortales que se producen en el país. Por eso, los expertos recomiendan un consumo 'cero' de alcohol si se va a conducir. Así podría evitarse la muerte de por lo menos 1.000 personas al año.
El consumo de alcohol, incluso a bajas concentraciones etílicas, produce numerosas alteraciones orgánicas y psicológicas, como la disminución de los reflejos, la falsa percepción de las distancias, el deterioro de la atención, así como de las funciones visual y auditiva, además de perturbaciones en el campo perceptivo, cansancio, somnolencia o fatiga muscular.
El reglamento actual sitúa la tasa de alcoholemia permitida por debajo de los 0,5 gramos de alcohol por 1.000 centímetros cúbicos de sangre y 0,25 miligramos de alcohol en aire espirado. Basta con beberse dos latas de cerveza o dos vasos y medio de vino o dos vasos de whisky (o de bebidas de alta graduación) para alcanzar esa tasa. Con estos niveles de alcohol, el riesgo de accidente se multiplica por tres. De todas maneras, el peso de la persona, el sexo y su metabolismo; el tiempo transcurrido, la cantidad y el tipo de comida ingerida, son factores que influyen a la hora del resultado del control de alcoholemia.
Aunque España está en la media europea en cuanto al límite de alcohol permitido legalmente para conducir, los conductores españoles son de los que piensan -en comparación a sus vecinos- que más pueden beber sin sensación de peligro.