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Política monetaria

La Eurocámara pide cautela al BCE ante nuevas subidas de tipos

El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, apabulló ayer al Parlamento Europeo con argumentos teóricos y académicos que intentan justificar el reciente endurecimiento de la política monetaria de la zona euro. Los miembros de la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento se mostraron entre aturdidos y agradecidos por la erudición desplegada por el francés, pero eso no impidió a los representantes de los grupos mayoritarios, Popular y Socialista, reclamar al BCE extrema cautela para no dañar la incipiente recuperación económica con una precipitada subida de los tipos de interés.

'Le agradezco su explicación teórica y doctrinal', afirmó el eurodiputado del grupo Popular y ex ministro de Hacienda Cristóbal Montoro durante la comparecencia trimestral del BCE ante la Eurocámara. 'Pero quiero decirle con toda claridad que la rapidez de la subida de tipos tiene riesgos para un crecimiento tan débil como el de la zona Euro. Y no lo digo yo sólo. También lo dicen el FMI, la OCDE y las previsiones de la Comisión europea', dijo Montoro.

'Hacemos lo que tenemos que hacer para preservar la estabilidad de precios y nuestra credibilidad', dijo, Trichet, defendiendo las tres subidas de un cuarto de punto que el BCE ha aprobado desde diciembre y que han dejado los tipos de interés en el 2,75%, después de dos años y medio en el mínimo histórico del 2%. Trichet no dejó dudas sobre su intención de seguir esa senda si se confirman las previsiones del BCE de una inflación superior al 2% en el segundo semestre de 2006 y durante 2007.

Ieke van den Burg, eurodiputada socialista por Holanda, precisó al presidente del BCE que 'nadie está cuestionando su independencia, pero hay margen suficiente, ahora que las amenazas inflacionistas no son grandes, para trabajar por el objetivo del crecimiento'.

Vigilancia extrema sobre los precios

Trichet se mantuvo inflexible ante los comentarios de los eurodiputados y descartó la posibilidad, sugerida por algún parlamentario, de relajar la vigilancia mientras la inflación subyacente (sin energía) se mantenga controlada.'No es un buen indicador de la evolución futura', aleccionó el francés. Y, además, 'el Tratado nos pide que vigilemos la inflación global, no la subyacente'.No obstante, Otmar Karas, diputado del grupo popular replicó al presidente del BCE que 'hay una gran diferencia entre estabilidad y rigidez'.

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