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CincoSentidos

Carme Riera narra con humor el estudio del inglés

Laura Prats, la protagonista de El verano del inglés, la última novela de Carme Riera, está convencida de que si Aznar hubiera sabido suficiente inglés, España no habría participado en la guerra de Irak. Cuando no se conoce un idioma no se puede negociar y se tiende a pasar por todo, reflexiona.

Dispuesta a solucionar la misma carencia idiomática que la del entonces presidente del Gobierno, Prats, agente inmobiliaria, rondando la cincuentena y con una 'intuición de mosquito', decide sacrificar sus vacaciones de verano y ponerse en manos de Mrs. Grose, una inglesa desequilibrada con la que convivirá en su aislada mansión victoriana durante un mes. La convivencia, narrada con mucho sentido del humor, arrastra al lector a la intriga y luego al terror.

Carme Riera (Mallorca, 1948) también aprendió inglés de adulta, pero su aprendizaje del idioma de Shakespeare con Martha Tennent, a quien dedica El verano del inglés (Alfaguara), no tiene nada que ver con el que relata en la novela. 'Mi experiencia no resultó atroz, pero imagino hasta que punto puede resultar terrorífico la convivencia con alguien como Mrs. Grose', observa la escritora, que se ha desplazado el pasado fin de semana a Madrid para firmar en la Feria del Libro.

Riera ha escrito el libro en quince días, 'por puro entretenimiento'. La autora de La mitad del alma, Premio Sant Jordi 2003, se aparta de lo que es un tema constante en su narrativa, la memoria colectiva. El verano de inglés ha sido su válvula de escape. Es una novela contemporánea, centrada en el año pasado, reciente en el recuerdo del público, que no ha necesitado documentación. 'Una cosa es emplear cinco años en la reconstrucción fidedigna de ambientes y otra escribir sobre lo que conoces', explica.

La actualidad se refleja en el protagonismo de los móviles o internet. 'El móvil es un órgano más de mi cuerpo, sin el cual ya no sabría vivir', revela la protagonista. De internet, la autora destaca la democratización del acceso a la cultura. 'Es fascinante'.

El humor es el elemento clave en la novela. El sentido del humor está presente en su obra, pero no tan fuerte como aquí, aprecia Riera. Para la escritora, es 'muy necesario. A medida que envejecemos, si no nos tomamos las cosas con humor, se pasa muy mal'.

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